El caos fue el punto de inicio para que Marta Hernaiz Pidal creara su ópera prima, La caótica vida de Nada Kadić. Una película mexicana que fue creada en Bosnia, con actores del lugar y hablada enteramente en bosnio.
Desde antes de conocer a su musa, Aida Hadžibegović-Đombić, Hernaiz quería hacer una película sobre el caos. Cuando esta actriz llegó a su vida, sólo fue para dictaminar que quería hacer un filme con ella, el cual terminó por ser un híbrido entre la ficción y el documental.
Ficción porque la historia de Nada fue creada desde la mente de Marta Hernaiz, documental porque fue creada en función de las particularidades de la hija de Aida, es decir desde el autismo.
Sinopsis
Desorientada, desorientada, incapaz de terminar lo que comienza, siempre haciendo mil cosas a la vez, pero con un profundo deseo de salir de su país y cambiar su vida. Nada, una madre soltera que acaba de saber que su hija tiene síntomas dentro del espectro autista, emprenderá un viaje por los Balcanes para reconciliarse con su pasado y aceptar su nuevo destino.
Aunque las situaciones fueron creadas ficcionalmente, las dos protagonistas, Aida y su hija Hava, reaccionaban a estos escenarios ficticios, y sin mencionar que la historia se fue adecuando a las personalidad e historias específicas.
Antes de iniciar el rodaje, Hava fue diagnosticada con autismo, Aida habló con la directora y le dijo que mejor contratara a una niña actriz, que su hija no podría hacerlo. Pero Marta Hernaiz decidió adecuar la historia, investigar sobre este trastorno, y utilizar esta característica como un factor más de caos.
La historia es un roadtrip bastante simple, sin grandes revuelos, ni decisiones de vida o muerte, sino todo ocurre con detalles y dentro de la cotidianeidad del día a día. Lo que hace que el caos sea orgánico y verosímil.
Una película no es buena por cuan agradable es para el público, sino por lo que propone hacer el director y logra. En la cinta de La caótica vida de Nada Kadić, el caos es lo que reina, pero es un caos cotidiano que puede estar dentro de la vida de todos, aunque por fuera todo parece tranquilo.
Un caos enraizado en los detalles, como el hecho de que Nada es presentada con zapatos diferentes e intentando pintarse el cabello, dejando a su hija sola, la cual jugando se cae de un banco.
Una característica de este filme que es más que perceptible es el caos generado por el sonido.
Después de investigar sobre las personas con autismo, la directora aprendió que tienen distintas formas de discriminar el sonido, y un ruido más fuerte no implica atención inmediata, sino que puede atender a casi cualquier cosa.
Esta forma peculiar de escuchar, es más que persistente en la película, hay veces donde la voz de la protagonista es casi ignorada por un limpiaparabrisas viejo, o por el periquito australiano que tienen por mascota.
Otra forma de narrativa que Hernaiz utiliza para crear caos son las tomas barridas y los close-ups a detalles como el fondo de un vaso. Las tomas barridas y cuarteadas rompen con el ritmo de la película, algo que además de venir de la escuela de cine donde estudió su maestría en Bosnia, recrea la desesperación de Nada al ver que su vida no tiene pies ni cabeza.
No es una película para todos, hay momentos en los que Hava, producto de su trastorno, grita tanto que es casi un reto permanecer en la sala, pero precisamente es lo que quería la directora que sintiéramos.
Una empatía anclada en las posibilidades multisensoriales del cine.
Cuando el mismo caos en la vida de Nada comienza a dar un giro, al momento del road trip y el regreso a su pasado, incluso el ruido constante de Hava se reduce y comienza una transformación personal de Nada, demostrando el significado en bosnio de esta palabra tan tajante en español, esperanza.
Es un viaje anclado en lo visual y lo auditivo, no en lo verbal, una característica que tarda en desarrollarse en las personas autistas, por lo que no esperen encontrar una película con grandes líneas que puedan reutilizarse, sino como la mayoría de los cambios personales ocurren: en silencio.
La caótica vida de Nada Kadić es una joya del cine mexicano, que te reta a empatizar sin necesidad de explicaciones, sino desde el mero sentir.
Aunque no tuvo un estreno en el circuito comercial, sí lo tuvo en cines culturales (Cineteca Nacional, Cine Tonalá, entre otros). Por ello, no dejes escapar esta joya de la cinematografía contemporánea en nuestro país.