06 dic 2019
El estadio es un monstruo y al mismo tiempo un laberinto diseñado por innumerables sueños. Monstruo que hunde y confina en sus entrañas (vestidores subterráneos y banca de suplentes) a quienes no tienen las habilidades para hacerle frente, monstruo que visto desde el aire y de noche es una boca infernal, en un círculo dantesco donde habitan sueños y miedos.
Y cada nación tiene su monstruo colosal. México cobija al Estadio Azteca, Brasil al Estadio Maracaná, en Argentina las pasiones se desbordan dentro de la Bombonera y en España el Santiago Bernabéu y el Camp Nou, este último, testigo alguna vez de los grandes exponentes del “jogo bonito” brasileño, que a diferencia del estilo futbolístico europeo es creatividad pura, baile y no fría estrategia. Fue así, que en julio de 2003 el astro brasileño Ronaldo de Assis Moreira “Ronaldinho” llegaría al Club Barcelona como fichaje estrella.
Y sí, esta es la historia que se repite en muchas ocasiones, la que relata la infancia de un pequeño humilde, quien a la edad de ocho años perdió a su padre. Un niño que depositó sus ansias de superación en un balón de futbol. El niño de forma crespa y de piernas delgaditas perduró, y con los años destacó la dentadura prominente, la picardía de una sonrisa contagiosa y la capacidad de hacer con el balón lo que otros no se atrevían. Dotado de grandes habilidades (que algunos se atreven a decir sobrenaturales) para el dominio del balón se volvió in ícono en un deporte que sirve de puerta de escape para muchos brasileños y latinoamericanos ante la situación marginal de pobreza que, al igual que el futbol, tiene una larga tradición e historia, sin duda también en el país americano de habla portuguesa.
Con apenas 17 años, Ronaldinho jugó su primer partido oficial con el Gremio, club en el que también debutó su hermano, y después con la selección de Brasil. Ya luego vendría el viaje a París y el éxito con el PSG, el interés de Barcelona y la gestión que hizo el equipo español por quedarse con él cuando otros clubes, como Manchester United, más poderosos y con más dinero, también lo querían. Después vino su salida para Milán y la nostalgia de perder al que se reía en un equipo en el nadie lo hacía. Ronaldinho vivió dos años en Italia y, como era de esperarse, regresó a Brasil, vistió las playeras del Flamengo, Atlético Mineiro y Fluminense. No olvidaremos el fugaz por nuestro país para ser parte de los Gallos Blancos del Querétaro. Con la selección brasileña fue campeón del mundo en 2002, levantó títulos de Copa América, Copa Confederaciones y la Copa Mundial Sub-17.
Pese a ganar todos estos títulos, Ronaldinho tenía un arma más poderosa: su sonrisa y carisma. Si hacemos uso de nuestra memoria, podemos recordarlo siempre con una contagiosa sonrisa. Aquella que raya con nuestras carcajadas infantiles en las que no temíamos mostrar los “dientes de conejos”, o los torturantes frenos. En fin, una sonrisa de honesta alegría.
También es importante recordar que su futbol, reivindicativo de los mejores brasileros, y dianas antológicas, le permitieron levantar títulos en Barcelona tras un lustro de sequía. Ronaldinho llegó al Barcelona en 2003 y partió rumbo al Milán cinco temporadas después. Pero nunca se fue.
La afición “culé” siempre recordará al crack brasileño como el hombre que cambió al Barcelona y de paso también dominó a ese monstruo del que tanto les hemos hablado. Lo hizo de la mejor manera, a ritmo de samba despertó al Camp Nou de una larga melancolía.
Ahora el antiguo “10” del Barcelona, es la figura principal de una cita que se celebra bajo el nombre “Amigos de Ronaldhino vs Estrellas de México” como parte del cortejo denominado “Partido por La Paz”. El encuentro amistoso se llevará a cabo el miércoles 11 de diciembre a las 20:00 horas en el Estadio Olímpico Andrés Quintana Roo, Cancún. Organizado por la Fundación Yantra.
Previo al partido, el 9 de diciembre por la noche habrá una fiesta privada donde los asistentes podrán convivir con Ronaldinho. Para el día 10 se llevará a cabo un evento de futbol en la playa del hotel Royalton Suites Cancún.
Ronaldhino estará mostrando una vez más su calidez en México y eso es algo que los aficionados al futbol le van a agradecer siempre al que fuera en su momento uno de los jugadores más importantes del futbol mundial. Adquiere tus entradas en: thehivetickets.rocks.
