A propósito de las fechas, hablemos del terror. ¿Qué es exactamente el terror? Pero sobre todo, ¿qué es el cine de terror y por qué nos encanta? ¿Cómo es que una emoción tan negativa nos atrae tanto? 

Escenas en donde la sangre hace toda una coreografía estridente para sentir que tú mismo te has embarrado de ella, o escenas de tortura, exorcismos, monstruos siniestros, esto por mencionar algunas ideas, son escenas que a muchos no sólo nos gustan, sino nos encantan. Disfrutar del cine de terror es un gusto sofisticado, no cualquiera tiene el estómago para apreciar lo que este arte, porque sin duda es un arte que alcanza en estéticas refinadas. 

El gusto se rompe en géneros, y no cabe duda de que el género del terror es uno que no cualquiera sabe apreciar, pero ¿por qué a quienes sí les encanta, les encanta? Es decir, ¿será que hay algo malo en las psiquis de quienes disfrutamos del terror o simplemente se trata de un gusto más como preferir o no la pizza con piña?

Como con muchas cosas, la ciencia ya lo ha investigado y ha concluido que existen diversas razones por las que decidimos ver películas de terror. Por ejemplo, la psicología afirma que miramos esta clase de cintas porque “queremos entender nuestros temores y los miedos de la población en conjunto”. 

El profesor de la Universidad Estatal de San José (EE.UU.), Paul J, declara que: “El género de terror se dirige a nuestros miedos arquetípicos. Se puede ver en toda la historia cómo cada generación ha definido el 'terror' a su manera y se convierte en gran medida en la idea de que es algo fuera de nuestro entendimiento que nos amenaza”. 

Sin embargo, esto no es todo, hay muchas más razones argumentadas científicamente que nos permiten entender por qué disfrutamos tanto de este cine. Un estudio que publicó la revista Journal of Consumer Research (2007), señaló que a pesar de que a todo un grupo de personas que vieron una serie de videos terroríficos experimentaron miedo, las que se proclamaban amantes del género también mostraron mucha felicidad al verlos. 

El autor del estudio, Joel Cohen de la Universidad de Florida, señaló que: “En el mundo real, las personas pueden experimentar, al mismo tiempo, tanto felicidad y tristeza como euforia y ansiedad. Las personas disfrutan de las emociones aunque provengan de una fuente negativa; de lo contrario, las cosas podrían ser bastante aburridas”. 

Ya sea que queremos entender nuestros miedos, o simplemente darle un sazón excéntrico a la vida al ver esta clase de películas, lo que es verdad es que quienes disfrutamos del género lo hacemos con una exquisita selección. 

A 21 años de haber iniciado el siglo XXI, hacemos un recuento breve de las mejores tres películas de terror (según motivos editoriales) que hasta ahora se han estrenado y nos han brindado el placer de disfrutar del género desde las maravillas cinematográficas que ha alcanzado el cine desde sus inicios. 

Pulse, de Kiyoshi Kurosawa (2001)

Una cinta indudablemente siniestra, en la que emociones como la extrañeza y la tristeza se fusionan en una estética sin duda hermosa, pero terrorífica al mismo tiempo. 

“Hace tiempo que Michi, Yunko y Yabe no tienen noticias de un amigo. Cuando Michi va a visitarlo a su casa lo encuentra un poco extraño. Aunque él dice encontrarse bien, al poco rato se encuentra colgado del techo. Por otro lado tenemos a Ryusuke, que prueba a conectarse a internet por primera vez, sin mucho éxito. De pronto su computadora comienza a entrar solo en la red, y aparece una extraña página web, donde aparecen turbadoras imágenes de habitaciones oscuras y finalmente un inquietante mensaje: ¿Quieres ver un fantasma?"

The Witch, de Robert Eggers (2009)

Casi podríamos decir que hablamos de una obra maestra cuando hablamos de esta cinta y no es que Robert Eggers no sea un especialista en el género, sino que con esta, su ópera prima, se lució de manera irrevocable. 

“La película está protagonizada por Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Ellie Grainger y Lucas Dawson. The Witch sigue a una familia puritana del siglo XVII que se encuentra con las fuerzas del mal en el bosque más allá de su granja de Nueva Inglaterra”. 

Hereditary, de Ari Aster (2018)

Del mismo director de Midsommar, no podemos dejar pasar esta reacción, sobre todo porque muchos concordamos en que es mucho más siniestra que la anteriormente mencionada. 

“Esta pérdida familiar se convierte en el detonante de un asedio paranormal y agónico que persigue sin tregua a Annie (Toni Collette) y a su familia, que comienzan a descubrir secretos extraños y cada vez más aterradores sobre sus antepasados”. 

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