El universo de la ciencia ficción tiene muchos nombres en su biblioteca, pero definitivamente Philip K. Dick es uno de los más sonados en la cultura pop contemporánea. Sobre todo si resaltamos el hecho de que ha sido uno de los escritores al que se le han realizado más adaptaciones cinematográficas de sus historias.
Más allá del afamado título que desencadenó toda una horda de fanáticos del género, Do Androids Dream of Electric Sheep?, o Blade Runner para su versión cinematográfica, K. Dick construyó todo un legado literario en el que la ciencia ficción atravesó más allá de lo inimaginable. Su primer cuento publicado fue “Roog” en 1953, mientras que tan sólo dos años después su primera novela fue Solar Lottery.
Si bien, Philip K. Dick se empeñó únicamente en crear mundos alternativos, atesorados en sus ficciones, podría decirse que, casi sin querer, también fundó una especie de filosofía casi religiosa, con la que parecía regir su vida. No fue el caso tan extremo como el del escritor del género, Ron L. Hubbard, quien creó su propia religión de la cienciología, incluso seguida por celebridades como Tom Cruise.
Sin embargo, sí es verdad que Dick, constituyó un imaginario colectivo con el cual basaba su vida. Según él, había una fuerza exterior que se manifestaba con energía desde todos los lugares del universo. La identificaba con una especie de pensamiento racional que llamaba, indistintamente, “Dios”, “Zebra” o”‘VALIS”. Incluso, esta fuerza de la que hablaba fue protagonista de la novela homónima VALIS (publicada en 1981). Su nombre es un acrónimo de “Vast Active Living Intelligence System”.
Su obra fue bien recibida por la contracultura norteamericana. Por ejemplo, sus historias y perspectiva del mundo, influyeron en el escritor Kurt Vonnegut, mientras escribía su obra Matadero Cinco, una peculiar autobiografía en la que la voz narrativa se disocia para explicar su traumática experiencia bélica.
Aunque nunca existió un diagnóstico real, Dick sospechaba de sufrir esquizofrenia. Incluso, se inspiró en esta creencia para escribir Martian Time-Slip y We Can Build You, en ambas novelas los protagonistas son esquizofrénicos.
Lamentablemente, Phillip ya no pudo ser testigo de la primera adaptación cinematográfica con mayor presupuesto, de una de sus obras más afamadas: Blade Runner, pues falleció el 2 de marzo del 82, tres meses antes del estreno. La producción tuvo retrasos y no pudo verla en la pantalla grande. Sin embargo, pudo ver avances significativos, incluso le escribió una carta al productor Jeff Walker diciéndole que le encantaba la versión.
No cabe duda, que el universo ficticio de Dick sigue más vivo que nunca y no hay mejor forma de demostrarlo, que leyendo y habitando su obra desde la imaginación.
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