Los celulares se han convertido en nuestro espacio de esparcimiento, de comunicación, incluso de pulsión para los momentos en donde nos sentimos con ansiedad o estrés. Por lo que es bastante común que estemos familiarizados con el scroll sin sentido.

Sin duda, no es un secreto, sino un hecho bastante confirmable de manera empírica, que el uso de los teléfonos móviles han transformado nuestra forma de relacionarnos con el mundo, e incluso, según los expertos, la configuración del cerebro.

Por ejemplo, si un día intentas dejar de usar el celular durante una hora en un intento para dejar de ser adicto al celular, podrás notar que en ese periodo de tiempo intentarás revisar tu teléfono de tres a cuatro veces, pues una persona en promedio levanta su teléfono 53 veces al día.

Esto se debe a que el teléfono celular y el uso de internet en él modifica la manera en que nuestras neuronas se comunican. 

Así, según los expertos modifican el área mesocortical, encargada de la memoria, el aprendizaje, la atención y el control emocional; el área nigrostriatal, encargada del movimiento y las respuestas sensibles y el área mesolímbica, en donde se regula el placer y la reacción a las recompensas, así como las adicciones y emociones y percepciones.

Hacer scroll sin sentido, es una actividad que nos hace liberar dopamina de manera constante al recibir estímulos e información que nos satisface, incluso si no profundizamos ni reparamos mucho en ella. Por lo que fácilmente puede transformar la composición de nuestro cerebro.

Se ha documentado que el hacer scroll sin sentido en el celular hace que las personas puedan prestar menos atención a lo que sucede a su alrededor o al menos que no puedan sostenerla por mucho tiempo, y esto se debe a que cuando estamos constantemente usando el celular de esta manera, perdemos el hábito de concentrarnos en una sola cosa y por eso esto después se vuelve sumamente difícil. 

Como consecuencia de esto, el cerebro se acostumbra a pasar de una actividad a otra en cuestión de segundos, como cuando estás en una red social y la cierras para abrir otra, e incluso están realizando varias tareas a la vez. 

Todo esto hace que el cerebro se active sólo con estímulos igual de veloces y sabemos que la vida real no es así, por lo que nos parece lenta o aburrida.

No hay que dejar de lado que las empresas de tecnología como Google o Facebook han aprovechado esta forma de reaccionar a los estímulos para diseñar su oferta y así no dejar de generar en nosotros una sensación de bienestar cuando usamos sus productos, y de ansiedad cuando no lo hacemos.

En este sentido, vale la pena hacer un esfuerzo para dejar esta adicción de cierta manera,  intenta que tu celular no esté cerca de ti cuando estás trabajando o también puedes borrar algunas de las aplicaciones que más adicción te generen. 

Lo importante es reducir los factores que ayuden a seguir alimentando tu adicción, una bastante normalizada, pero no por ello, benigna.

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FOTO: Arthur Edelmans on Unsplash