Seas fan o no de Game of Thrones, te hayas sentado por 73 domingos a la misma hora para continuar esta épica de fantasía, o simplemente sabías que se transmitió un capítulo en HBO porque las tendencias en Twitter explotaban, junto a los spoilers y los memes. 

Hayas estado de un lado o del otro, da lo mismo, conforme la fama de Juego de tronos crecía, todos nos enteramos de su existencia, sus dramas y el legado profundo que dejó en la cultura pop.

Pero casi como una analogía de las dinastías caídas y los personajes asesinados sin compasión, Juego de tronos cayó durante su mayor auge, las esperadas dos temporadas finales tuvieron tantas críticas negativas que empañó increíblemente el legado de la serie de HBO, que este 2021, cumplió 10 años de haber lanzado el primer capítulo.

Aunque terminó mal, y ni siquiera sus actores principales pueden defender aquel bodrio, el furor no empezó ahí, sino en 2011 cuando la serie no tenía tanto dinero como al final, poniendo un empeño espectacular (para ser una serie televisiva) en los personajes y el guion.

En 2011, sólo la comunidad geek anglosajona conocía Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin, una saga literaria que había encantado a millones y aunque no era mainstream, logró obtener un lugar en HBO para crear Juego de tronos. 

El primer capítulo, transmitido el 17 de abril, no causó ruido, sólo un puñado de seguidores, sobre todo lectores que conocían la historia, y algún que otro que se había enganchado con el enigmático trailer, se sentaron a las 22:00 h frente al televisor para mirar “Winter is coming”. 

Fue así como esa pequeña comunidad comenzó a correr la voz y evangelizar al resto de personas que terminaron asistiendo a la transmisión dominical por HBO. 

Comenzando como un relato oscuro sobre familias maquiavélicas que hacían lo que fuera por tener poder, con un universo oscuro, lleno de personajes humanos repletos de grises y claroscuros. Mucho sexo, mucha violencia y un guion preciso, bien escrito. 

Vamos, no era cualquier serie de televisión que utilizaba el poco presupuesto para malos efectos visuales, sino que lo invirtió en grandes guionistas y actores que no eran conocidos, pero sabían lo que hacían.

Así, poco a poco, conforme el secreto a voces se volvía una serie mainstream, el presupuesto hizo que la espectacularidad le ganara al resto, nadie se quejó de ello, pero parece que fue el principio del fin de aquella serie de la que todos se enamoraron.

Al final de Juego de tronos, cada capítulo tenía un presupuesto de 15 millones de dólares (¿tanto dinero y nadie quitó ese vaso de Starbucks?), y sus pequeños actores se volvieron celebridades de la noche a la mañana.

Antes de Jon Snow, el bastardo no bastardo de la saga de George R. R. Martin, el gran papel de Kit Harrington fue aparecer de adolescente campesino en una obra de teatro. Hoy es una estrella mundial que hizo el difícil cruce al cine durante las pausas de la serie con títulos como Pompeya, Doble Identidad y Testamento de juventud, entre otros. 

Lo mismo con Emilia Clarke, la platinada madre de dragones, saltó a protagónicos en hits como Terminator, Han Solo y el drama romántico Yo antes de ti. Sophie Turner, por su parte, pasó de esta saga fantástica a la de los X-Men. 

Y el chileno Pedro Pascal, antes de la serie Narcos, sedujo con su rocanrolero Oberyn Martell al planeta entero, ahora es uno de los actores más cotizados en el mundo y sin duda logró salir cómo nadie de Juego de tronos para volverse el Mandaloriano de The Mandalorian de Disney+.

Todo esto se une a los 59 premios Emmy, un récord increíble, y de posiblemente ser la última serie (en un buen tiempo) que una a millones de personas frente al televisor, como los viejos tiempos.

Lo cierto es que pocos fans van a perdonar la caída de Juego de tronos, de tener personajes tan profundos y malvados, casi todos se volvieron en caricaturas; los absurdos comenzaron a ser regla; y llegaban personajes que nada tenían que ver unos con otros. Una catástrofe en toda regla. Una caída de un imperio que está buscando recuperar su grandeza con spin-offs.

Por el momento, el spin-off más avanzado es una precuela llamada House of Dragon,  ambientada 300 años antes de los eventos de Game of Thrones, y contará la historia de la Casa Targaryen. Se espera poder ver los primeros 10 capítulos en 2022.

Aunque el imperio cayó y muchos aún se encuentran dolidos por lo que sucedió, este universo es tan vasto y el nuevo contrato millonario (de ocho cifras, y en dólares) por cinco años con HBO, nos indica que no dejarán morir este universo.

Pero tienen una deuda muy grande que curar, ¿HBO lo va a lograr?

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