El ambiente navideño ya se siente y no podemos ocultar que se movieron las manecillas del reloj hacia atrás. Tampoco podemos culparte si sientes un deseo profundo de estar en tu cama con unas cuantas cobijas o si sólo encuentras razones para correr al sillón para, en compañía de un buen café, disfrutar de tu programa favorito de T.V., quizás del género de acción, que denominamos “salvación del invierno”.
Por otra parte, con este frío tomar la decisión de bañarte puede ser una de las últimas actividades que están en tu lista. Tomar un baño es todo un ritual y para muchos un total dilema, decidir la temperatura ideal para bañarse puede llevarte un par de minutos, por eso queremos hablarte claro sobre los beneficios y desventajas que tiene en el cuerpo, en tu mente y en el día a día tomar una ducha con agua caliente en cualquier momento del día.
Claro, bañarte con agua caliente se siente bien, es relajante y te da ganas de quedarte ahí hasta que tus dedos parezcan pasas, además de que estamos acostumbrados a pensar que el agua fría es castigo, tortura o algo que solo era inevitable cuando no existían los calentadores, pero bajar un poco la temperatura también tiene sus beneficios a corto y largo plazo.
La hora y la forma de ducharnos sigue dando pie a cierto debate: ¿es mejor ducharse por la mañana o por la noche? Y sobre todo: ¿es mejor una ducha fría o una caliente?
Beneficios de un baño de agua caliente
Los beneficios de un baño de agua caliente tienen un efecto relajante que nos ayuda a dormir y descansar mejor. Esto es así porque justo antes de irnos a la cama es cuando el cuerpo tiene la temperatura más alta. Es entonces cuando nos empieza a entrar el sueño.
Una vez dormidos, el cuerpo comienza a bajar de temperatura, liberando calor a través de los vasos capilares de la piel hacia el exterior. Por eso una ducha caliente un rato antes de irnos a dormir nos ayuda a dormirnos antes y descansar.
Por otra parte, parece que ambas opciones tienen sus beneficios musculares. Por un lado, el agua caliente ablanda los tejidos y favorece la relajación muscular, especialmente en casos de lesión, donde se aplican toallas y compresas calientes. Una ducha caliente puede aportar beneficios similares incluso cuando no hay lesión.
Beneficios de un baño de agua fría
Por otro lado, el agua fría podría conseguir la misma relajación muscular por otro camino: reducción del ritmo cardiaco, de la inflamación y de la circulación sanguínea. Por eso los atletas se dan baños de hielo o de agua muy fría de forma habitual tras sus entrenamientos.
Como ya viste las duchas calientes cuentan con muchos beneficios, pero también pueden llegar a ser nocivas si la temperatura está demasiado alta (por encima de nuestra temperatura corporal) o si las alargamos durante mucho tiempo.
Por ejemplo, las células de tu piel se dañan. Tu piel está compuesta por 3 capas y el agua caliente afecta la primera (la de afuera), que se llama epidermis. Esto daña las células de queratina, que ayudan a mantener la humedad en tu piel y a mantenerla protegida y saludable.
Por esta razón, bañarte con agua muy caliente produce resequedad y hace que tu piel se sienta áspera, además de que elimina los aceites naturales que son esenciales para tener una buena piel (sana y con buena apariencia). Se recomienda que no tomes baños muy largos y que mantengas la temperatura fresca.
Y por supuesto el agua caliente también puede resecar el cuero cabelludo, eliminar los aceites naturales de tu pelo y hacer que se vea seco y sin brillo. El agua caliente no te va a provocar calvicie, pero tampoco ayuda a que tu pelo se vea bien.
Entonces, ¿baño con agua fría o caliente? No sorprenderemos a nadie con esta respuesta: pues depende. Como hemos explicado, ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, aportando a nuestro cuerpo las dos caras de una moneda en lo que se refiere a sus efectos sobre la piel, los músculos, el descanso, etc.
Encuentra los mejores productos para cuidar de ti sólo en Sanborns, da click AQUÍ.