Hoy en día correr se ha convertido en la actividad más deseada entre los amantes del ejercicio, porque más allá de la fuerza, condición física y demás que ofrece, también se convirtió en la más óptima alternativa para ejercitarse después de que la pandemia limitará las opciones en espacios cerrados como deportivos, gimnasios y albercas.
Se trata de un ejercicio meramente natural, uno en el que desde los albores de la humanidad fue necesario para nuestra propia supervivencia. Es decir, nunca tuvo más sentido la frase: “corre por tu vida”, que cuando la opción era correr o dejar que te atrapara alguna fiera para convertirte en su alimento.
Ahora, en pleno siglo XXI, 2021, ya no corremos para no ser cazados por alguna bestia. O más bien sí, pero las bestias mutaron, se transformaron en discursos y miedos contemporáneos. Es decir, muchos pueden asegurar que correr los libera de ansiedad, depresión o demás males de nuestro siglo, o simplemente por salud física.
Más allá de las razones, es verdad que el running se ha convertido en una tendencia a la que muchos se han sumado. Sin embargo, como en todo lo que nos rodea, existen mitos y realidades alrededor de esta actividad. Es común escuchar “consejos” sobre cómo correr de mejor manera, que si de una manera u otra pierdes más peso, te lastimas menos, que ejercicios son mejor para calentar, etc.
Así que si tu meta es meterte de lleno en la tendencia y quieres hacerlo de la mejor manera, ahora te desmentimos aquellos mitos que rodean a este ejercicio, para que no te dejes llevar por un comentario aleatorio, y disfrutes de mejor manera de tu ejercicio.
Siempre debes estirar antes de correr
No debes hacer estiramientos estáticos. Es decir, aquellos que aguantas en una posición que estira el músculo durante un periodo de tiempo. De lo contrario que se piensa, estos estiramientos no reducen el riesgo de lesión y, de hecho, pueden empeorar tu rendimiento.
Lo que sí es recomendable hacer antes de correr, es relajar las articulaciones y mejorar tu flexibilidad. La manera correcta, por así decirlo, es hacer estiramientos dinámicos, con los que se estiran los músculos mediante el movimiento. Por ejemplo, las zancadas laterales o los leg swings, pues estos incrementan el flujo sanguíneo en los músculos. Estos estiramientos sí reducen los riesgos de lesiones y mejoran tu rendimiento.
¿Hace frío? Mejor no correr… ¿verdad?
No, muy pocos cuentan como pretextos reales para no salir a correr y el clima frío no es uno de ellos. La principal motivación que nos lleva a creer esto es la posibilidad de pescar un resfriado. Sin embargo, ¿sabías que la mayoría de los virus que ocasionan los resfriados se contagian más rápidamente en sitios cerrados? Además, esto lo podemos ver ahora con mucha más claridad a raíz de la pandemia que vivimos.
Así que quedarse en casa para evitarlo no es una excusa real, pues el ejercicio regular y moderado nos ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunitario. Por lo que, incluso correr a bajas temperaturas, ayuda nuestra salud y, de hecho, estimula la quema de calorías. Por último, en este punto, no olvides calentar.
El potasio evita calambres
Seguramente has escuchado que consumir potasio significativamente nos ayuda en muchas cosas, pero sobre todo en la evasión de calambres a la hora de ejercitarnos.
¿Esto es real? De acuerdo con un estudio: “No hay alteraciones clínicamente significativas en las concentraciones de electrolitos en suero y no hay alteraciones en el estado de hidratación en corredores con EAMC que participan en una carrera de ultrafondo”.
Es decir, los calambres, muy probablemente, tienen más que ver con el no entrenamiento adecuado y la posterior fatiga muscular, que con el potasio mismo.
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