Un perfume dice mucho de ti y de la imagen que quieres proyectar hacia los demás. Es ese plus que le das a tu apariencia para sentirte fresco todo el tiempo, además de tener un aroma que te encantará a ti y a los demás.
Existen mitos sobre cómo usarlo, desde ponerse en las muñecas hasta vaciarse casi media botella en una puesta. Lo hemos escuchado o visto desde niños y por eso lo seguimos haciendo similar, pero varias costumbres no son las óptimas. Y como no hay una clase para ponerte loción o perfume te decimos los errores que seguro cometes al aplicarte.
Pues bien, por regla general, se recomienda aplicar el perfume en aquellos puntos del cuerpo donde late el pulso, por ejemplo, detrás de las orejas, en las muñecas o en el cuello. No se trata de un ritual sin sentido, si es preferible aplicarlo sobre estas zonas es porque en ellas la temperatura corporal es menos alta y el perfume se evapora más lentamente.
Rociar tu ropa puede ser uno de los errores más comunes. Los aceites de los perfumes están diseñados para mezclarse con los aceites naturales de nuestro cuerpo. Al ponerlo encima de la ropa el olor no se impregna así que solo durará unos minutos. Además, evitará que tus prendas se manchen.
El aroma se fija mejor sobre la piel limpia. También es una ventaja bañarnos con agua caliente, ya que los poros se encontrarán más abiertos y por lo tanto más hábiles para absorber la sustancia. Es importante que nos encontremos completamente secos, ya que, si aún estamos mojados, la fragancia se diluirá con el agua sobre nuestra piel y mermará su capacidad para fijarse sobre la misma.
A cierta distancia. Si bien los aceites esenciales deben ser aplicados directamente sobre la piel, la mayoría de los perfumes distribuyen mejor el aroma cuando son rociados a cierta distancia. Por ejemplo, si vas a perfumar tu cuello, inclina la cabeza hacia el lado contrario y mantén el frasco de perfume a unos 10 centímetros de tu piel, luego pulsa el vaporizador y de esa forma tu piel estará delicadamente perfumada y el aroma se distribuirá en toda la zona.
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En caso de que tu fragancia se presente en un recipiente sin atomizador, puedes colocar tu dedo índice sobre la botella para evitar que salga producto de más y se desperdicie. Una vez que tenemos el líquido sobre el dedo lo aplicamos con pequeños golpecitos y nunca frotando, puesto que cuando lo hacemos mermamos la capacidad de los aceites esenciales y, además, logramos que se evapore más rápidamente.
En el caso de los perfumes, la regla que mejor aplica es la de menos es más, recuerda que una persona con exceso de perfume puede resultar muy molesta para quienes se encuentren a su alrededor.
Por último, debes aceptar que los olores no son eternos: si te han regalado un perfume que te gusta mucho y piensas ocuparlo solamente en ocasiones especiales, te aconsejamos que lo disfrutes ya que los perfumes no son e infinitos y como cualquier producto cosmético se degradan pese a que duren algo más de tiempo que una crema (aproximadamente 3 años si no se confunde su uso con una alternativa a bañarse y tener una higiene real), sus componentes se deterioran con la luz y los cambios de temperatura. Por eso es mejor hacer uso de ellos y no guardarlos en el cuarto de baño ya que la humedad y el calor los estropea, guárdalos siempre en un sitio seco y oscuro y preferentemente dentro de su caja.
Ahora que ya sabes todos estos tips para aplicarte perfume de una manera óptima y sobre todo segura para ti, podrás convertir a las fragancias en herramientas altamente efectivas, quizás hasta en un arma letal de seducción.
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