Nuestro espíritu de exploración ha existido en nosotros desde siempre, desde tiempos memorables en los que apenas entendíamos quiénes éramos (¿ahora lo entendemos?). Comenzamos caminando, para después trasladarnos a la búsqueda de más tierras sobre el mar. Luego no fue suficiente, y conquistamos los cielos, ahora, como en películas de ciencia ficción, nuestro espíritu aventurero nos invita a navegar por los mares del cosmos.
Entre satélites y planetas, nuestra humanidad desea alcanzar la máxima capacidad para, en algún momento de nuestra historia (si llegamos), poder alcanzar el inicio y fin del mismísimo cosmos, o de nosotros mismos también diría Sagan o las antiguas escrituras hindúes. Se trata de un instinto, curiosidad, o quizá sólo se trata de la misma existencia.
Más allá de todo, es en este punto con las conspiraciones se ponen a la orden del día, pero sobre todo ahorita una está sonando más que nunca: ¿De verdad la humanidad llegó a la Luna?
Muchos sostendrán la idea de que todo se trató de un set televisivo en el que los Estados Unidos montaron todo un show para verse los más vencedores dentro de los conquistadores, ya que fueron capaces de hasta “conquistar” a nuestro satélite. Mientras que otros preferirán apegarse más a las leyes científicas y utilizar de manera más sensata, quizá, su pensamiento crítico para más que creer, saber que el viaje a la luna es más un hito científico, que uno mágico misterioso o conspiracionista.
Aquel alunizaje de 1969, el cual la humanidad observó con “Space Oddity” de fondo, sencillo que lanzó a la par la leyenda del rock, David Bowie; ha provocado demasiadas teorías que incluso podrían equivaler a ideas terraplanistas en pleno siglo XXI 2022. Además, cabe mencionar que no se alunizó una única vez en el 69, si no que de hecho hubo seis misiones y 12 astronautas que tuvieron el honor de pisar su superficie.
Asimismo, las noticias que se dieron recientemente sobre el regreso de la humanidad a nuestro satélite nocturno, han causado furor, intriga, curiosidad, emoción, incluso angustia, y, por supuesto, colosal escepticismo. Sin embargo, mientras decidimos si somos terrestres o hijos de alienígenas ancestrales, lo cierto es que la NASA ya está próxima a lanzar la misión Artemis I a nuestra querida y magna Luna.
Pese a los casi tres meses de retraso que ha tenido la misión, la NASA ha dado el anuncio de que si todo va bien, un cohete SLS despegará de la rampa 39B del Centro Espacial Kennedy, en Florida el 16 de noviembre de este año usando el sistema de propulsión más potente del mercado.
¿Qué hay detrás de tanto retraso?
Antes que nada, hablemos de qué va esta misión.
Artemis I liberará diez pequeños satélites que se pondrán en órbita en nuestro planeta justo antes de que el cohete propulse a la nave Orión hacia la Luna, llevando consigo a tres maniquíes, el comandante Campos, Helga y Zohar.
Tendrá que recorrer 380 mil kilómetros en 6 días y, cuando llegue, empezará a orbitar la Luna en sentido contrario al que rota ella, a unos 64 mil kilómetros por encima de la superficie (aunque en sus maniobras llegará a pasar a apenas 100 kilómetros de la superficie) y dará cinco vueltas en torno a ella.
Para entonces, habrán pasado 23 días de haber dejado a nuestro planeta, y Artemis I ya tomará su camino de vuelta a casa, y se alistará para caer en el Océano Pacífico, a unos kilómetros de la costa de California.
Se trata de una misión de prueba que no busca cambiar nuestra mirada hacia la ciencia, o la vida misma; sino que simplemente busca demostrar si estamos listos para mandar a una nave tripulada por humanos de verdad y, entonces, regresar de manera física a nuestra Luna.
Es por eso que ha sido una misión bastante cautelosa y de extremo cuidado y precaución. En este sentido, cuando se detectó una fuga de combustible el 29 de agosto (el día que se esperaba el lanzamiento), hubo que aplazar para evitar el menor de los errores.
En este sentido, cuando se había reprogramado para septiembre, se volvió a encontrar otra fuga de hidrógeno, y, finalmente, el huracán Ian, que atemorizó Florida, fue el tercer motivo de retraso. Mismo que la NASA tomó como motivo para aplazarlo todavía un mes más, para noviembre, y así dar a sus empleados el tiempo necesario para que resuelvan los problemas personales que les haya ocasionado el huracán.
Se había reprogramado para el lunes 14 de noviembre. Sin embargo, una tormenta tropical de nombre Nicole ha sido factor para volver a posponer la fecha, si todo sale bien, se espera que con éxito Artemis I por fin sea libre de emprender su camino y cumplir su misión.
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