La memoria y los sueños, ¿por qué no recordamos lo que soñamos?

Vida y estilo Calendario 11 oct 2021 Paulina Martínez

Cuando las preguntas de la ciencia comienzan a visitar el país de los sueños, nuestras angustias e incertidumbres sobre lo real y no real se acercan peligrosamente al acantilado con vista al terror de la humanidad. Además de preguntar si hay vida o no después de la muerte, nuestra especie también se ha preguntado qué y dónde está el sitio que visitamos cada que dormimos. 

Hemos visitado el país de los sueños desde siempre, y lo más interesante es que se ha descubierto que más especies también lo visitan. Sin embargo, ¿qué son los sueños? Como un eco al soliloquio de Segismundo, personaje de Calderón de la Barca, es verdad que todos nos preguntamos: 

“¿Qué es la vida? Un frenesí/ ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Mientras Segismundo divagaba sobre la metáfora de los sueños y la prisión en la que estaba, como cosa real por dentro y cosa real por fuera de los barrotes de su celda, la humanidad se pregunta sobre las fronteras que hay en estos espacios oníricos que, muchas veces, parecen más reales de lo que sucede al despertar. 

También es verdad que, desde la perspectiva poética o artística, el pasaporte onírico se ha convertido en todo un tópico en el que, incluso la filosofía se ha dedicado a su minucioso estudio. Mientras tanto, la observación y perspicacia psicológica asume los sueños como estímulos esencialmente anímicos que representan manifestaciones de fuerzas psíquicas, mismas que durante la vigilia se reprimieron o se hallan impedidas de desplegarse libremente.

Entre las diversas áreas de interés que hay sobre el tema, la de saber por qué olvidamos algunos sueños es recurrente. Despertar y tener la sensación de no haber soñado o de haberlo hecho, pero no recordar nada, es un misterio que nos estaciona en la intriga. 

Si la ciencia lo dice...

A pesar de que muchas de nuestras peores pesadillas se están materializando en el escenario del mundo, entre pandemia, cambio climático y demás polémicas sociales, es verdad que la vida sigue y con ella los avances científicos que nos están demostrando cumplir una de nuestras mayores fantasías: llegar a Marte. 

Sin embargo, aún con larga trayectoria en materia tecnológica, también es cierto que todavía no existe ninguna teoría firme que nos diga el porqué de nuestros sueños. A lo mucho, tenemos hipótesis, entre las que más destaca está la propuesta de J. Allan Hobson y Robert McCarley: 

“El modelo de activación-síntesis, dice que el cerebro necesita procesar la información que recibe durante el día y lo hace a través de los sueños. Cuando descansamos, nuestra mente funciona de una manera totalmente diferente”.

En este sentido, de acuerdo con la neurofisiología, tenemos dos tiempos de sueño: el sueño No REM y el sueño REM (del inglés Rapid Eye Movement o movimientos rápidos oculares).

Fase No REM: se divide en 4 procesos, el sueño va siendo progresivamente más profundo hasta llegar a la fase REM, la actividad fisiológica reduce su ritmo paulatinamente, se reducen las constantes vitales. Los primeros 20 min de sueño son los más ligeros y donde la persona se puede despertar fácilmente.

Fase REM: es en la que dormimos profundamente y por lo general comienza a los 90 minutos de habernos dormido. En esta etapa de sueño uno registra una mayor actividad cerebral, por lo tanto es la fase en la que más se sueña, pues se produce una desconexión de las órdenes voluntarias emitidas por el cerebro al resto del cuerpo. En esta fase podemos tener experiencias vívidas sin siquiera movernos de nuestro sitio, lo único que se mueve son los ojos. 

Igualmente, se produce una desconexión entre las experiencias oníricas y su consolidación con la memoria, por lo que al despertar es difícil recordar lo que soñamos. 

Nuestros sueños son intransferibles a la memoria, debido a una zona de nuestro cerebro que gestiona la repuestos a los estímulos externos y a la memoria, región del cerebro compuesta por el área temporal y el área parietal. 

Con esta información uno pensaría en la lógica que tiene no recordar los sueños, sin embargo, ¿qué pasa cuando recordamos cada detalle? ¿O cuando sabemos de alguien capaz de recordarlo casi todo?

Memoria Ram para los sueños REM

De acuerdo con un estudio publicado por la Lyon Neuroscience Research Center y dirigido por el científico Perrine Ruby, las personas que recuerdan los sueños al despertar tienen una actividad cerebral espontánea más fuerte en el área media prefrontal y en la unión temporo-parietal. 

Es decir, son personas más sensibles a los estímulos ambientales, por lo que se despiertan más durante el sueño, lo que contribuye a una mejor codificación de los sueños en la memoria. 

Quizá la vida es un sueño o los sueños sean solo un país para visitar. Sin embargo, no cabe duda de que son un misterio en el que las fronteras de lo real y no real siguen en constante pensamiento sobre nuestras preguntas más primitivas y junto con ella el temor seductor sobre las múltiples fantasías.  

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