Ahora que los colores de la disidencia se han convertido en la pólvora brillantina de los rostros y nombres de la comunidad LGBT+, puede resultar un poco distante o lejana la sombra y neblina que acosa su existencia. Sin embargo, de ahí que adjetivos como resiliencia y demás se acoplen al orgullo que significa, tanto política como socialmente, celebrar la identidad de cada persona en el mundo.
Asimismo, las voces y cuerpos humanos han tenido, desde siempre, la necesidad de expresar su punto de vista del mundo. Desde la marginalidad en la que el contexto ha orillado a la comunidad LGBT+ a situarse, grandes composiciones y aristas de la vida han surgido, desde la plena residencia contestataria, hasta las obras de ficción más entrañables y universales.
Por eso, ya que el mes de junio ha dado inicio, celebramos a la comunidad desde uno de los rincones más preciados del arte: la literatura queer, pero antes de seguir, reparemos en qué significa exactamente decir eso.
Al hablar de literatura queer, ¿hablamos de que sus autores son parte de la comunidad LGBT+ o que la trama gira entorno a un personaje de la comunidad? ¿O simplemente no debería existir un etiqueta como tal al respecto de la literatura, ya que en vía de los Derechos Humanos y la no discriminación, incluirles trasciende etiquetas?
Al respecto, recordemos que no hace mucho, por allá del 2016, el periodista Peio H. Riaño publicó un artículo llamado Prohibido decir: “Lorca era homosexual”. Se trató de un gran debate que encendió las redes, pues primeramente el autor describía como grandes biografías o textos de críticas que hablaban de Lorca evitaban, minuciosamente, decir la palabra homosexual. Sin embargo, el debate alrededor también cuestionaba si la orientación sexual o la identidad de género del autor debería ser motivo para estudiar y apreciar su obra.
Al recapitular sobre esto, es verdad que cada vez la palabra “inclusión” y sus consecuencias, deambulan alrededor de un discurso en el que cada vez es más orgánico y natural ver personajes de la comunidad, sin necesidad de ser exotismos o ajenos a una “normalidad” establecida dentro de la ficción. Por ejemplo, antes veíamos películas de temática queer y casi todo el tiempo la trama giraba entorno a una salida del clóset, ahora es más común ver como la trama gira en torno a dramas y situaciones de la vida real.
Sin embargo, también es real que la orientación sexual e identidad de género de cada individuo tiene distinto impacto en el mundo, pues las “reglas” que no son por ley orden (al menos en nuestro país), siguen siendo distintas bajos los preceptos e ideas que, casi siempre, en las que la religión nos encaminó.
Es decir, mientras esas falsas reglas del juego no terminen de abolirse, la identidad o la orientación sexual de una persona sí serán punto clave para la determinación y contexto de su obra artística. Asimismo sucede con esa y más características que pueden habitar en cada autor, como el color de su piel, su estatus socioeconómico y demás.
Por eso es que hoy hacemos un breve recuento de la literatura queer que merece la pena ser leída. Esto con motivo al mes del orgullo y a las voces y cuerpos que desde la disidencia exploran grandes rutas literarias para la creación de grandes obras.
La habitación de Giovanni de James Baldwin (1956)
En esta entrañable historia, podemos ver la intensa relación entre el estadounidense David y Giovanni, un camarero italiano. En la primera parte, vemos cómo ha sido su tiempo juntos en una noche que precede a lo que será la mañana más terrible de sus vidas. Ya que al día siguiente, descubrimos que se trata de la ejecución de Giovanni.
En esta obra vemos cómo se dibuja un retrato de la masculinidad, pero desde una arista distinta a la convencional, sin dejar de subrayar la tradicional.
Orlando de Virginia Woolf (1928)
No podemos dejar de un lado el clásico de una emblemática escritora como Virginia Woolf, y es que Orlando es una obra magistral, sobre todo para su tiempo. Se trata de una historia en la que la escritora se inspiró en Vita Sackville-West, con quien, de hecho, sostuvo un largo idilio. En esta novela vemos cómo el protagonista homónimo vive una vida a lo largo de tres siglos de historia, en la que, claramente, vemos un sinfín de relaciones románticas.
Se trata de una lectura con un montón de posibilidades, en donde la calidez y el humor nos llevan a explorar minuciosamente grandes atajos sobre el género, sexualidad, poder y hasta el mismo proceso artístico.
En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong (2019)
Se trata de una novela epistolar en la que Vouong combina la prosa con la poesía, para encontrar puntos narrativos de inflexión en los que la intimidad se convierte en una misma con las figuras retóricas y su intención.
Además, aquí se retratan distintas temáticas sociales que nos hacen ver más allá de la arista convencional del mundo, pues se narra la historia de un hombre que se descubre a sí mismo como inmigrante y homosexual.
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