El éxito es un concepto distinto para cada persona, aunque en la sociedad se dicta que ser exitoso es ser reconocido, feliz y rico; por lo que nos preguntamos, ¿realmente existe el miedo al éxito? ¿Quién realmente podría sentir miedo a esto?
Suena mucho más obvio el miedo al fracaso, pero no su contraparte, que ya que lo pensamos bien proviene del mismo lugar. Pero vayamos por partes, ¿qué es el miedo al éxito?
Se trata de un miedo de no ser lo suficientemente bueno para merecer los mejores puestos, el aumento de sueldo, o vivir bien y con tranquilidad; paradójicamente se da mucho en las personas que ya son exitosas, las cuales son personas que viven con culpa y puede ser una limitante para mantenerse en ese nivel o para acceder a uno más alto.
El miedo al éxito no es un miedo literal al éxito, sino a los resultados y las consecuencias de obtener éxito.
Muchas veces comienza con el síndrome del impostor, es decir, cuando una persona siente que no merece tener el éxito que tiene o el puesto que tiene porque en realidad tiene una incapacidad para reconocer sus logros. Creyendo que son un fraude y que en algún momento alguien se dará cuenta de la realidad y que les quitarán todo aquello.
Es muy común que se exprese en pensamientos como “estoy aquí por suerte, no por mi talento”, o creer que “es demasiado bueno para ser verdad” y que sólo es la calma antes de la tormenta.
Después de los pensamientos es sumamente común que comience el autosabotaje inconsciente, como la procrastinación (evitar hacer algo que sabes que tienes que hacer), olvidar ciertas cosas (como prepararte para una entrevista de trabajo importante o salir tarde), dejar de exigirte a ti mismo o enfermarte a ti mismo por no poder controlar los nervios (como un atleta que se lesionó justo antes de su torneo más importante).
El miedo al éxito no siempre se materializa por un problema químico en el cerebro, sino por el ambiente familiar y muchos factores expertos que comienzan desde la infancia. Ya sea que los padres hayan hecho mucho énfasis en que los hijos sean perfectos en y les exigen y los presionan para conseguirlo.
De igual forma se puede desarrollar por críticas de los profesores hacia el individuo, o incluso con las comparaciones, como “tu hermano es más inteligente”, también por tener padres demasiado talentosos, lo que puede llevar a la persona a ver el éxito como algo inalcanzable, e incluso una cuestión de género.
Los traumas se pueden expresar de miles de maneras, pero muchas veces explota en que la persona en cuestión se sienta constantemente en falta y que no puede lograr las cosas; decantando en pensamientos que nos hagan daño, pasando por el síndrome del impostor, hasta llegar al miedo al éxito.
Sin duda, no es una cuestión fácil de manejar, y si sientes que te supera, te recomendamos buscar ayuda profesional. Recuerda que lo importante no es tener un problema, sino qué hacemos con él, e incluso pequeños cambios de pensamiento transforman vidas, por ejemplo, reemplazar los “no se puede” por “lo voy a intentar”.
No es fácil pero todo empieza por pequeños pasos.
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