Mientras el enorme misterio de la vida se resuelva, la muerte seguirá inherente a la naturaleza de lo que permanece en movimiento. Porque lo que no se explica y no se entiende, no hay manera de expresarlo de una única forma. En este sentido, la muerte sigue y seguirá siendo asunto de quienes permanecen en este plano.
El sábado, 29 de octubre, la música se vistió de luto para despedir a Ryan Karazija, líder de la banda californiana-islandesa de post-rock, Low Roar. A través de sus redes sociales, los demás miembros de la banda lanzó el siguiente anuncio:
“Su hermosa música y letras, cantadas con su encantadora voz, han tocado la vida de muchas personas en todo el mundo y seguirán haciéndolo. Era un alma amable y hermosa y nuestros mundos están destrozados por su pérdida. Honremos su memoria a través de su arte y guardémoslo para siempre en sus canciones".
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Igualmente, declararon que un sexto álbum se encontraba en grabación, y que este se concluirá y lanzará en honor, también, del músico.
Hablamos de una banda con trayectoria consolidada desde hace más de una década. Cuando lanzaron su álbum homónimo y debut en 2011, Low Roar no hizo otra cosa más que seguir despegando a lo alto.
Desde 2011, y con su primer lanzamiento descubrimos sencillos como “Give Up” y “Nobody Else”, mismos que resuenan en nuestros oídos hasta la fecha. En sus canciones Ryan Karazija, indagó en temas en los que la ansiedad, la depresión, las relaciones interpersonales, el amor y desamor se convirtieron en las cúspides de todo un discurso sonoro.
La exploración entre los sintetizadores y la estética de unir su música en una misma atmósfera, ofrece la sensación de estar escuchando un mismo tema en distintos momentos, sobre todo en sus primeros álbumes.
En 2019 lanzaron ross, álbum en el que expandieron las posibilidades de su sonido para indagar en las nuevas tendencias musicales. Claramente escuchamos un sonido más evolucionado sin perder su esencia en la que la saudade prevalece en cada acorde. ross. experimenta un lado b de la banda, en el que el toque acústico con textura folk y simples arreglos, se combina entre atmósferas experimentales y los icónico beats electrónicos en el que el juego entre sintetizadores y efectos electroacústicos complementan a la perfección una nueva faceta de la banda.
Su última entrega en 2021, fue con maybe tomorrow, un álbum en el que se dedicaron minuciosamente a la exploración sónica desde la sutileza hasta el dramatismo que tanto los caracteriza. Si sus canciones ya se pintaban desde tonos grises de melancolía y nostalgia, ahora su música cobrará mucho más peso desde la soledad y orfandad en la que Ryan ha abandonado este plano.
Claramente, este próximo lanzamiento póstumo de Ryan será la gota que derramará el vaso de la saudade pura y la mera nostalgia. Sin embargo, y como su mismo linaje lo ha detonado, no podemos tener expectativas más altas que las que su misma música nos ha entregado a lo largo de estos años.