Aunque los antros y bares aún no pueden abrir sus puertas como fueron concebidos, las autoridades les permitieron cambiar de giro a restaurantes, por lo que muchas cantinas pudieron salvarse de esta prohibición ya que casi siempre acompañan sus tragos con comida o botanas.
Lo cierto es que podemos extrañar los antros y los bares, pero nuestra alma mexicana siempre ha guardado un lugar especial para las cantinas, con su ambiente bohemio, su música melodramática y una increíble oportunidad de tomar tantos caballitos de tequila como tu corazón roto te deje.
Fuera de bromas, las cantinas siempre han sido un lugar querido para muchos, por ello es que algunas llevan ya casi un siglo sirviendo a los comensales, algo que no muchos establecimientos se pueden jactar. Y curiosamente la mayoría de estos espacios se encuentran resguardando una gran cantidad de historia, por lo que tomar un trago ahí es más una experiencia.
Así pues, ya sea que esperes a que comiences a hacer planes para cuando sea más seguro asistir a cantinas, o desees asistir con todas las medidas que las autoridades piden, aquí les dejamos una lista de las mejores cantinas tradicionales en la CDMX.
Bar Mancera
Calle de Venustiano Carranza 49, col. Centro
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Comenzamos con uno de los clásicos en la ciudad, y es que el Bar Mancera se distingue por la elegancia que desprende en cada detalle: sus techos con relieve, sus acentos de decoración francesa y su entorno en general logran que te sientas transportado a la época del porfiriato.
Ahí podrás disfrutar de una comida corrida con tu trago favorito, con la que podrás formar parte de la historia que carga este espacio, que después de ser un hotel, volvió a abrir sus puertas como una cantina y hasta la fecha podemos seguir disfrutando de las noches de tango y música en vivo interpretada en un piano.
Salón Tenampa
Plaza Garibaldi 12, col. Centro
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Sin duda, el Salón Tenampa es otro clásico porque la crema y nata de la Época de Oro del cine y música mexicana se codeaba en este lugar. Posiblemente los clientes más frecuentes eran José Alfredo Jiménez y Chavela Vargas, quienes, cuenta la leyenda, el dueño ya no quería dejarlos pasar porque entraban en viernes y salían en lunes acabándose con todas las botellas en el proceso. Un lugar sumamente especial para los dos, ya que también se dice que ahí José Alfredo Jiménez compuso la mayoría de sus canciones, y como homenaje compuso “Mi Tenampa”, un clásico que fue interpretado por decenas, pero tal vez el más conocido fue Pedro Infante en la película Gitana tenías que ser (1953) que fue rodada también en la cantina.
Desde su apertura en 1925, este salón no ha dejado de ser visitado por miles de amantes del mariachi o que desean conocerlo, así como estrellas de talla mundial. Sin duda un espacio imperdible en una ruta de cantinas por el Centro Histórico, simplemente no podrás evitar pensar en cuántas historias han sucedido entre sus paredes amarillas decoradas de murales de las estrellas que han tomado ahí.
La Peninsular
Local 4, Alhóndiga 26, col. Centro
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Escondida entre puestos que venden todo tipo de tiliches, nos encontramos con la segunda cantina más antigua de la CDMX, La Peninsular, la primera era El Nivel que desapareció hace unos años. Su registro data de 1872, y aunque ha sufrido muchas remodelaciones a comparación de otros espacios en el Centro Histórico, sólo basta mirar las paredes para adentrarnos a otra época en la que podías encontrar en sus mesas a Lucha Villa, al zapatero o a algún político importante de la época.
Además de las típicas botanas de cantina que podrás disfrutar, con la modernización también llegó un chef que prepara platillos a la carta, si deseas ir no puedes irte sin probar las enchiladas tomatlán. Un trago y un bocado de historia en todo su esplendor, recuerda que al ser una cantina después de comprar cierto número de tragos, podrás disfrutar de una comida corrida gratis.
El Tío Pepe
Independencia 26, col. Centro
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Cuando pongas el primer pie dentro de este lugar, enseguida sentirás que te encuentras en otra época. Desde 1874, esta cantina es recordada por su antigua barra, la cual es la reina del lugar ya que permanece intacta, lo cual nos hace tener esa sensación de respirar un aire de nostalgia. Un dato curioso es que al ir ahí, aún podrás ver el letrero de “prohibición femenina”, pues es bien sabido que anteriormente, no se le permitía la entrada a las mujeres en las cantinas; claro que ahora está más que abolida esa prohibición, pero podrás adentrarte a otro momento de la historia, en el cual hasta las botanas son gratis.
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FOTO: Juan Carlos Fonseca Mata, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons