Lo que sucede en tu cerebro cuando te ejercitas

Vida y estilo Calendario 26 sep 2020 Nora Morales

“Cuerpo sano, mente sana” no es una frase nueva y es posible que no tengamos conciencia de todo lo que esta frase representa, gracias a todo lo que sucede en nuestro cerebro cuando nos ejercitamos.

A pesar de que te ejercites rutinariamente o esporádicamente, es una realidad que al terminar nos sentimos mucho mejor. Además del chutazo de endorfinas, nuestro cerebro produce otros neurotransmisores que nos ayudarán a sentirnos más despejados y con la mente como una esponja.

 

¿Por qué?

Lo que sucede es que cuando nuestros músculos comienzan a contraerse y relajarse envían al cerebro una serie de sustancias químicas, entre ellas, una proteína llamada IGF-1. El cerebro interpreta esto como un momento de estrés, como si estuviésemos luchando con algún enemigo o tratando de huir de algún peligro. 

En respuesta, libera sustancias químicas que protegen a las células nerviosas de daños, las impulsan a crecer, a multiplicarse, a fortalecer las conexiones entre neuronas y otras células nerviosas y a crear nuevas conexiones.

De entre todas esas sustancias, la más importante es el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). El BDNF es esencial durante la formación del sistema nervioso porque fomenta la capacidad plástica del cerebro para que se adapte mejor a las situaciones y pueda modificarse en función del ambiente. 

Al hacer deporte aumentan los niveles de BDNF y cuanto más BDNF, mayor capacidad del cerebro para aprender; por ello es que después de hacer ejercicio nos sentimos más despejados y vemos las cosas con más claridad mental.

De igual forma, el BDNF ayuda a la liberación de endorfinas las cuales ayudan a minimizar la incomodidad del ejercicio y bloquear la sensación de dolor, además de la característica sensación de euforia.

 

FOTO: Universidad de Illinois

 

Aunque se ha comprobado que una rutina constante es necesaria para que el BDNF esté en nuestro cerebro, tampoco implica que necesitemos ser deportistas profesionales o permanecer horas en el gimnasio. Por el contrario, como muestra la fotografía de arriba, con tan sólo 20 minutos de caminata el cerebro se ve beneficiado.

Claro que los deportes que necesiten coordinación, así como aprender ciertos movimientos o estrategias, son mejores para nuestro cerebro, ya que sin un trabajo intelectual es posible que estos beneficios no sean aprovechados de la mejor forma.

Por lo que un buen hack de vida, es que si necesitas aprender algo rápidamente lo hagas después de una rutina de ejercicio, si no es lo tuyo, salir a caminar por más de 20 minutos hará de esto mucho más fácil.

Y claro que a la larga mantener la plasticidad de nuestro cerebro al máximo contribuye a generar una reserva cognitiva que actúa como una batería. 

Se puede arrancar durante la vejez o en situaciones vitales en las que sea necesaria, por ejemplo, si aparece una enfermedad como el Alzheimer, para minimizar su impacto. 

Aunque las enfermedades degenerativas en realidad se deben a muchos factores diferentes aparte de lo que mencionamos, esta es una realidad que ayuda a la larga a nuestro cerebro, es lo mejor que podemos hacer.

Por lo que, a pesar del aislamiento necesario, si tienes la oportunidad de ejercitarte es un buen momento para tener un hábito que te ayudará al trabajo diario, a la escuela, o simplemente a sentirnos mejor con nosotros mismos. De igual manera algunos estudios sugieren que ejercitarse puede ayudar a reducir el riesgo de complicación por el COVID-19 (pero todo con las máximas precauciones).

Con sólo 20 minutos al día ayudamos a que nuestro cuerpo esté sano, y en consecuencia nuestra mente. 

 

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FOTO: Adobe Stock.

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