Este 2022 el arte estuvo marcado por la Inteligencia Artificial (ya sea como herramienta o como enemigo), las protestas ambientalistas y el bloqueo artístico en Rusia por la invasión a Ucrania.

Sin duda, vivimos momentos convulsos y el arte es una respuesta a la sociedad en la que se crea. Este 2022 ha sido un año interesante, que ha puesto los derechos de autor en discusión, se ha protestado de manera innovadora y los millonarios atentaron al patrimonio mexicano.

Así pues, hablemos de algunas noticias de arte que marcaron el mundo del arte.

¿Quién es el autor de una obra, quien la conceptualiza o quien la hace?

Maurizio Cattelan es un reconocido artista conceptual italiano. Su fama se disparó cuando, en diciembre de 2019, presentó en Art Basel Miami un plátano pegado con un pedazo de cinta adhesiva a una de las paredes de la reputada feria, una obra valorada en 120,000 dólares que terminó devorada por un performance. 

Otras obras suyas, no menos controvertidas, son más duraderas. Y son las que pusieron a todo el mundo del arte conceptual a tiritar. 

A mediados de año el escultor francés Daniel Druet, que elaboró, bajo instrucciones de Cattelan, las figuras de cera que formaban parte esencial de varias de sus obras más reputadas, reclamaba que se reconocieran sus derechos de autor.

Para suerte del arte conceptual, la tercera cámara del Tribunal Judicial de París desestimó la demanda de Druet, quien pedía cinco millones de euros. 

La sentencia es contundente. No sólo declara inadmisibles las demandas de Druet, sino que lo condena además a pagar 20,000 euros como compensación por gastos del juicio a dos de las partes demandadas: la Galería Perrotin, que le encargó las figuras en nombre de Cattelan, y el Museo de la Moneda de París, que expuso en 2016 una retrospectiva de Cattelan sin incluir el nombre de Druet en la muestra.

Y es que por primera vez, se hace jurisprudencia sobre lo que es arte conceptual, sus autores y sus límites. Lo que deja en claro que este arte, no se limita a las figuras en sí, sino a la “puesta en escena” de la obra, la instalación en todo su conjunto y no elementos individuales del mismo.

Así es como el arte de nuestros tiempos puede descansar, ya que se considera que el autor de una obra es el artista que la concibe y no el que la ejecuta. Pero poco después llegó la discusión acerca de la autoría sobre obras creadas por Inteligencia Artificial, pero aún faltan muchas décadas para que cobren la inteligencia necesaria para meter un juicio por autoría.

Protestas dentro de museos

Los museos no sólo son espacios de cultura y entretenimiento, sino el lugar perfecto para hacer de ellos un espacio de protesta. Este 2022 se podría resumir en tres eventos, sin duda el más sonado fue el de los jóvenes de Just Stop Oil que atentaron contra obras de arte clásicas. Pero hablemos de otros dos que ocurrieron pronto en el año y quedaron eclipsados por las sopas de lata y el pegamento.

Comencemos con la protesta de enero de los museos holandeses. La cual consistió en que los teatros, museos y salas de conciertos abrieron sus puertas ofreciendo servicios de peluquería, estética y gimnasia en protesta por las restricciones que mantenía cerrado el sector cultural desde mediados de diciembre por la propagación de la variante ómicron.

El Museo Van Gogh convirtió una de las salas de la pinacoteca en un salón de belleza y peluquería, con profesionales que han cortado el pelo y pintado las uñas de clientes con cuadros famosos del artista neerlandés Vincent van Gogh.

La sala Concertgebouw de Ámsterdam también se sumó a la movilización y arrancó su jornada de protesta con una sinfonía del compositor estadounidense Charles Ives, que se escuchaba en directo mientras dos peluqueros vestidos de negro realizaban un corte de pelo en pleno escenario, ambos con mascarilla.

Sin duda, dos viñetas que nunca hubiéramos creído presenciar, pero ocurrieron a mitad de año cuando la covid-19 aún repuntaba en todo el mundo.

La siguiente fue orquestada por dos mexicanos, quienes hackearon las audioguías del museo de Viena para pedir el regreso del Penacho de Moctezuma. 

Con un modus operandi que, después de las sopas, nos hace cuestionar la seguridad de los museos, Sebastián Arrechedera y Yosu Arangüena (con ayuda de 50 voluntarios) tomaban una audioguía, iban al baño y ahí sacaban el aparato con el audio modificado y al devolverlo dejaban dos. 

Gracias a esto, lograron infiltrar 50 audioguías al recinto, con un audio idéntico al de las originales, pero el mensaje cambia cuando el visitante llega a la vitrina donde se encuentra el Penacho de Moctezuma. En ella se contaba la “verdadera historia” de cómo terminó en ese lugar la pieza de arte azteca, y abogar por el regreso de la pieza a México.

Dos maneras muy interesantes y distintas de encontrar en un museo una amplificación de lo que se busca. Y bueno, tiene más sentido contextual que otras expresiones similares.

Los NFTs y el aburrimiento ¿son arte?

Artist Anna leporskaya's $1million painting named 'Three Figures' was ruined after a security guard drew pair of eyes on the faceless figures in the painting. On being asked he is said to have become bored on the first day of his duty.@MailOnline pic.twitter.com/36lTMEzHcB

— Illuminate- The Learning Hub of MAIMS (@IlluminateMaims) February 10, 2022

Para terminar, y más como notas de color, hablemos de dos situaciones que alteraron obras valuadas en millones de dólares por dos razones totalmente distintas.

Comencemos con el millonario mexicano Martin Mobarak, quien quemó un dibujo sin título de la artista mexicana Frida Kahlo para convertirla en 10,000 piezas digitales y venderlas en forma de NFT, y con ello “transformar el arte digital y el mundo de la caridad”, según dijo.

El millonario mexicano compró la imagen en 2015 a la galería neoyorquina Mary Anne Martin. Mobarak asegura que, con la creación del NFT, las fundaciones elegidas para recibir los fondos van a conseguir una ayuda “constante”. 

El millonario admitió que la quema del dibujo es una parte “fuerte” y que se puede “malinterpretar”, pero para él es un proceso para llevar a la artista a una “inmortalización”. “Quemar la obra va a ayudar a crear los fondos”, ha señalado el fundador, quien cree que, si la artista conociera el destino de los fondos, le habría dicho que “quemara todo”.

Y el “NFT más histórico” fue vendido en julio, y nada más se ha sabido. ¿Por qué? Porque todo tomó demasiado silencio después de que el INAH abogara porque tal acción se considere un delito; aunque no se supo el desenlace de esta historia cyberpunk, lo más seguro es que continúen las querellas y que la venta del NFT haya sido más bien un fracaso.

Por último, hablemos del guardia que a inicios de 2022 estaba muy aburrido y decidió dibujar unos ojitos con pluma bic a una pintura que estaba expuesta en una galería de arte rusa, la cual está valuada en 75 millones de rublos, lo cual equivale a un millón de dólares.

“Las tres figuras” es el nombre de la obra “intervenida”, la cual fue realizada en 1930 por Anna Leporskaïa. En ella, se pueden ver tres siluetas sin rostro, sobre las cuales el guardia dibujó los ojos. 

Después de un tiempo, unos visitantes notaron los ojitos, y fue cuando la galería gastó cerca de tres mil dólares para eliminar la tinta, que no había traspasado. Claro que se buscó inmediatamente al responsable, pero las cámaras de seguridad no pudieron observar el rostro del guardia que había dañado la pintura, por lo que no podían dar conclusión al caso.

Sin embargo, al ver la gravedad de su acción, el guardia decidió ir a declararse responsable del hecho y explicó que había dibujado los ojos en la pintura, debido a que estaba aburrido durante su primer día de trabajo.

Sin duda, eso es empezar con el mal pie.

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