El hip-hop es uno de los géneros preferidos por los melómanos mainstream, para prueba sólo basta ver las listas de éxitos, en los primeros diez lugares es común encontrar al menos una canción de este género.

Ha encontrado tantas mezclas y fusiones, que ha forjado un lugar especial en los escuchas. Claro que este boom es relativamente reciente, y muchos se lo debemos a los exponentes que cada que suena su nombre, todo el mundo se detiene a escuchar.

Así, después de años de sequía, tenemos en nuestras plataformas de streaming preferidas dos álbumes más que esperados: Donda, de Kanye West; y Certified Lover Boy, de Drake. 

Hablemos un poco de cada uno de los dos álbumes, que aunque eran lo más esperado del año, parece que no terminaron de encantar a los críticos.

Donda, de Kanye West

Donda es el décimo álbum de Kanye West, que lleva el nombre de su difunta madre, y que a pesar de ser muy esperado, los críticos no terminaron de encontrar la magia que sucedía en The Life of Pablo, según Pitchfork, el último gran álbum del rapero.

Este medio especializado le dio una calificación de 6.0, bastante cuestionable para el genio de Atlanta, pero parece que todos los escándalos y situaciones que han dado de qué hablar, ahora son puntos que contextualizan al rapero y que se ciernen sobre todo lo que hace. Pero no sólo para los medios de comunicación, sino también para él mismo.

Con 21 canciones y una hora y 48 minutos de duración, el tema principal de Donda es cómo su madre y su fe lo han moldeado. Y parece que esto último, su cristianismo, alimenta todos los aspectos de su creatividad, incluso le quitó las palabrotas a su rap.

Kanye West es un genial A&R y por ello no sorprende que las mayores luces dentro de Donda sean los tracks con colaboraciones. Según Pitchfork, “En Donda destaca el conmovedor "Jonah" o el altísimo "Pure Souls", que funcionan porque aprovechan la energía del zeitgeist de 2021, pero estos momentos son pocos y distantes entre sí, se encuentran a la deriva en un mar confuso de ansiedad postmatrimonial y una superficie de ideación religiosa.”

A pesar de que es un álbum “apático y confuso”, según la crítica, sus fans son sumamente leales y a una semana de haber sido lanzado, llegó a lo alto de la lista Billboard 200, la décima vez que lo logra. 

Certified Lover Boy, de Drake

Drake es el solista más vendido de los tiempos modernos, y es que cada que lanza algo, se vuelve un hit inmediato. Su música suele ser una suerte de hooks pegadizos, ritmos de fiesta y una inevitable buena vibra que desencadenó de los primeros challenge en TikTok en 2018. Drake es Drake, así de simple. El rey de los charts y de los super éxitos mundiales.

Este segundo verano pandémico regresó el canadiense con su sexto álbum de estudio, Certifies Lover Boy, un álbum de 21 canciones y una duración de una hora y 26 minutos, y al menos The Guardian, le dio una calificación de tres estrellas sobre cinco. No tan mal, pero no tan bien.

Drake ha explicado que el álbum trata sobre la “masculinidad tóxica y aceptación de la verdad que es inevitablemente desgarradora”, aunque, según los críticos, aseguran que no se entiende si Drake lo condena, lo tolera, participa de ello o se está burlando. Sólo admite su contribución.

Aunque el single principal, “Way 2 Sexy”, no termina de tener el boom que “Hotline Bling” o “In My Feelings”, Drake es Drake y más pronto que tarde será un éxito rotundo. 

Aun así los críticos creen que a pesar de su edad y destellos reflexivos, como rapear sobre ser padre soltero e hijo de un divorcio, Certified Lover Boy sólo es un recordatorio de su “desarrollo detenido: personal, sonora y temáticamente, Drake parece resistirse al cambio.” Y es que, aunque sea un álbum con grandes canciones, el rapero canadiense sigue adherido a la fórmula que le funciona y no toma riesgos.

Y tal vez nunca le deje de funcionar, sólo el tiempo podrá decirlo.

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