Si algo debemos de agradecerle a la pandemia es que nos detuvo en seco, y por más de unos pocos días, vimos al mundo respirar en aislamiento. Claro que no fue un retiro espiritual, al menos no para la mayoría, pero sí nos hizo percatarnos que tal vez llevábamos demasiado tiempo sólo corriendo.

Haya sido por voluntad propia o impulsado por la vida misma, muchas personas han buscado un cambio de estilo de vida, aunque sea mínimo. Si estás en esa búsqueda, aquí te mostramos uno que proviene de la región escandinava: el Lagom.

En realidad no hay una palabra en español que traduzca esta palabra, pero literalmente sería algo como “no muy poco, no demasiado” o “justo”, por lo que es más bien un concepto cuando nos referimos a él. 

Según expertos que han ahondado en este estilo de vida, dicen que “los suecos se toman su tiempo. Se detienen, miran, escuchan y esperan. La belleza de reducir la velocidad, según he aprendido, es que te ayuda a estar más en el momento y disfrutar de los placeres simples de la vida.”

Simplemente piensa en la primera vez que saliste de casa para disfrutar del aire libre después de semanas de aislamiento, o cuando abrazaste a tu familia después de tiempo, o comiste algo rico en compañía de tus amigos. El Lagom es tomar estos momentos y llevarlos a tu día a día.

Los escandinavos aplican esta forma de vida con seis prácticas puntuales, las cuales ayudan a mantenerte enfocado, con energía, motivado y evita que te sientas estresado por todo. 

Veamos en qué consisten las seis prácticas que puedes aplicar en tu día a día para sentirte más tranquilo, cuidar de ti mismo y aprender a estar solo sin miedo a las inseguridades o a tus monstruos.

Adopta el morgondopp, es decir, un baño al aire libre a primera hora de la mañana. La idea es que lo hagas en un lago o incluso en el mar para despertar, tomar un poco de sol y llenarte de energía, pero no todos tienen acceso a un lago, sí que se puede usar una alberca o la tina. El punto es que lo hagas con agua fría, así comienzas con energía pero relajado.

Pasa tiempo de calidad contigo. Si quieres hacer algo pero nadie puede o quiere ir contigo, hazlo en soledad, sobre todo si es algo que necesitas para sentirte mejor. Pasa tiempo contigo, si puedes hacerlo en la naturaleza, mejor aún, así tendrás tiempo de pensar, ir a tu ritmo y dejarte llevar por tu imaginación.

Un guardarropa “justo”. ¿La ropa y qué te pondrás te estresa? Los escandinavos recomiendan que sólo tengas prendas básicas y de buena calidad, que puedas combinar y usar muchas veces, creando looks clásicos con los que siempre te vas a ver bien.

Descansa. Parece simple y básico, pero cómo cuesta descansar sin sentir la presión de que estamos perdiendo el tiempo. Pero incluso el descanso en las jornadas laborales son importantísimas, ya que con ellos puedes terminar tu trabajo con una mejor actitud y más motivado.

Aprende a escuchar. Vivimos en una sociedad que dicta que quien grita más, es el más escuchado, lo que nos lleva a interrumpir, vociferar y enojarnos, llevándonos a un sinsentido. Sin duda, escuchar a los otros es una habilidad que necesitamos cultivar nuevamente, la vida se vuelve más tranquila y razonada cuando no sólo queremos que nos escuchen a nosotros, sino abrimos un diálogo.

Pequeños actos de bondad. Lo creas o no, hacer felices a otros puede hacerte feliz a ti mismo, y a veces son los pequeños detalles los que más pueden inspirarte, además de que eso inspira a otros a hacer lo mismo y, eventualmente, vas a ser tú quien reciba los beneficios de eso. Una cadena de favores puede cambiar al mundo.

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FOTO: Adobe Stock