María Natalia Lafourcade Silva, mejor conocida simplemente como Natalia Lafourcade, sin lugar a dudas ha impregnado el inconsciente musical mexicano y se ha convertido en un nombre más que conocido.

Su música, así como sus producciones, han hecho de ella un nombre multifacético, desde los noventa donde formó parte de las iniciaciones mexicanas del pop, es decir un girlgroup de coreografías y lipsync, pasando por sus primeros álbumes, hasta llegar a la mujer que cantó sin tapujos en el escenario de los Premios Óscar.

Desde pequeña, Natalia Lafourcade practicaba a diario canto, guitarra y piano, por lo que no es de sorprender la maestría, y a la vez, el amor que le tiene a la simpleza de unos acordes limpios de una guitarra acústica, así como el peso que le da a la voz en sus canciones.

Aunque su ritmo ha madurado con el tiempo, desde su primer álbum, Natalia Lafourcade (2002), ya tenía un estilo bastante minimalista, siempre prefiriendo que los instrumentos limpios fueran quienes marcaran el rumbo de sus canciones.

Con su segundo álbum, HU HU HU (2009), el camino del pop más minimalista y dulzón era lo que predominaba. Decantando en melodías más juguetonas, explotando al máximo su voz aniñada, así como ritmos que a pesar de la letra, te ponen de un buen humor. Aquí es donde comenzó a jugar un poco más con los sintetizadores, pero sólo un poco, nada que indicara que su ritmo dejaría sus inicios.

Pero en 2012, fue donde Natalia lanzó un álbum homenaje a Agustín Lara, Mujer divina, y en definitiva fue un punto de inflexión para la mexicana. Estas reinterpretaciones conjugaron la maestría del folklore mexicano con melodías modernas, creando la marca que, hasta la fecha, es el sello distintivo de la cantautora.

Este sello tan característico encontró una cúspide en el álbum producido por la propia cantante y el músico argentino Cachorro López y el artista mexicano Leonel García, Hasta la raíz (2015). Un álbum que en cada recodo se siente honesto y personal, circundado por esta mezcla entre folklore y modernidad, dando por resultado un álbum melancólico.

Con este álbum, el sexto en su discografía, ganó el Mejor álbum de rock latino/alternativo en los 58ª Premios Grammy.

Con este magnífico álbum, la artista mexicana terminó de formarse un lugar entre los escuchas mexicanos, que se quedaron embelesados con la simpleza melancólica que todo el álbum abordaba. Así como la exploración de un duelo y una separación con letras directas.

Después de este lanzamiento, decidió unir creatividad con Los Macorinos, el grupo de guitarristas que tocaron de la mano de Chavela Vargas, y lanzó dos volúmenes del Musas (2017-2018), haciendo un homenaje al folklore latinoamericano.

A pesar de que la propia Natalia dijo que no esperaba mucho de este encuentro creativo, resultó en 30 canciones, por esto es que se divide en dos partes. Así pues, en este recorrido extenso por la música folclórica de la larga y ancha Latinoamérica, terminó por darse un merecido descanso.

Desde junio de 2018 que no escuchamos a Natalia Lafourcade en vivo, y aunque no sabemos si está preparando un nuevo álbum o explorando sus límites musicales, más pronto que tarde la veremos presentarse en la CDMX, en un concierto único y con una gran causa.

El concierto tiene por nombre Un canto por México, y será llevado a cabo el 4 de noviembre en el Auditorio Nacional. Ella junto a una serie de cantantes mexicanos, recaudarán fondos en este concierto para reconstruir el centro de documentación Son Jarocho, el cual resultó afectado tras los sismos de 2017.

En este sentido, Natalia Lafourcade dijo:

Tras los terremotos, en la comunidad de Jáltipan, ellos no dejaron de dar clases, ni talleres, ellos seguían dando clases de marimba y zapateado en las banquetas, aunque no tenían salones, después iban por cuatro troncos y palmas, y hacían un salón de clases, en el campo, las comunidades siguen adelante, y este proyecto es de la comunidad, nadie del gobierno se involucró.

Por lo que quiso que la reconstrucción fuera en comunidad.

Aunque el concierto está liderado por Lafourcade, unirá su voz con otros exponentes musicales, con quien hará colaboraciones inesperadas y que posiblemente sólo escuchemos en ese escenario. Los invitados son Aída Cuevas, Ángela Aguilar, Jorge Drexler y la banda mexicana de rock y ska Panteón Rococó.

Sin duda será un concierto único que no te puedes perder, compra tus boletos aquí.