Los años 80 fueron una de las mejores épocas para el cine de aventuras, ciencia ficción y para los blockbusters tras el estallido del fenómeno llamado Star Wars a finales de los años 70. Conocimos docenas de personajes icónicos de clásicos de cine mezclaron el humor con otros géneros y sin tomarse tan en serio, como a veces ocurre también con el actual cine de superhéroes.
En los años 80 la tecnología de imágenes creadas con herramientas digitales no se había propagado, pero su mezcla con los efectos especiales tradicionales, por medio de props, diseño de producción y, sobre todo, ingenio, ofrecieron películas brillantes, algunas con Arnold Schwarzenegger o filmes como Volver al Futuro (1985) de Robert Zemeckis.
Otra cinta importante fue Ghostbusters (1984), dirigida por Ivan Reitman (1946-2022) que jugó con el terror, pero como una chacota sobrenatural en la que los miedos ulteriores casi se incorporaban a la rutina.
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Protagonizada por Bill Murray, Sigourney Weaver y Dan Aykroyd (este último coescritor del guion junto a Harold Ramis, quien también actúa en la película), narra las aventuras de un grupo de científicos que empiezan un negocio de exterminadores de espectro. Entre bromas y momentos delirantes como el del Hombre de Malvavisco, el destino del planeta termina dependiendo de ellos. A raíz del éxito de la cinta surgiría toda una franquicia, aunque varios años después de que en 1989 se cerrara luego de unos resultados decepcionantes d ela secuela y la negativa de Bill Murray de volver al papel.
En 2016 llegaría un reinicio de la franquicia con Ghostbusters de Paul Feig después de 27 años, con una versión femenina, donde tenemos un nuevo Ecto-1 (el automóvil del equipo) nacido de “tunear” un coche fúnebre, un nuevo uniforme y unas sofisticadas pistolas de plasma de protones (un poco a la James Bond pero en plan bizarro). Nuevamente destacó en la interpretación con actrices como Melissa McCarthy y Kristen Wiig, además de continuar el tono despreocupado.
Cinco años después se estrenó Ghostbusters: Afterlife, de Jason Reitman, hijo del realizador de la película original, que presentó una nueva generación de cazadores de fantasmas junto a los conocidos de los años 80. Ambientada 32 años después de los eventos de Cazafantasmas II, sigue a una madre soltera y sus hijos que se mudan a una granja de Oklahoma que heredaron de su padre separado, Egon Spengler, miembro de los Cazafantasmas originales, que fue perseguido por un ente sobrenatural.
De esta manera, la cinta contó con la participación de personalidades como Murray, Aykroyd y Ernie Hudson. En contraste, Ramis, quien dio vida al doctor Egon Spengler, no participó debido a que falleció en 2014.
Este mes iniciaron las grabaciones de la secuela de Afterlife, bajo el nombre código “Firehouse”. La cuenta oficial de Twitter publicó una foto del set de grabación acompañado de la frase “De vuelta en la estación de bomberos. ¡Día uno!’’.
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En esta ocasión la dirección corre a cargo de Gil Kenana (Poltergeist, 2015) quien mencionó: “Es un honor absoluto tomar el paquete de protones y ponerme detrás de la cámara para el próximo capítulo de la saga de la familia Spengler. Ojalá pudiera volver a 1984 y decirle al niño en la sexta fila del Mann Valley West que un día iba a llegar a dirigir una película de Los Cazafantasmas".
Al final de la primera película logran parar la amenaza que los sigue desde los años 80: la deidad Gozer. Posteriormente vemos al ex-Cazafantasma, Winston Zeddemore como un rico empresario y hombre de familia, que devuelve a Ecto-1 a la estación de bomberos del equipo. En el sótano, una luz en la unidad de ectocontención parpadea en rojo.
La secuela está programada para traer al elenco que participó en Ghostbuster: Afterlife de vuelta al origen de la franquicia: Manhattan y llegará el 20 de diciembre de 2023 a los cines.
Foto de Willian Justen de Vasconcellos en Unsplash
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