Desde antes que comenzara la pandemia ya se cuestionaba el futuro de los desfiles de moda, desde el punto de vista de la huella de carbono que dejaba cada una de ellas, pasando por su efectividad frente a otros medios, e incluso si seguirá teniendo interés al competir con la tecnología.
Y creo que el hecho de que se haya comenzado a hablar de ello desde antes, indica mucho de lo que la propia industria piensa de sí misma.
Lo que acontece en el mundo parece que sólo aceleró lo que ya se venía pensando, al final meses en silencio no pasan desapercibidos para nadie, y las grandes industrias han tenido tiempo de recular para volver a empezar.
En el caso de casa de moda tan gigantes como Gucci y Saint Laurent, han decidido salir de los calendarios de las semanas de la moda y sólo lanzar dos temporadas al año. Decisiones que sólo ellos podrían tomar, sobre todo Gucci a cargo de Alessandro Michele, que ha movido muy bien sus cartas y se encuentra dentro del imaginario del comprador promedio cuando piensa en moda de lujo.
De igual forma, esta decisión de sólo hacer dos colecciones al año aumentaría la expectativa que estas marcas generan, y serían aún más exclusivas sus prendas, lo que sin lugar a dudas, beneficiaría a la marca.
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¿El problema? Es que no muchas de las marcas que desfilan en las semanas de la moda son así de inmensas e incrustadas en el imaginario colectivo. Lo cierto es que estas semanas dan empleo a miles, dan oportunidades a modelos principiantes y los pequeños diseñadores pueden darse a conocer.
También es cierto que al menos hasta que haya una vacuna este tipo de eventos quedan estrictamente prohibidos en todo el mundo, no olvidemos que uno de los mayores focos del virus fue en Italia al poco del inicio de la Semana de la moda en Milán. Lo que ha decantado en la industria tratando de llenar un hueco que es imposible de llenar con decisiones tal vez poco pensadas.
Aunque muchas de las Semanas de la moda se han llevado a cabo en línea, y algunas han sido sumamente exitosas por el voyeurismo de ver el interior de la casa de las modelos, la experiencia en vivo es imposible de emular.
Además que este tipo de eventos tienen el plus de la elegancia y la exclusividad que implica toda la industria de la moda en un solo lugar, algo que claramente se pierde al momento de democratizarlo en alguna red social.
Y es que algo que es muy cierto, es que las Semanas de la moda son de la industria para la industria, donde los compradores forman parte de la misma y no cualquiera puede tener lo que aparece. Es decir, hay una distancia de aquí a China entre admirar la ropa Gucci que lleva Harry Styles a tenerla en tu clóset.
Algo que las casas de diseño saben, y por ello sus mayores ganancias no son por la ropa, incosteable para millones, sino por sus perfumes, maquillaje y bolsas, un poco más asequibles y que acercan al comprador a la ilusión de tener un Gucci.
Así pues, las pasarelas de moda vendrían siendo una forma de comunicarse con la misma industria, encontrarse en un mismo lugar y humanizarse, a la vez que se crean las tendencias del año que todos buscarán emular, y crear conceptos que atraigan el deseo de las masas quienes siguen consumiendo aquello que los mantiene en pie.
¿Realmente sería una pérdida muy grande para el ciudadano a pie que dejaran de existir las Semanas de la moda? Tal vez si eres italiano y vives de los miles de euros que entran cada poco tiempo o algo similar, tal vez si todas las industrias de la moda en el mundo se verían confundidas con las tendencias.
Lo que es cierto es que la industria no dejará que este tipo de eventos caigan, es la forma segura en la que obtienen publicidad y dinero, una conclusión que llegaron antes de la pandemia y después de ella. Por lo que tal vez no veamos una destrucción de las pasarelas de moda, sino una reinterpretación e incluso una desaceleración.
Sobre el mundo se cierne una sombra muy alargada, la crisis va a azotar a casi cualquier lugar en el mundo, e incluso los millonarios que podrían pagarse tres outfits Channel no saldrán limpios. Lo que sin duda llevaría a una reestructuración en la cantidad de colecciones que salen cada año, para que no termine todo en las rebajas de fin de temporada, donde de hecho, se encontrará todo lo que se hizo a inicios de 2020.
Posiblemente se busque desacelerar esto, tal vez sólo llevar a cabo unas cuantas pasarelas presenciales y el resto hacerlas en línea, con las propuestas afinadas de lo que se ha hecho en estos tiempos de cuarentena.
Como el desfile en 3D de la diseñadora Anifa Mvuemba, con su marca Hanifa, el cual causó un revuelo por sus cuerpos invisibles que portaban su más reciente colección. Fue un shock mirar a esos cuerpos contoneándose en fondos negros, la ropa nunca tuvo tanta presencia en un desfile.
Lo cierto es que la misma industria necesita una reestructuración, sea cual sea la razón. Serán cambios muy interesantes que vale la pena mirar a fondo, las grandes mentes detrás de la estética moderna creando la nueva forma en la que se presentará la moda en nuestros tiempos.
Qué momento para estar vivos.