La inteligencia emocional según internet es un constructo que se refiere a la capacidad de los individuos para reconocer sus propias emociones y las de los demás, discriminar entre diferentes sentimientos y etiquetarlos apropiadamente. Así como utilizar información emocional para guiar el pensamiento y la conducta, y administrar o ajustar las emociones para adaptarse al ambiente o conseguir objetivos.

Estas herramientas podemos obtenerlas en terapia, con libros especializados o con introspección, pero aunque sea un concepto cada vez más escuchado, no significa que sea una realidad en nuestra sociedad.

Por ello, si te interesa adentrarte un poco a este mundo antes de tomar la iniciativa de ir a terapia o leer bibliografía al respecto, un buen comienzo es programar a tu cerebro con ciertas frases.

Estas técnicas de neurolingüística consisten en repetir estas frases, incluso agregarlas a tu vocabulario diario, para que eventualmente le demos veracidad en nuestro pensamiento. Las palabras y cómo nos expresamos es de suma importancia, ya que nuestro cerebro se ha construido a través de ellas, y los contextos a los que se refieren. 

Cambios tan simples y significativos como no llamarnos la atención con palabras malsonantes cuando cometemos un error, o cambiar la manera en que nos dirigimos a los otros (decir por favor, gracias, la entonación, etc.) puede hacer un cambio radical en nuestra forma de concebir el mundo.

Así pues, veamos algunas frases provenientes de la inteligencia emocional que pueden ayudar a programar a tu cerebro para adentrarte a este mundo, o simplemente sonar más inteligente dentro de entornos tan cruciales como el trabajo.

Te escucho

Escuchar es la primera parte de la inteligencia emocional, no sólo al resto sino a ti mismo y lo que sientes. El realmente escuchar a tus compañeros de trabajo, a tu jefe, o tus subordinados cambia realmente la manera en que te perciben (y te percibes). Sin duda, una manera perfecta para validar al otro cuando está expresando algo.

Gracias por su comprensión

El primer paso dentro de la inteligencia emocional es comprender que nuestras emociones y acciones son válidas, por lo que es muy común que dentro del trabajo (y en general) nos disculpemos por nuestra apariencia, nuestros sentimientos y situaciones apremiantes. 

Mientras un “perdón” y un “lo siento” inmediatamente se centran en que tú estás haciendo algo mal, puedes sustituirlo por “gracias por su compresión”, lo cual valida aquella acción. Así que procura usarla la próxima vez que no puedas enviar algo a tiempo o debas salir del trabajo temprano por algo apremiante.

¿Cuáles son tus pensamientos?

La inteligencia emocional se ha impulsado recientemente entre líderes, ya que es muy común que estas figuras de poder las tengamos en mente como personas intransigentes, donde su palabra es la verdad última. 

En este sentido, según los expertos, “los líderes emocionalmente inteligentes son inclusivos por naturaleza y nunca dejan de buscar oportunidades para llevar los pensamientos y puntos de vista de los demás a una discusión”. 

Si eres un líder es importante que proactivamente invites y permitas contribuciones del resto, sin duda, hará que crees un lazo de confianza con el resto, además de obtener mejores resultados, dos cabezas piensan mejor que una.

Tengo una perspectiva diferente

La inteligencia emocional significa no crear dramas innecesarios ni rehuir las diferencias de opinión en el lugar de trabajo. Si tus pensamientos no concuerdan con los de tus compañeros de trabajo, en vez de decir un rotundo "No estoy de acuerdo" o comiences sobrevalorando tu opinión con un "Con el debido respeto", los expertos recomiendan que digas: “Tengo una perspectiva diferente”. 

Esta simple frase abre la puerta al desacuerdo respetuoso y al diálogo.

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FOTO: Nigel Tadyanehondo on Unsplash