Si algo nos ha enseñado Hollywood es que debemos desconfiar casi inmediatamente de un entorno perfecto. Los espacios de idilio y felicidad, sin un momento para la tristeza, suelen ser más tétricos que una casa desvencijada donde en cada puerta acecha un espíritu. Justo en el idilio es que se esconden las conspiraciones más sádicas y terroríficas.
Esta tesis es un clásico de historias distópicas, casi un cliché que se ha visto decenas de veces en la pantalla chica, grande y en la literatura. No es fácil romper con una fórmula tantas veces contada, incluso con una cinta con una premisa prácticamente igual de 2020, Antebellum, de Gerard Bush y Christopher Renz.
O un ya clásico del cine de terror con un fondo político, como ¡Huye!, de Jordan Peele, de 2017. Incluso la cinta que lanzó a la fama a la protagonista de la cinta que nos concierne, Midsommar (2019), tiene el “no todo es lo que parece” como hilo detonador del horror.
Así es como Olivia Wilde decidió “meterse en una camisa de once varas” y al final no entregarnos una historia totalmente innovadora, y menos para los estándares del Festival de Venecia, donde el drama fuera de la pantalla fue más comentado que la propia película, No te preocupes, cariño.
Lo que propició que un buen puñado de personas “escogieran un bando”, y asumiendo que la película era mala sólo porque había un pleito entre Wilde y Pugh, cuando la realidad no termina de ser tan tajante.
No te preocupes, cariño es una cinta que no regala nada nuevo, sólo cambia la cara del “malo” dentro de la distopía conspirativa de control y violencia; con personajes maquiavélicos y obviamente malos disfrazados de aliados. Pero con una práctica formal bastante inquietante, que logra transmitir la opresión de la perfección.
A pesar de que no hay nada nuevo bajo el sol de Victory, el pueblo ficticio en medio del desierto, la película tiene una virtud que no muchas veces se puede lograr: es de fácil acceso y te permite adentrarte a las emociones que la película plantea.
Durante la función a la que asistí, todas las personas a mi alrededor estaban exaltadas o sorprendidas con las revelaciones que los giros de tuerca nos brindaron. La película termina con tal intensidad, que media sala se levantó con la adrenalina hasta las cejas y casi corriendo trataban de desalojar la sala.
Lo cual, sin lugar a dudas, habla de que la película conduce perfectamente las emociones a los espectadores y aunque no es una revelación del género, tampoco es una mala cinta. Es más entretenida que muchas otras películas del tipo, y es que los años de Wilde en la industria Hollywoodense la han dotado de esa sensibilidad.
Tal vez el drama fuera de la pantalla grande es más jugoso (porque nunca sabremos la verdad), pero sin lugar a dudas, No te preocupes, cariño cumple como una película interesante, con un sustento social conocido pero bien estructurado y una fotografía que nos permite disfrutar (y asfixiarnos) en la perfección.
Puedes disfrutar de No te preocupes, cariño de Olivia Wilde a partir del 22 de septiembre en todas las salas comerciales en la República Mexicana.
Sinopsis
Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles) tienen la suerte de vivir en la comunidad idealizada de Victoria, una ciudad experimental de la compañía en donde los hombres que trabajan para el Proyecto Victoria de alto secreto viven con sus familias.
El optimismo por el estilo de vida de la sociedad en los años 50 que tiene el Director General, Frank (Chris Pine) –visionario corporativo y Coach Motivacional de Estilo de Vida– ancla todos los aspectos utópicos de la vida diaria y unida en el desierto. Mientras los maridos pasan todos los días dentro de la sede del Proyecto Victoria, trabajando en el "desarrollo de materiales progresivos", sus esposas –incluida la elegante compañera de Frank, Shelley (Chan)– se dedican a disfrutar de la belleza, el lujo y el desenfreno de su comunidad.
La vida es perfecta, con todas las necesidades de los residentes cubiertas por la empresa. Todo lo que piden a cambio es discreción y un compromiso incuestionable con la causa de la ciudad de Victoria. Pero cuando empiezan a aparecer grietas en su idílica vida, exponiendo destellos de algo mucho más siniestro que se esconde bajo la atractiva fachada, Alice no puede evitar cuestionarse exactamente qué están haciendo en Victoria y por qué. ¿Cuánto está dispuesta a perder Alice para sacar a la luz lo que realmente ocurre en este paraíso?
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