Hoy en día se ha convertido en un tema difícil, e incluso debatible, hablar de los distintos géneros musicales. Porque si bien, no han desaparecido por completo, hablamos de una mezcla incesante entre cada uno de ellos. El claroscuro entre uno y otro se difumina con elementos rítmicos que van involucrándose entre sí, para mostrar el magno universo sónico y las posibilidades sonoras que habitan en nuestro plano.
Y aunque pareciera que la música de ahora camina entre uno y otro, sin temor a nada, aún existen quienes exploran desde una esquina, desde el mirador que puede representar cualquier género desde su esencia. Un ejemplo claro es el saxofonista Kamasi Washington, quien sin angustia de perderse entre las olas y mareas de distintos géneros para “ser tendencia”, se mantiene como fiel explorador en el inmenso mundo del jazz.
Originario de Los Ángeles (1981), Kamasi realizó sus estudios de etnomusicología en la UCLA, para después colaborar con grandes íconos del jazz como McCo Turner y Stanley Clarke. Incluso, también exploró otros géneros, cuando trabajó en conjunto de Snoop Dogg y Quincy Jones, entre otros más. Después de este recorrido de experiencia, sumó su aparición al público desde la nómina de colaboradores del disco To Pimp A Butterfly (2015) del reconocido rapero Kendrick Lamar. En ese mismo año, Kamasi Washington lanzó su álbum debut en solitario, The Epic.
Este primer material, The Epic, dividido en tres partes: “The Plan”, “The Glorious Tale” y “The Historic Repetition”, consolidó una estética de la que jamás se zafaría Washington. Sin embargo, esto tampoco representaba una barrera o algo por el estilo, sino al contrario, de ahí partió para explorar aventuradamente lo que la música y el jazz aún tenían (tienen, hasta la fecha) que crear.
Parte de una base de coros, una batería tan sutil y típicamente del género, un piano enloquecido por encontrarse con el viento que dibujan los acordes del saxofón de Washington y una fiebre jazzera en el ambiente. Como resultado: nace una estética completamente clásica del jazz. Aunque con un refrescante enfoque dentro de las texturas y formas que van formando cada una de sus piezas.
Por eso no extraña que su presentación en la Ciudad de México, en el Plaza Condesa el día de hoy, 23 de enero, se haya agotado por completo. Pues la experiencia de escuchar esta música en vivo es un deleite para todos nuestros sentidos. Mientras el mismo ambiente nos envuelve con su desenfrenado clímax, las luces y las actuaciones de cada uno de los músicos nos alteran completamente.
Con cuatro álbumes publicados, Kamasi Washington ya ha construido todo un legado para el mundo jazzero. Una experiencia casi mística, su música trasciende cualquier plano terrenal para explorar las dimensiones abstractas y espirituales que habitan en cada uno de nosotros.