Pocos directores logran el mismo impacto que Roman Polanski en los distintos géneros que este aborda: el horror, el thriller psicológico, el drama o la comedia. En su particular estilo mantiene la misma visión de un mundo fracturado por la ambición de los juegos de poder o los trastornos de personalidad, con personajes cuyos destinos se cruzan, se separan pero que regresan al punto de partida frágiles y envilecidos con un final fatalista.
La controversia que rodea la vida real de Polanski, a veces ensombrece su obra, pero sin lugar a dudas se mantiene como uno de los directores más indispensables de la historia del cine. Y siempre aparece la pregunta si es posible separar al autor de su obra, que no abordaremos aquí.
Hoy el realizador de Barrio Chino, protagonizada por Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston, cumple 87 años, razón por la cual te compartimos tres cintas que reúnen la esencia del director franco-polaco.
El cuchillo en el agua
Roman debutó en formato largometraje con El cuchillo en el agua en su natal Polonia en el año 1962, un tenso y atmosférico drama psicológico coescrito con el también director Jerzy Skolimowski y que recibió una nominación para el Oscar a la mejor película extranjera.
Este exitoso inicio nos muestra a Andrzej (Leon Niemczyk) y Krystyna (Jolanta Umecka) una pareja de la alta sociedad que deciden pasar un fin de semana arriba de su barco personal. En el camino, un joven vagabundo (encarnado por Zygmunt Malanowicz) se para frente al auto para hacerlo frenar y, efectivamente, lo logra. La pareja, ante esta situación, lo invita al barco con ellos y este es el inicio de diferentes tipos de encontronazos entre los dos hombres para sorprender a Krystyna.
La danza de los vampiros
Comúnmente tachada por un segmento de la crítica como una obra menor dentro de la filmografía de Roman Polanski, La danza de los vampiros es una obra que se ha redefinido con el paso del tiempo y cuyo mérito va más allá de ser la primera película del director polaco a color.
La cinta es una parodia a las películas de vampiros que durante los años sesenta eran muy populares.
La historia sigue al doctor Abronsius (Jack MacGowran) y su ayudante Alfred (Polanski), quienes viajan por Transilvania para confirmar una teoría que afirma la existencia real de los vampiros y que tropieza con el escepticismo de sus colegas de la Universidad de Könisberg.
En esta cinta Polanski presentó un dominio envidiable de la estructura narrativa al jugar con los códigos de la comedia y del cine de terror. Asimismo, se elogiaron las actuaciones de MacGowran, Polanski y la belleza y encanto de Sharon Tate.
El bebé de Rosemary
Para 1968, el director polaco estrenó El bebé de Rosemary (en México se estrenó un año después), su segunda película realizada en Estados Unidos, y la segunda de su carrera a color tras la mencionada La danza de los vampiros. A la fecha, esta película basada en la exitosa novela homónima de la escritora Ira Levin, es considerada una de las obras maestras del terror.
Desde su producción, la película estuvo rodeada de mucho misticismo, muchos decían que los sucesos extraños ocurridos alrededor de ella se debían al aterrador relato plasmado en el libro de Levin. La acción ocurre en el edificio Dakota en Nueva York, lugar que, en alguna ocasión, albergó al influyente ocultista, místico, alquimista, escritor, poeta, pintor, alpinista y mago ceremonial inglés Aleister Crowley, y de quien se dice, realizó algunos de sus rituales durante su estancia.
Después, el 8 de diciembre de 1980, Mark Chapman asesinó a John Lennon en ese edificio. Pero lejos de la leyenda, la película significó la primera obra maestra de Polanski.
La historia nos muestra a los Woodhouse (Mia Farrow y John Cassavetes), un matrimonio neoyorquino que se muda a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet (Ruth Gordon y Sidney Blackmer), unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber tenido sexo con una extraña criatura que le ha dejado el cuerpo lleno de marcas. Con el paso del tiempo, Rosemary empieza a sospechar que su embarazo no es normal.
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Foto: Wikimedia.