La música es el lenguaje universal del ser humano, y es que no se necesita entender el idioma para disfrutar lo que nos hacen sentir los ritmos. Dentro de este lenguaje, posiblemente el más universal lo encontramos en la música clásica, ya que sin necesidad de palabras nos puede transportar a mundos mágicos.

Así pues, Alondra de la Parra decidió unir a 30 de los músicos más reconocidos en el mundo de la música clásica para tocar Danzón no. 2, una composición de Arturo Márquez, y así destinar los fondos a dos causas que se agravaron con la pandemia de la Covid-19, los niños y las mujeres mexicanas.

De la Parra cuenta que la cuarentena mundial le tocó en Berlín, su lugar de residencia actual, y con los ánimos que habían dejado las movilizaciones del 8M, poco tuvo que pasar para que supiera las noticias acerca del aumento de la violencia familiar en México. Por lo que quiso llevar a cabo un proyecto para ayudar a estas causas, y lo hizo desde su trinchera: la dirección de orquesta.

Por lo que se puso con las manos a la obra y llamó a aquellos músicos que más admiraba para crear La Orquesta Imposible, es decir, músicos solistas de diversas orquestas en todo el mundo que en situaciones normales no podrían haber participado en un mismo proyecto.

“Tenían aquello que pocas veces tienen, tiempo y disposición”, comenta De la Parra.

Por lo que logró unir a 30 artistas de 14 países, quienes grabaron sus diversos instrumentos desde 6 ciudades repartidas en todo el globo, para tocar una de las composiciones más icónicas para De la Parra y para los mexicanos, Danzón no. 2.

Pero este proyecto no sólo se quedó ahí, sino que Elisa Carrillo, la primera mexicana que logra ser prima ballerina de Staatsballett en Berlín, participó con una coreografía de  Christopher Wheeldon. Él en Nueva York y ella en Berlín estuvieron semanas practicando, Wheeldon desde su azotea, y Carrillo desde una escuela de música vacía.

De igual forma, el vestido que acompaña los pasos de baile de la mexicana fue una creación para La Orquesta Imposible, el cual fue inspirado en el morado particular de las jacarandas, los árboles que florecen cuando las marchas del 8M se llevaban a cabo.

Así pues, el resultado es un video de casi catorce minutos de duración, en el cual poco podríamos creer que fue grabado en condiciones distintas geográficamente, de igual forma, el sonido es de primerísima calidad. De igual forma resalta un montaje orgánico. 

De los treinta músicos involucrados, sin duda, resalta el mítico saxofonista y clarinetista Paquito D’Rivera; tres de los trombonista más importantes del mundo, Stefan Schulz, Joseph Alessi y Jorgen van Rijen; uno de los violinistas más importantes de nuestros tiempos, el serbio Nemanja Radulović; así como el tenor de ópera, Rolando Villazón, quien al no poder cantar, contribuyó con percusiones.

Casi todos los involucrados en este proyecto lo hicieron sin ningún tipo de retribución, y es que todos los fondos que se recauden irán destinados Save the Childrens y Fondo Semillas, dos organizaciones que llevan décadas ayudando tanto a mujeres como niñas y niños.

Gracias a diversos patrocinadores, inicialmente se brindará a las organizaciones siete millones de pesos, pero todas las descargas del single en las diversas tiendas de música, así como lo obtenido en el video que monetizado en YouTube continuarán abonando dinero a las causas.

De igual forma, De la Parra espera que este sólo sea el capítulo uno y vuelva a “reunir” a La Orquesta Imposible para apoyar diversas causas a lo largo y ancho del mundo; de igual forma, cuando los tiempos sean más venideros, hacer una gira con todas las estrellas de la música clásica involucrados.

Sin duda, una manera preciosa de unir al mundo alrededor de la música y por causas que nos interesan a todos.