Cuando creemos que ya nos han contado todo, siempre llega una historia más conmovedora y más arrasadora que nos hace replantear el lugar que ocupamos en el mundo y el de los demás. Nadie pone en tela de juicio la discriminación que históricamente han sufrido los grupos vulnerables dentro de nuestra sociedad, es bien sabido que el arte es una de las rutas más sinceras al respecto, pero ¿qué pasa cuando el discurso comienza a desgastarse? 

Just Mercy, dirigida por Destin Daniel Cretton, es la cinta cinematográfica que tentativamente busca colocarse entre las filas para las próxima nominaciones de los premios de la Academia. Especialmente por las actuaciones que los críticos ya han celebrado tanto de Jamie Foxx (Django) y Michael B Jordan (Black Panther).

Un drama en el que se ilustra un caso que marcó la diferencia para la historia norteamericana y del mundo. Jordan protagoniza a Bryan Stevenson, un importante abogado que cambió la historia al fundar la iniciativa de Justicia Equitativa de Alabama, mientras que Foxx encarna al personaje Walter McMillian, quien fue injustamente sentenciado a muerte por el supuesto asesinato de una mujer blanca en 1988. 

El impacto histórico que tuvo en la vida real Bryan Stevenson es digno de conmemorarse, pues revocó más de 140 sentencias de muerte a inocentes que cayeron en las garras de la inequidad social. Esta película está basada en el libro homónimo, escrito por el mismísimo Bryan Stevenson, por lo que la historia está fielmente apegada a los eventos reales desde su perspectiva.

La discriminación y la visibilización de la misma será siempre un tema relevante, pero ¿qué tan urgente o vigente es una historia como esta en los tiempos contemporáneos? Sin desmeritar ningún movimiento, ¿por qué volver a ver la misma historia una y otra vez? 

Por eso se menciona mucho que esta película podría tratarse de un Oscar Bait, es decir, de una producción con todas las intenciones de formarse en las nominaciones de los Premios de los Oscar. Sin ser esto de carácter estrictamente negativo, también asoma un riesgo y es precisamente el de caer en los clichés discursivos y repetitivos que hacen de una historia real y sincera, un producto únicamente. 

Otro de los riesgos también está en que hay historias claramente mejor contadas y logradas que muchos Oscar Bait. La crítica que ha sido testigo de la cinta ya lo menciona de la siguiente forma: 

“Just Mercy no sabe lo que quiere ser. Sí, su intención principal es concentrarse en el caso McMillian, pero también tiene la habilidad de cambiar su enfoque, sin éxito, en algunos de los otros presos condenados a muerte en la penitenciaría. Esos incluyen a Rob Morgan como un veterano de guerra infligido por el TEPT y O’Shea Jackson Jr. como un tipo duro que muy bien puede ser inocente del crimen por el que fue condenado”. 

Quizá, más allá de todas las pretensiones que puedan haber llevado a la realización de esta cinta, lo que merecería la pena preguntarse es cómo mejorar estas narrativas. Se trata de un caso realmente conmovedor y una huella histórica que merece recordarse, por lo que la vía y el enfoque en cómo se cuentan estas historias es en donde valdría la pena ponerle el debido acento. 

Sin más, habrá que ver en su totalidad el resultado, tanto como la cinta y ver si se logró el objetivo para las nominaciones de los Oscar. Por lo pronto veamos el trailer, ya que la espera será larga, pues el estreno está planeado para el próximo 25 de diciembre.