Como cualquier arte, la gastronomía se rige por sus propias tendencias y así como este año el pantone que predomina es el llamado “coral”, en la cocina gourmet es el verde: lo natural.
Lo orgánico, las verduras, lo reutilizable, los súper alimentos, fueron las tendencias de 2018 y continúan siendo las de este nuevo año. Las personas están buscando ser más conscientes de su alimentación, tener más control de ella y no dejarse llenar de colorantes, hormonas, endulzantes y conservadores artificiales.
En pocas palabras se busca la salud por medio de la alimentación, además de cuidar al máximo el planeta.
Las tendencias gastronómicas van dirigidas a:
- Productos naturales / comida sustentable
- Alimentación con base en verduras
- Trashcooking (utilizar al máximo todos los alimentos)
- Envases biodegradables
- Snacks gourmet
Todas estas nuevas tendencias en realidad son muy beneficiosas para los mexicanos, y los chefs que están contemporizando las raíces del país con la comida prehispánica.
Tal vez no sea ha dado tanto peso a esta idea, lo que es cierto es que es una gran área de oportunidad, ya que mucha de la materia prima autóctona de México es muy nutritiva.
Pensemos en la papa (aunque no es mexicana, sí es originaria de nuestro continente), la cual ayudó a salvar a millones de europeos en las hambrunas a raíz de las dos Guerras Mundiales. Y actualmente, la NASA ya tomó al amaranto como uno de los alimentos para los viajes espaciales, gracias a la cantidad gigante de energía que provee.
Aunque los alimentos asiáticos están comenzando a tomar un papel más que importante dentro de las tendencias de 2019, una opción más a la mano del mexicano son los productos prehispánicos, que desde hace años, ya forman parte de las esferas gourmet del país.
Simplemente pensemos en la cantidad de productos autóctonos que podemos encontrar en nuestro mercado local, además de frescos y nutritivos, ayudamos al comercio justo, transformando nuestras comidas en sustentables.
Además de la cantidad de verduras que después de siglos aún se encuentran en nuestro menú, como el jitomate, el envidiado aguacate, los ejotes, el chile, el maíz, los nopales, los quelites (unas “malezas” súper nutritivas, según cada región puede ser nombrada distinto: pápalo, la verdolaga, el quintonil, los huauzontles, el epazote, la hoja santa, la chaya, entre otros), los frijoles, los cacahuates…
Y la lista podría seguir y seguir, simplemente la materia prima que continúa con nosotros a lo largo de los siglos es diversa y riquísima.
Además que no hay que olvidar que los pueblos prehispánicos al no tener grandes animales que produjeran carne (como el cerdo, la vaca o las ovejas), suplían las necesidades proteicas con insectos. Aunque pueden ser causantes de arcadas, es uno de los alimentos que se están recuperando en las esferas gourmet, por su inigualable sabor y sus propiedades nutritivas.
En México no sólo comemos los chapulines, también escamoles (larvas de hormiga), gusanos de maguey, entre muchos otros. Además son bajos en grasa y contienen cuatro veces más proteína que la carne; se tratan de unos de los snacks más trendy de 2019.
Así que ya sabes, si estás metido dentro de las tendencias culinarias, no dudes en agregar a tu dieta estos productos prehispánicos.