Uno de los festivales más esperados de cada año está por arrancar en su edición número 21, el Vive Latino 2020. Uno de los eventos musicales y multitudinarios que más ha influido en la industria de la música mexicana y de América Latina. 

Con los años, el Vive Latino se ha ido transformando de acuerdo a las nuevas generaciones y formas de vivir y explorar la música. Aunque claramente, tampoco se ha perdido el espíritu de la semilla de quienes sembraron el corazón del rock en español, y los grandes exponentes que año con año vemos repetirse. La clara apuesta por la nostalgia ha sido la fórmula clave para que el Vive Latino conserve su esencia y nunca olvide su propósito, expandir y compartir música de cualquier género en nuestro idioma español. 

Sin embargo, siempre existen nuevas y diversas propuestas para que los nuevos buscadores de música y los verdaderos melómanos puedan gozar de una variada oferta de bandas y dimensiones sónicas. Hoy te hablaremos de tres bandas que van más allá de los headliners o las típicas bandas que hemos escuchado año con año. 

Portugal. The Man

Desde sus inicios, por allá de 2004, esta banda estadounidense se formó por la idea de John Gourley, líder de la agrupación. Desde su cabaña, alejada del mundo, Gourley se ha dedicado a explorar el mundo de la música desde su plataforma acústica hasta la experimentación. Desde entonces, Portugal. The man se ha dedicado a explorar mucho más allá del horizonte. 

Una vez lanzado su álbum debut, Waiter: "You Vultures!”, bajo el sello de Fearless Records en 2006, la industria acertó en notar que se trataba de una propuesta auténtica. La banda se ha tomado el papel de la experimentación muy en serio, y es que la ambivalencia de su sonido entre un rock alternativo, para divagar entre el psicodélico y el indie, han hecho que Portugal. The Man se haya vestido con diferentes vestuarios a lo largo de su carrera, sin dejar de ser ellos mismos. 

Con su primer álbum, era difícil adivinar que se trataba de una banda con más que rock para ofrecer. Sin embargo, tampoco tardaron mucho en lanzar Church Mouth (2007), álbum con el que su estética empezó a romper cualquier línea recta que los llevaría en un único sentido. No fue hasta el tercer álbum, Censored Colors, que Portugal. The Man definió un estilo voluble, en el que la divagación de un género a otro sería la carretera de su sonido. Desde The Satanic Satanist (2009) hasta su noveno y más reciente álbum Woodstock (2019), la banda ha mantenido esta coherencia en la que podemos ir de un sonido acústico y sereno, a uno completamente eléctrico y distorsionado. 

Incluso, en medio de esta furia de sonidos y sabores, lanzaron In the Mountain in the Cloud (2011), álbum clímax de su obra. Más allá de lo que una opinión personal pueda olvidar u omitir, lo cierto es que podríamos definirlo como uno de los mejores álbumes de su carrera, sin tener motivos para desacreditar los que vinieron después. Incluso, siendo después de Evil Friends (2013) que comenzaron a popularizarse a nivel mundial. 

Milky Chance

En esta diversificación de ritmos, hablemos de Milky Chance. Se trata de un dúo formado por Clemens Rehbein como vocalista y músico y Philipp Dausch como DJ, ambos alemanes intercalan el sonido del pop, el folk y alternativo con claras influencias del reggae y la música electrónica como base de este particular mundo sónico. 

Fue en 2012 que este MIlky Chance sobresalió con su más sonado sencillo, “Stolen Dance”. Para después seguir explorando  la industria, lanzaron su álbum debut Sadnecessary en el que se incluyeron “Stolen Dance” y “Down by the River”, temas que habían lanzado aleatoriamente mucho antes de consolidar la idea de un álbum formalmente. 

Con apenas tres álbumes de estudio, este dúo sigue ofreciendo giras en las que en regiones como Alemania, Austria y Suiza las entradas se agotan. La estética entre la energía de los beats de fondo y los acompañamientos de la guitarra de Rehbein, genera una atmósfera de tiricia y júbilo interactuando armoniosamente. 

Además, su más reciente producción fue editada apenas el año pasado, Mind The Moon. Incluso siendo pocos los álbumes que tenemos como referencia, son distanciados los años entre cada uno, y definitivamente podríamos hablar de una evolución en la que la adaptación de nuevos sonidos y visiones del mundo han sido involucrados a su estética de manera compatible con lo que propusieron originalmente como músicos. 

Bratty

Una propuesta nueva y refrescante es lo que nos trae Bratty, banda de chicas de música garage originarias de Sinaloa. Se trata de Jenny Juárez, líder y cantante de Bratty, Esmeralda Jiménez y Astrid Nava. 

Con apenas tres años presentes en la industria de la música, Bratty ya promete convertirse en una banda de gran aliento y no sólo de un hit. Con dos álbumes de estudio, Todo está cambiando (2018) y Desilusión (2019), esta banda de chicas retrata temas adolescentes desde la sinceridad de un garaje atinado al grunge cantado en español. Definitivamente es de las propuestas por las que el espíritu del festival del Vive Latino inició, para dar a conocer a este tipo de bandas emergentes que muchas veces perdemos del radar.