Cuando hablamos de aromas y fragancias es fácil remontar el concepto a una experiencia, y es que incluso biológicamente la memoria y el olfato están ampliamente ligados. Piénsalo, seguramente tienes un recuerdo que destaca por el aroma que de este emana, algo que te traslada entre el tiempo y el espacio para revivir el instante en el que esa fragancia protagonizó a una persona, una circunstancia o hasta una emoción. 

El poder evocativo que los aromas suponen ha hecho que existan alternativas medicinales basadas en esencias. Un ejemplo, se recomienda ampliamente que para poder tener un descanso profundo y sin interrupciones, aromatices tu cuarto con fragancia a lavanda. 

Desde las soluciones milenarias, hasta la modernidad en la que el mundo ha adquirido un concepto en el que se liga el estilo como una forma de vida, y en la que se incluye al mundo de las fragancias en la industria de la moda. 

Si bien, no hablamos de finos vestidos o excelentes abrigos, una fragancia supone un accesorio que puede ir desde lo más sencillo hasta lo más extravagante. Incluso, la industria de la perfumería ha explotado esta idea. Pues tan sólo vemos un comercial de perfume y siempre resaltan los elementos de elegancia y calidad. Casi siempre, se trata de perfumería de alta costura con una visión mucho más amplia de lo que podría suponer un simple frasco de esencia. 

Además, para todos los sabores y colores, existe la fragancia ideal y Solinote lo sabe. Esta marca relativamente nueva, la cual lanzó su primera edición en 2010 y su última en 2019, ha conquistado el mercado con un universo de explosiones olfativas. Además, su nicho está en buscar recrear un aroma que muestre la frescura de la juventud. 

En cuanto a la memoria y la permanencia de un instante, un buen viaje en el tiempo y el espacio puede suceder con la fragancia de un buen perfume.

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