Cuando hablamos de una gran metrópolis, es fácil pensar en sus grandes rascacielos, sus olores, texturas, sus sonidos, pero sobre todo en sus colores. Es decir, pensemos en todo el bombardeo visual que emana el universo citadino, y sobre todo una de las más grandes del mundo como es la Ciudad de México. Desde los grandes espectaculares en las avenidas principales, hasta las luces neón de las noches, como los murales escondidos y los que están a plena vista en nuestras calles.
Ya es raro pensar en los graffitis como algo negativo, pues hace poco más de quince años que la cultura popular ha sabido dialogar entre las narrativas artísticas juveniles y clásicas. Es decir, el arte de los murales se resignificó en la contracultura del graffiti. Y aunque se trató de algo difícil de asumir al inicio, es algo que ahora las grandes élites del arte vanaglorian.
Es un hecho que el discurso ha cambiado notablemente, pues el fenómeno de traspasarse de las calles a las galerías, ha revelado más del contexto sociopolítico que vivimos, que de alguna narrativa del arte en específico. Un gran ejemplo es el famoso e incógnito artista autonombrado Banksy, quien se ha dedicado desde siempre a la cruda y directa crítica hacia nuestra sociedad, y que ahora se cotiza en millones de dólares en las galerías de arte.
Más allá de un discurso profundizado sobre los valores políticos y económicos que puede representar este arte, o el arte en general, será mejor conservar la visión de sus valores artísticos y técnicos en los que ahora podemos equiparar a estos grandes artistas callejeros, con los grandes muralistas de la época dorada durante el siglo XX, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros (quienes, por cierto, también también fueron frecuentemente comisionados por el gobierno para realizar obra).
Ahora, tomando siempre en cuenta las precauciones oficiales, descubre los mejores graffitis de la Ciudad de México, y conoce un poco de su historia. Porque como hemos visto, es un arte globalizado en el que podemos tropezarnos con grandes obras maestras, hechas por algún artista de cualquier parte del mundo.
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ROA en La Lagunilla
En 2012, el artista originario de Bélgica, intervino el estacionamiento de la Lagunilla en la ciudad. Esta obra trata de una enorme serpiente con ratas en la punta de su cola. ROA acostumbra cargar sus trabajos con cargas políticas y sociales bastante directas. Por lo general, al artista le gusta dialogar entre su obra y espacio y la zona en la que la crea.
Pensando en esta obra, recordemos que la Lagunilla es una de las colonias populares de la ciudad, misma que ahora en día quizá está sufriendo una amenaza de gentrificación latente, pero que se distingue por conservar su esencia puramente de barrio. Se trata de una obra bastante enigmática, que merece la pena ser vista y vivida desde la experiencia de asistir a la zona en la que se encuentra.
X Familia Crew en Tlatelolco para Transmuta
En esta tendencia muralista graffitera, también son comunes los colectivos que trabajan juntos para crear grandes murales en lugares representativos de la ciudad. Se trata de X Familia Crew, quienes construyen “autonomía desde la colectividad, teniendo como eje central el graffiti como detonador de múltiples posibilidades creativas”.
Recientemente, intervinieron la Torre de Veracruz, uno de los enormes edificios ubicados en el complejo habitacional de Tlatelolco. El mural completo, muestra a Quetzalcóatl representado en la forma del ADN, con la intención de nombrarlo el ADN nacional. Se trata de una invitación a la sociedad a tener una reconexión con la naturaleza y sus raíces. De esa manera muestra a una de las deidades más importantes para la cultura mesoamericana. Lo impresionante no es solo la calidad estética del muro, sino el significado en la representación de las raíces de los árboles, la vida, además de los planetas.
Igualmente, el muro continuo lo intervinieron con otro mural. Con la intención de que ambas creaciones dialogaran entre sí, se esmeraron para crear una obra en la que, mediante simbolismos como el alba y ocaso, pasado y presente, orgullo y vergüenza, conforman una dualidad.
Icarus de Interesni Kazki sobre Insurgentes
Una leyenda clásica del mundo literario, con la modernidad, se encuentra en la esquina de Álvaro Obregón e Insurgentes. Se trata de un espectacular muro realizado por Interesni Kazki, y se titula Icarus.
Aleksei Bordusov alias AEC y Vladimir Manzhos alias Waone, más conocidos como Interesni Kazki, son un dúo de artistas ucranianos reconocidos, principalmente, por sus murales surrealistas. Sobre Icarus, es imposible no mirarle. En primera, se trata de un mural en gran magnitud, y además su ubicación es bastante transitada en la ciudad. En su discurso político, la obra contiene varias lecturas, ¿tú cuál crees que sea la real?
Primavera/ Verano /Otoño / Invierno por Gato Moedano, Senkoe, Polvo, Leon & Libre en Santa Fe
Cuatro artistas mexicanos se unieron en los límites más problemáticos de la ciudad, para crear un espectacular mural en el que representan cada una de las estaciones del año sobre cada uno de los muros de los edificios de una zona habitacional.
De manera armoniosa, lograron conciliar un discursos armónico y sincronizado, en el que las piezas representan tanto la fauna, flora y los colores de cada estación.
Escif en Tlatelolco
Escif es un artista originario de Valencia, y realizó una obra completamente monumental sobre uno de los edificios de Tlatelolco. En esta, plasmó sus imágenes monocromáticas realmente auténticas.
El edificio de Chihuahua muestra a dos personas de frente que se sostienen la una a la otra por el cuello como a punto de iniciar una pelea. Aunque el significado verdadero de este mural es todo un misterio, muchos aseguran que tiene que ver con los sucesos de la matanza de estudiantes en 1968.