No es ningún secreto que el mundo ame a Baby Yoda o Grogu, su nombre oficial, lo encontramos en todos lados. Desde memes, stickers para WhatsApp, pasando por mercancía de todo tipo y para chicos y grandes, hasta llegar a las Roscas de Reyes e incluso sustituir a la estrella arriba del árbol de Navidad.
El mundo ama a Baby Yoda sea o no fan de la saga intergaláctica Star Wars. Pensemos que cuando este tierno personaje hizo aparición, en salas estaba la criticada Star Wars: Episodio IX - El ascenso de Skywalker, y muchos creyeron que de ahí surgía el pequeño Yoda que inundaba las redes sociales por lo que acudieron a ver la película.
Lo cierto es que el nacimiento de Baby Yoda en 2019 fue una jugada que le salió perfecta a Disney, ya que unieron a un personaje icónico en el imaginario colectivo, Yoda, con algo que pocos se pueden resistir, la ternura incontrolable.
Es posible que Jon Favreau, creador de The Mandalorian, no estuviera del todo consciente del reseteo cultural que significó un personaje tan adorable como Grogu, de igual manera, es posible que Disney no esperara que su primera creación exclusiva de su plataforma de streaming tuviera esta fuerza.
Claro que Disney es del tipo de empresas que “no da paso sin huarache”, como diríamos coloquialmente en México, por lo que es más que posible que hayan decidido un regreso a Star Wars como el mejor gancho para convencer a miles de conseguir una suscripción a Disney+.
Porque sí, la saga intergaláctica creada por George Lucas es una de las favoritas de millones y recientemente, hace casi dos años, lanzaron la película más taquillera de la historia, Avengers: Endgame, por lo que era natural que comenzaran a explotar otros nichos.
Aunque era obvio que buscaban un producto que los distinguiera frente a todas las plataformas de streaming, The Mandalorian se convirtió en la piedra angular de Disney+ y hasta hoy, la razón por la que millones de personas han acudido a ella. Pero no exageramos cuando hablamos que Baby Yoda es una de las principales razones por la que The Mandalorian tiene el éxito que tiene.
Es cierto que la serie de Jon Favreau recuperó el tono western intergaláctico que enamoró a los primeros fans de Star Wars, a comparación de las épicas de superhéroes del espacio de las últimas películas. Así como revitalizar el mundo de Lucas con una línea temporal distinta de la que conocíamos, y que parecían haber sepultado las últimas cintas.
Aunque aún es cuestionable el papel de Mando y Grogu en el mundo previo a la serie, a la gente parece que le importa poco ver cómo es que los escritores encontrarán una justificación de que estos dos personajes no aparecieran antes en el vasto mundo galáctico.
Con personajes bien hechos, con arcos argumentales disfrutables, así como aventuras intrigantes que permitieron que millones de personas estuvieran esperando el siguiente capítulo en Disney+, The Mandalorian es una serie que de debe muchísimo al pequeño Grogu que encontró un padre en Mando y que poco a poco descubre la fuerza que corre por él.
Puede que no te guste Star Wars y es posible que no te interese conocer el complejo universo intergaláctico que se ha explorado por décadas, pero es casi imposible que no sientas algún tipo de emoción por Baby Yoda, o que no lo ubiques como ese pequeño verde que toma sopa mientras ve a Mando pelear.
Tal vez no deberíamos de sorprendernos porque Disney haya logrado crear un personaje así de tierno, es la misma casa productora que hizo que una cucaracha se viera adorable.
A pesar del poder de los creativos en la casa del ratón, Baby Yoda responde a una teoría de la etología conocida como “esquema de bebé” propuesta por el teórico Konrad Lorens, la cual trata de explicar el atractivo que los humanos encontramos con la apariencia de juventud.
Más específicamente hablamos del conjunto de rasgos faciales y corporales que hacen que una criatura parezca linda y produzca la necesidad de cuidarla. Ya saben, cabeza y ojos grandes, nariz y barbilla pequeña, y en Baby Yoda unas orejas enormes que nos derriten el corazón.
Una característica evolutiva entre los seres humanos, ya que somos los únicos animales que nacemos sin poder valernos por nosotros mismos y necesitamos ser criados por adultos, por lo tanto, las características tiernas garantizan el cuidado de los pequeños para asegurar la supervivencia de la especie.
Así que lo que sentimos por Baby Yoda es nuestro instinto biológico de preservar nuestra especie, pero como todo lo humano, ya no sólo responde a la biología, sino que también se ha vuelto una cuestión social.
Observar criaturas tiernas genera en nosotros una respuesta de satisfacción, ya que activa las áreas del cerebro de recompensa, aquellas que se activan cuando comemos o dormimos, en ese sentido, sensaciones placenteras y buenos pensamientos llegan a nosotros.
Lo curioso es que muchas personas se sienten abrumadas por sentimientos positivos como la ternura, lo que decanta en la llamada “cute aggression”, ya saben cuando sentimos la necesidad de estrujar, morder o pellizcar aquella criatura tierna porque no podemos soportar que sea así de linda.
Más de la mitad de las personas han pensado o han llegado a estrujar a un animalito para sopesar lo abrumados que se sienten con lo lindos que son, y es más que común encontrarnos con personas que han sentido esa sensación de “No puedo soportar lo lindo que es” refiriéndose al pequeño Grogu.
Por lo que el furor de Baby Yoda no sólo responde a una historia con buen argumento, una relación parental entrañable y un western de la vieja escuela, sino a nuestros instintos más primarios de cuidar aquello que sentimos desprotegidos. Un instinto que nos ha hecho querer apretujar un peluche de Baby Yoda, o pellizcar un poquito los cachetes de un bebé.
Por el momento no hablaremos del futuro de Grogu en la franquicia de The Mandalorian, ya que estará plagado de spoilers, por lo que sólo esperaremos que respondan muchas preguntas sobre nuestros queridos personajes, que nacieron al final de la temporada 2 de la serie.
Al menos sabemos que la temporada 3 de The Mandalorian llegará a Disney+ en diciembre de 2021. Mientras tanto, podemos comprar alguna mercancía del pequeño Baby Yoda y sentirnos renovados con los buenos sentimientos que nos provoca.
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