Todos tenemos recuerdos nostálgicos sobre épocas pasadas en las que la experiencia de ir al cine era completamente distinta. Así lo platicamos en el anterior artículo El cine ya no es como antes... Parte I, donde les platicamos del Cine Teresa, el Cine Ópera y el Cine Latino, ahora toca el turno de otros recintos los cuales escuchaste hablar o, mejor aún, tuviste la suerte de asistir a alguno.
Seguramente los jóvenes que hoy tienen 20 o 30 años no vivieron circunstancias cómo llegar temprano al cine a esperar que abrieran la taquilla para poder comprar los boletos. O tener a la mano un periódico para buscar la opción de película cercana, aunque no fuera la originalmente deseada.
Ya en el interior del cine, uno debía acercarse lo más posible a la puerta de acceso a la sala (“bloqueada” con una cadena o una banda color guinda), para en cuanto liberaran la entrada, correr entre empujones con los demás asistentes para encontrar el mejor lugar. O cambiar de lugar porque la persona sentada al frente era más alta y no permitía leer los subtítulos en español.
Tampoco les tocó aprovechar las mañanas de domingo para ver una función triple por el costo de un boleto en las famosas matinés cinematográficas, y entre una y otra película esperar al señor que pregonaba: “¡Papas, chicles, chocolates, muéganos, palomitas… ¡Hay refrescos!”.
En fin, ahora todo luce muy diferente y hoy algunos de esos cines antiguos, joyas de la arquitectura, se encuentran en el olvido o dieron paso a nuevas construcciones, sino es que tienen nuevos usos. De esta manera, aunque aún resta hablar de cines como el Roble o el Álamos, continuamos con la nostalgia de los cines en la Ciudad de los Palacios.
Cine Continental: el del castillo de Disney
Iniciemos esta segunda parte con un recinto en forma de Castillo de La Bella Durmiente lleno de fantasía, el cual se ubicaba en la esquina de Xola y Avenida Coyoacán, en la colonia Del Valle. La magia crecía en el vestíbulo, donde se conseguían las pastillas Pez con los dispensadores del Pato Donald, Mickey Mouse o Pluto. Y si no fuera suficiente alucine, en los muros de la sala estaban los personajes de Disney.
El Cine Continental tenía aforo de 2 mil 350 butacas y se inauguró el 24 de abril de 1958. Al inicio exhibió éxitos estadounidenses como Amor sin barreras, Mary Poppins y La novicia rebelde. Cerró a principios de los setenta y reabrió el 22 de agosto de 1974, como “La Casa de Disney”. Desde entonces proyectó cintas de ese estudio.
En 1998 se remodeló y dividió en ocho salas, cambió su nombre a Multimax Continental Cinema. Ahora, el inmueble es un enorme supermercado. En ese lugar no quedó nada de la magia, ni el castillo en la fachada ni los personajes ni el polvo de hadas que parecía auténtico. Nos engañaron.
Cine “Disney” Lindavista
Continuando con la magia de Disney nos encontramos con un recinto inaugurado en la década de los años 40, que supuestamente, según los rumores, fue inaugurado por Mario Moreno “Cantinflas”.
Estaba localizado en las calles de Montevideo e Insurgentes. Su fachada siempre será recordada por imitar el castillo de Disney. Del cine lleno de personajes de fantasía, hoy no hay nada, en su lugar se encuentra el Santuario Nacional de San Juan Diego. El 31 de julio de 2002 se realizó la ceremonia de canonización de Juan Diego por el papa Juan Pablo II, se creyó que este lugar volvería a recuperar el brillo y la fama del siglo pasado, pero no fue así, su remodelación no ha dado mayores frutos.
Cine Orfeón
Este es otro de los cines antiguos que se encuentra en el abandono. Se ubicaba en la calle Luis Moya, en la colonia Centro, a unos pasos del llamado Barrio Chino, enfrente de la mezcalería Bósforo, y era uno de los más grandes de nuestro país porque tenía la capacidad de recibir a seis mil espectadores.
Entró en funciones a partir de 1938, lamentablemente este bello edificio está en el olvido. Si pones un poco de atención aún puedes ver las taquillas y la entrada a las salas.
Apolo Satélite THX
Seguramente el recinto cinematográfico más conocido en Ciudad Satélite, desde principios de los años 70 hasta mediados de los 80.
Algo que lo caracterizaba y lo distinguía del resto de los cines del rumbo era su enorme pantalla para proyecciones en 70mm y su tecnología de punta. Orgullosamente se ostentaba cómo el único en México en contar con la certificación THX de George Lucas, es decir supuestamente garantiza que tanto los efectos de sonido, la música y los diálogos en la reproducción de una película fueran tal como lo pensaron el director y compositor de la película. Actualmente, el lugar es una sucursal más de Office Depot.
Palacio Chino
Por último, ningún conteo de cines antiguos que no existan más puede completarse sin el Palacio Chino. Apenas en 2017 cerró sus puertas después de mantenerse dando servicio durante cerca de 77 años; sobresalía por sus cómodas butacas acojinadas.
Su decoración era, obviamente, alusiva a China. Este cine se inauguró en la década de los años 40 y el acceso podría ser por Bucareli e Iturbide. Pero los tiempos de gloria terminaron cuando una cadena de cines lo adquirió y no fue capaz de revivirlo.
El cine del Palacio Chino había superado a otros contemporáneos como el Cine Latino, el Orfeón, el Teresa y el Ópera. Otro contemporáneo que le hacía competencia era el Metropolitan, pero sus funciones sólo llegan a ser ocasionales.
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