Katy Perry es la superestrella, la afamada cantante, actriz y hasta juez de reality show estadounidense catalogada como talentosa, hermosa y audaz.
La conocimos alrededor del año 2001 y mientras asaltaba las listas de popularidad como un nuevo fenómeno pop, también supimos de su relación con el actor y cómico británico Russell Brand. Es algo extramusical pero hicieron público su amor y se casaron en India en el año 2010 de acuerdo con las costumbres hindúes. Posteriormente se separaron.
No obstante Katy ha continuado en plan grande porque sus canciones son a menudo identificables en la vida privada de sus escuchas. Por ejemplo, algunos mencionan aun a la rola “Witness”, que se desprende de su último álbum, homónimo al tema y poco exitoso (incluso llamado aburrido), como un ejemplo de empatía de Perry, porque cualquiera desea una persona que sea su "testigo".
Pero las canciones de la californiana nacida en 1984, que ha editado cinco álbumes de estudio, también pueden ser bastante pegadizas. Varios hemos tenido rolas como “California Gurls” (y la crema batida del video), “Teenage Dream”, “Firework”, “Roar”, “Wide Awake” y tantas más atrapadas en la cabeza, mientras observamos sus entrevistas y otros videos no musicales en el que ella se siente natural. Y eso que no es una youtuber sino una artista, pero apela y reúne las virtudes de esos siempre polémicos MCs de las redes sociales, por su facilidad para llegar a núcleos sociales determinados, en este caso, más amplios que los de los hoy tan socorridos creadores de contenido visual online.
La figura de Perry es tan relevante que a veces parece una contradicción, más cuando lanza temas como “Chained to the Rhythm” sobre los poderes sedantes del pop y el colapso de la sociedad estadounidense. También porque juega con la empatía por medio de un asunto complejo en el entretenimiento: la vida íntima.
Sin duda cada seguidor interpreta lo que desea de ella, una figura, expresión personal y estrategia de marketing e identidad pop que ha comercializado más de 18 millones de álbumes y 125 millones de sencillos.
Por ello no sorprende que no se detenga la construcción de imagen de Katy, casi hasta jugando con la metaficción cuando la semana anterior compartió el video de un nuevo sencillo llamado "Never Worn White". Originalmente circularon especulaciones sobre si el video serviría o no como una revelación de su supuesto embarazo. Efectivamente, el video termina con ella acariciando un bulto de embarazo en su vientre -un asunto no precisamente musical-, fruto de su relación con Orlando Bloom. Posteriormente Perry confirmó en Instagram Live que está embarazada.
Esperamos que este asunto, uno personal para la diva a pesar de que lo incorpore a su identidad comercial, traiga torta bajo el brazo para Katy Perry, quien el año anterior asimismo lanzó los sencillos "Harleys in Hawaii" y "Small Talk", ambas colaboraciones con Charlie Puth, y se unió a Zedd en los temas “Never Really Over” y “365”. Para su nuevo sencillo, de un nuevo álbum aún sin fecha de lanzamiento, toma un tono necesariamente más emocional que el de sus singles recientes, una reflexión sobre una melodía de piano.
Dirigido por el dúo Paris J.A.C.K. (Madonna, Christine & the Queens), el video es igualmente etéreo con Perry como una reina de blanco y una futura madre esperando.
Disfruta de productos de Katy Perry, solo en Sanborns. Haz click AQUÍ.