La pandemia y las repercusiones en la moda

Vida y estilo Calendario 01 dic 2020 Nora Morales

Pese a que la ansiada vacuna para la Covid-19 llegará y volver a reunirnos será seguro, el mundo no volverá a ser el mismo. No se necesita ser sociólogo para entender que todo va a cambiar de una forma u otra, y es que lo que estamos viviendo desde marzo de 2020 quedará en los anales de la historia como un trauma equiparable a las Guerras Mundiales o a algún cataclismo natural.

El mundo ya cambió y lo podemos ver en nuestro día a día, al grado de pensar cuando “todo era normal” ya parece tan lejano que suenan a anécdotas que nuestros abuelos hubieran contado sobre “sus tiempos”. Sea como fuere, es un hecho que estamos viviendo la mayor revolución del mundo en mucho tiempo, y poco a poco veremos cómo todo está dirigiéndose hacia una nueva perspectiva de convivencia.

Así como hasta nuestra forma de interrelacionarnos cambió, es casi un hecho que uno de los principales espejos de la humanidad se transformará, es decir, la industria de la moda.

A pesar de que el grueso de la población no tenga acceso a adquirir ropa de marcas de lujo, todos vivimos bajo su poderío, todos nos vestimos y hacerlo es una demostración de nuestra personalidad frente al mundo. Incluso, a pesar de que ya no exista “ese mundo” al que queramos impresionar con nuestros atuendos, la moda seguirá siendo una viñeta de lo que sucede (o sucederá) en la sociedad.

Pensemos simplemente en la moda después de la Segunda Guerra Mundial, las siluetas vaporosas, llenas de color y todo el estilo que nació antes de la Guerra, fue retomado por las mujeres y hombres, quienes agradecían seguir en pie después de tal suceso.

En este caso, y según articulistas de diversos medios especializados como Harper’s Bazaar o El País, la moda no sufrirá un cambio en cuanto a los estilos (estos son lo de menos) sino que está viviendo una transformación en cuanto a la forma de producción de la moda. Es decir, la industria de la moda es la que está evolucionando.

Alessandro Michel, el director creativo de Gucci, lo había adelantado al poco tiempo de la cuarentena en Europa: la moda iba a cambiar y él y el sello que dirige iban a comenzar con ello. Lo primero que el modisto anunció como un cambio radical era que Gucci iba a salir de las Semanas de la Moda, así dejando de producir seis colecciones al año, para sólo lanzar dos, las cuales serían unisex y así desacelerar el ritmo de la industria de la moda.

Junto a Gucci se unió a la misma perspectiva Giorgio Armani, Dries Van Noten e Isabel Marant, quienes también alertaban que si no se ralentizaba el ritmo de producción y distribución no habría forma en la que se sostuviera el sector. 

Michel fue el primero que alertó sobre esta transformación que todos hemos vivido de una forma u otra, el mundo pedía a gritos ralentizarse y es algo que vivimos día a día como tener que hacer una fila para poder entrar a algún lugar. Pero el director creativo de Gucci no sólo se quedó ahí, sino que la transformación de la industria también vendrá en las formas en las que vivimos la moda. Como aseguró para El País en una reciente entrevista: 

“[...] realmente creo que el mundo y la moda han cambiado y nunca volverán a ser lo mismo. Lo que antes era seguro ya no lo es. Y no verlo resulta peligroso.”

Y es que Michel prevé que aquello de las Semanas de la Moda es tan obsoleto ya, que si la moda quiere sobrevivir deberá encontrar nuevas formas de llevarse a cabo, es decir, aprovechar las posibilidades tecnológicas y no sólo ubicar lo “que se hacía antes” en un streaming, sino ser creativos en las formas de incentivar a los compradores, como lo demostró en su más reciente colección.

“¿Qué iba a hacer? ¿Poner a una modelo a pasear adelante y atrás por una pasarela? No quiero aburrir ni aburrirme. Ninguno queremos. Necesitaba experimentar y hacer algo poético. En estos tiempos difíciles la poesía es necesaria como medicina”, argumenta Michel para El País.

Su respuesta para alcanzar los momentos poéticos fue Ouverture of Something that Never Ended (Obertura de algo que nunca terminó), una miniserie de siete capítulos que él mismo dirigió junto a Gus Van Sant, creador de Elephant y My Private Idaho.

En esta serie de ficción se recrea un universo surrealista en el que la actriz italiana Silvia Calderoni va topándose e interactuando con personajes como los cantantes Billie Eilish o Harry Styles; el activista queer español Paul B. Preciado o el historiador del arte Achille Bonito Oliva.

Desde que Michel ganó la dirección creativa de Gucci nos ha presentado ese universo vintage surrealista en el que todos quisiéramos vivir, y ahora gracias a los siete capítulos de casi 20 minutos de duración cada uno, nos deja vivir un poco más en el universo Gucci.

Lo cierto es que gracias a este tipo de propuestas la alta moda poco a poco dejará de ser tan exclusiva, al menos en apariencia porque los precios no bajarán, pero esos desfiles VIP en los que unas 50 personas se encontraban, ya no son parte del concepto de las marcas a las que las nuevas generaciones aman. 

Pensemos en Virgil Abloh y su colección llamada Public Television, la cual ocurrió en una Semana de la Moda pero todo estaba lleno de pantallas verdes, por lo que sólo las personas que lo veían por streaming podían disfrutar el concepto completo de la pasarela de Off-White.

Aunque Michel busca darle una perspectiva poética a sus nuevas colecciones, lo audiovisual se ha convertido en la forma en la que la moda ha mostrado sus nuevas colecciones. Pensemos en Moschino, quien recreó una pasarela con marionetas para la Semana de la Moda de Milán, la cual seguía la temática “al revés”. En la colección pudimos ver a las marionetas perfectamente creadas que vestían deshuesados ​​de corsé, enaguas, bordes ásperos, costuras visibles y bolsillos al revés. 

 

“En poco tiempo, el mundo ha cambiado. No se ha hundido, pero ciertamente estamos viviendo al revés, de adentro hacia afuera. El revés. Todo es surrealista, pero de alguna manera también demasiado real, en conjunto, todo a la vez", dijo la marca en un comunicado de prensa.

Como este hay muchos ejemplos, como por ejemplo el que quiere llevar a cabo Balenciaga para su próxima colección: un videojuego ambientado en 2031. El 6 de diciembre Balenciaga lanzará Afterworld: The Age of Tomorrow, una utópica historia animada que ha utilizado fotogrametría de vanguardia, el cual ya ha establecido un récord "para el proyecto de video volumétrico más grande jamás realizado.”

El videojuego se centra en pasados ​​y futuros mitológicos proyectados a través de arquetipos atemporales e imágenes especulativas. El mundo puede parecer decrépito al principio, pero está lejos de ser una visión distópica, mostrando en cambio el regreso lento a un equilibrio más saludable entre la naturaleza y la industria.

 
 
 
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Así es como la moda está dando un vuelco total a lo virtual, como una forma de habitar y democratizar un mundo que sólo se sostenía por la venta de bolsas y perfumes. Tal vez con una menor cantidad de colecciones al año es que el ciudadano de a pie puede tener el tiempo suficiente para ahorrar y comprar ropa que le durará mucho más que prendas fast fashion.

Sólo el tiempo dirá hacia dónde se dirigirán los intentos de la moda en nuestro mundo cyberpunk, pero lo que es un hecho es que el mundo que solíamos conocer ya acabó, aunque suene a final de película de ciencia ficción, por lo que tal vez es tiempo de cuestionarnos cuál será nuestra postura frente a este nuevo mundo. O no.

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