La vida es un suspiro, el corto aleteo de una avispa en el universo. Mientras las estrellas crecen, se extinguen o nacen, la humanidad apenas se fuga entre las rejillas de las ventanas del cosmos.
Sin tanta metafísica, lo cierto es que esta brevedad que reside en el instante de la vida y el acto poético de vivirla, está latente entre el filo del abismo y el otro lado en donde aún respiramos. En este sentido, nuestra narrativa contemporánea se centra en el YOLO (You Only Live Once), el mantra millennial casi centennial de igual forma en donde se manda todo por la borda y se privilegia el instante.
Es decir, si todo es tan incierto, sobre todo en estos tiempos de latente crisis, tanto económica como social, ¿para qué esperar tanto si podemos disfrutar ahora?
La filosofía budista habla sobre la idea de vivir en el presente, anclarse en él para poder dar un siguiente paso y vivir permanentemente en el instante que es la vida, al menos la verdadera. Asimismo, las generaciones actuales vislumbran un panorama un tanto desalentador, por lo que no ven nada absurdo continuar con esta mirada.
No por nada la obsesión con FaceApp o los diversos filtros que te dicen cómo lucirás en la vejez se convirtió en tendencia los últimos dos años. Este fenómeno también corresponde a esta constante preocupación, ya que en realidad, por como están las cosas, principalmente la crisis del medio ambiente y la económica, puede que envejecer se convierta en el próximo privilegio de nuestra generación.
En este sentido, más allá de la nostalgia que habita en nuestra generación, la ansiedad por vivir cada día como si fuera el último también es algo que se ha potencializado al pasar de las crisis mundiales y locales. Es por eso que te recordamos las tres cosas más importantes que si pones en marcha, a lo largo de tu vida, jamás te arrepentirás de haberlo hecho.
Preocuparte de menos
Preocuparse está bien, pero recuerda que el mundo es una pantalla, disfruta. Está bien ser un ser funcional en este plano tridimensional en el que existimos, pero no hay que olvidar que hay cosas más importantes pasando en el mundo que el trabajo, los reclamos de los jefes, las injusticias laborales, sociales y ambientales. Hay algo más de lo que nos constituye a nuestro alrededor y prestar atención a esos instantes enriquecen más que sólo mirar el día gris y la precariedad en la que el mundo se construye dentro de sus normas sociales y expectativas éticas morales.
Date tiempo a ti mismo
Socializar es parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, también es importante darse un tiempo a solas, ya sea en casa, un viaje o un paseo. Es importante que entre todo el ruido del mundo, nuestros pensamientos sean escuchados por nosotros mismos, para de esta forma darles pies y cabeza, como también orden. Distinguir los que son útiles de los que no y decidir echar a la basura aquellos pensamientos que solo son piedritas en nuestros zapatos de la vida.
Conservar y cuidar a tus amigos
Parece el contrario del punto anterior. Sin embargo, es verdad que tener y conservar amigos es la mejor green flag de cualquier ser social que habite este planeta en sociedad. Tener amigos significa aprender a cuidar vínculos, a tener empatía por los demás y no ensimismarse en nuestros problemas únicamente. Por muy ermitaños que seamos, lo más saludable es tener vínculos afectivos que procuremos y nos procuren.
Lo mejor para tus viajes sin preocupaciones, en Sanborns. Haz click AQUÍ.