El grito de la inconformidad tiene su propia versión en el lenguaje de la música. Desde la distorsión amplificada, doble pedal para la batería, gritos de protesta y un ritmo frenético, el punk ha trazado un legado para nuestro espíritu rebelde y furioso. 

Más que una protesta social, el punk se ha convertido en un símbolo del adolescente enfadado. La lucha por la equidad y el respeto a los derechos humanos son el estandarte del género, y, por lo general, son estas luchas las que se apoderan de nuestros ideales cuando somos adolescentes. Ese momento en el que comenzamos a ver el mundo con una perspectiva menos infantil y un poco más madura, solo un poco, y la mentalización de una sociedad más empática también nos atrapa, muchas veces, desde la ira, al ver el sinfín de injusticias mundiales. 

Es por eso que el género pudiera parecernos un poco monótono, porque en realidad no es uno que madure energéticamente como lo hacen otros. Sin embargo, de alguno u otro modo evoluciona. Al pensar en la palabra punk se nos vienen grandes íconos de este movimiento en el mundo de la música, por ejemplo las bandas británicas Sex Pistols, The Clash y The Damned, y bandas estadounidenses como Ramones, The Dead Boys y Blondie.

Las voces masculinas han sido las que mayoritariamente han dominado el movimiento, pero lo cierto es que también hay un gran legado por parte de las voces femeninas que han dado su grito de protesta desde los acordes frenéticos del género. Cuando pensamos en las mujeres pioneras del punk, sin duda, se nos vienen a la mente personajes como Patti Smith, Lydia Lunch, Kathleen Hanna, Debbie Harry, Joan Jett y muchas más, pero, ¿qué ha sucedido en los últimos años con el género y su rostro femenino?

La resistencia podría ser el sinónimo del punk, y en estos momentos de la historia, en los que la lucha feminista ha alzado la voz a nivel internacional, con mucha más fuerza que antes, el grito de las mujeres por la lucha de sus derechos ha resistido en los escenarios. 

En la vocación por desafiar a los símbolos opresores de sectores vulnerables, como lo son las comunidades indígenas, las personas de la comunidad LGBT+ y como lo han sido las mujeres a lo largo de la historia, el punk nunca ha cesado de reclamar por el espacio de la paz en un mundo de injusticias. 

Por lo mismo es que las mujeres han revolucionado la historia de su música desde estos discursos políticos y han demostrado que el punk también tiene voz de mujer. Al final de todo, la búsqueda por la equidad pierde las distinciones sociales y de género para ganar la batalla generando una unidad. 

Aquí te enlistamos cuatro mujeres punketas que actualmente enloquecen en los escenarios con un punk más rebelde que nunca: 

Brody Dalle

Con sus marcados orígenes punketos en The Distillers, Brody ha conquistado los corazones rebeldes con su trabajo en solitario. Aunque no hemos tenido muchas novedades de ella, su álbum Diploid Love (2014) sigue vigente por el sonido desafiante al cuestionarse a sí misma y sobre el mundo que la rodea. 

Temas que podemos encontrar en rolas como “Dressed in Dreams”, en el que canta a manera de desesperación: “Where is the sun? You're numb and, you're numb and dumb, please, please I need the seeds of change, It's wearing a new dream” (¿Dónde está el sol? Eres insensible e, insensible y tonto, por favor, por favor necesito la semilla del cambio).

Cansei de Ser Sexy (CSS)

Esta banda de chicas brasileñas, cuyo nombre significa Cansada de ser sexy, tienen un sonido completamente revolucionado entre la espacialidad sonora del punk. En una suerte de dance punk, new wave y rock electrónico, estas mujeres mantienen con vida el espíritu del punk.

Savages 

Cuatro mujeres británicas juntaron su talento para explorar las ramificaciones del post-punk. Jehnny Beth, Gemma Thompson, Ayse Hassan y Fay Milton le dan vida a Savages, banda formada desde 2011 y que desde entonces ha cautivado a su público con su música rebelde. 

Beth Ditto

Esta cantante estadounidense ha sido comparada con las grandes voces en la historia del rock femenino, como Janis Joplin y Etta James. Antes cabeza de la banda The Gossip, también es reconocida por ser militante del movimiento feminista y su activismo en apoyo a la comunidad LGBT+. 

Su música es una exploración entre sonidos del rock alternativo, queer punk, dance punk y una mezcla de ritmos afortunados en su conjunto. 

La música y la evolución de sus acordes, ritmos y variantes se alimenta de nuestro contexto y las demandas por las luchas sociales son un punto fuerte e inspiración en el mundo del arte. Desde su irreverencia, el punk siempre será uno de los géneros protagonistas sobre las militancias de diversos grupos de lucha y, sin duda, será protagonizado por las voces que han sido silenciadas durante muchos años.