24 dic 2022
Como cada fin de año, la nostalgia y remembranza hacia lo que fue y no fue comienza a sentirse en el pecho. ¿Qué aprendimos? Un recorrido en el que la memoria comienza a replantearse y recapitular lo vivido y lo que falta por vivir. Somos seres de íntegra nostalgia que reclama la permanencia en la memoria del tiempo y la eternidad.
¿Qué otra especie añoraría tanto la perpetuidad como para crear Inteligencia Artificial que busque, casi como sin querer, un reemplazo para prevalecer por los siglos de los siglos? O mejor dicho, qué otra especie apostaría por habitar nuevas tierras alienígenas para prevalecer por el tiempo y el espacio.
Es decir, quizá en estas tendencias habita la naturaleza colonizadora de nuestra especie, pero es verdad que también hay un instante poético en el acto y su esencia.
Desde siempre, el acto de nuestra existencia ha representado un recorrido hacia adelante. Paso a paso que en ciertos momentos históricos se convierten en saltos enormes, tanto social como tecnológicamente, el mundo está cambiando y sigue evolucionando. Es decir, ¿qué es la vida sino movimiento?
Hace unos años que la carrera espacial comenzó a activarse de manera acelerada, tanto así que incluso obtuvimos la primera fotografía de un hoyo negro. Es decir, pasamos de tener únicamente la teoría, a tener una fotografía real de lo que ya se venía sospechando hace tiempo.
El carácter tecnológico y científico de nuestra humanidad ha revolucionado incluso nuestras creencias y convicciones. Desde un punto de vista filosófico, los hallazgos y cuestionamientos que nos atraviesan entre cada descubrimiento nos han otorgado una mirada mucho más extensa y tangible que nos permiten regresar a las preguntas primogénitas, quiénes somos y hacia dónde vamos y el séquito completo de las mismas.
La ciencia se ha esmerado en mirar hacia las estrellas para descubrir el origen de la vida y entenderlo. En el recuento del año, las noticias espaciales revolucionaron parte de nuestras angustias existenciales y científicas en este sentido. Por eso hoy retomamos los highlights más relevantes en el mundo científico espacial del 2022.
Misión Artemisa con éxito
A pesar de tanto retraso, la misión Artemis I logró su objetivo el pasado mes de noviembre. ¿De qué se trató?
Estoy sin palabras. Vi despegar esta nave con mis ojos, ahora con lágrimas la veo volver. pic.twitter.com/Cwavil4fYM
— Guido de Caso 🚀 (@guidodecaso) December 11, 2022
Básicamente la misión de Artemis I buscó, y consiguió afortunadamente, demostrar la capacidad de los sistemas de Orion (la nave que emprendió tal viaje) en un entorno de vuelo espacial y garantizar un reingreso, descenso, amerizaje y recuperación seguros antes del primer vuelo tripulado hacia nuestro satélite; es decir, antes de lanzar el Artemis II.
Es decir, estamos cada vez más cerca de que la humanidad regrese a la Luna.
De la ficción a la vida real: DART
Como si se tratara de una película de ciencia ficción, la NASA este año también llevó a cabo la la misión DART, una nave que fue a estrellarse con un asteroide para comprobar que esto podría salvarnos en un futuro en donde un asteroide con dimensiones apocalípticas nos extinga como humanidad. La misión se logró con rotundo éxito.
¿En qué consistió exactamente?
La misión consistió en que la nave espacial DART alteró el movimiento de un asteroide en el espacio.La misión fue enviada a Dimorphos, una pequeña luna que orbita el asteroide cercano a la Tierra, Didymos. Este sistema de asteroides cercano a nuestro planeta no representa ningún peligro para nosotros, por lo que fue un objetivo ideal para probar un impacto cinético.
Este evento fue la primera demostración a gran escala de cómo la tecnología de deflexión puede proteger al planeta, o al menos esas son las expectativas hasta ahora. ¿Qué pensaría Bruce Willis (en Armageddon) de ver una solución así, sin la necesidad de sacrificar a ningún astronauta, ante la inminente amenaza de un asteroide?
El cohete que perdió el control
Esta noticia en realidad no representa un gran descubrimiento o algo similar en el mundo científico. Sin embargo, en el recuento volteamos y miramos los errores que afortunadamente resultaron anecdóticos y hasta divertidos.
Fue a finales de septiembre de este año que se lanzó un cohete desde China cuyo objetivo era completar la última fase de su estación espacial.
Tras ponerlo en órbita, las autoridades chinas permitieron que uno de sus módulos, de alrededor de 20 toneladas de peso, se desprendiera y cayera sin control hacia la Tierra. Esta caída descontrolada, a pesar de estar monitorizada por diversos organismos, provocó que varios aeropuertos de España y parte de Europa, como Francia e Italia, decidieron parar la actividad aérea, lo cual provocó un fuerte problema de tráfico aéreo.
Afortunadamente no pasó a mayores y todo pasó a ser una noticia bastante divertida si lo miras con perspectiva y un retocado sentido del humor.
James Webb nos regaló grandes fotografías
Se trata del James Webb, el telescopio que recientemente fue lanzado para orbitar en nuestro planeta mientras explora más allá de lo inimaginable. O mejor dicho, nuestros nuevos ojos cósmicos de la NASA, el nuevo telescopio sucesor del Observatorio Hubble, ya que este supone ser más poderoso con mejoras que nos harán encontrar lo nunca antes visto. Dentro de estas mejoras ubicamos una gran resolución y sensibilidad infrarroja.
Ver esta publicación en Instagram
Es decir, este nuevo telescopio tiene la capacidad de alcanzar objetos demasiado distantes, como por ejemplo, las primeras estrellas y galaxias del cosmos. En este sentido, este año se revelaron las primeras fotografías de alta calidad de nuestro nuevo amigo galáctico. Se trató de una serie de fotografías de nuestros planetas cercanos vistos como nunca antes y de la lejanía de nuestro origen.
Ver esta publicación en Instagram
Descubre más sólo en Sanborns.
