La controversia, el arte y la masificación de lo comercial 

En el largo catálogo de títulos de películas detonadoras de grandes controversias, Force of Nature, la nueva película de Mel Gibson, se ha colocado en la mira de las tendencias en el mundo virtual la semana pasada.

Se trata de la próxima película de acción estadounidense dirigida por Michael Polish (90 Minutes in Heaven) y escrita por Cory Miller. Entre el cast protagónico, destaca la participación de Emile Hirsch, Kate Bosworth, Mel Gibson, David Zayas, Stephanie Cayo, Will Catlett, Swen Temmel, Tyler Jon Olsen y Jorge Luis Ramos. 

Todavía no es estrenada, y la polémica ya se desató. Sin embargo, su lanzamiento está programado de manera streaming para el próximo 30 de junio, a través de Lionsgate. Además, desde el año pasado ya se hablaba de la nueva producción de Polish, al igual que la participación de Kate Bosworth y Mel Gibson. 

Hablemos de qué va la cinta, para empezar tiene lugar en Puerto Rico durante un huracán de categoría 5. Gibson interpreta a Ray que, junto con su hija (Kate Bosworth), se niega a evacuar su edificio durante la tormenta. Cuando el aparente deshonrado policía Cardillo (Emile Hirsch) trata de hacer que se vayan, una banda de ladrones llega para llevar a cabo un atraco, dejando a Ray, su hija y Cardillo en equipo para luchar contra ellos.

Después de que el pasado 18 de mayo se lanzara el trailer oficial, una horda efervescente de usuarios en distintas redes sociales, comenzaron a quejarse. Sobre todo, los puertorriqueños que experimentaron el pasado huracán María, el cual dejó un aproximado de 4,645 muertes. El desastre fue tal, que incluso la gente tuvo que enterrar a sus muertos en sus patios traseros. Los días siguientes del desastre, muchos puertorriqueños estuvieron sin comida, agua, electricidad y en el peor de los casos, hasta perdieron sus hogares. 

Más allá de la real tragedia vivida por el país latinoamericano, la crítica que acosó a la próxima cinta de Force of Nature se enfocó, principalmente, en los conceptos de la narrativa hollywoodense del clásico “salvador blanco” (Gibson), quien lucha contra un grupo de gente adinerada (los malos). 

Indagar en conceptos tan abstractos y limitados como “bueno” o “malo”, ya no parece opción incluirlos, en una perspectiva objetiva que demanda un análisis mucho más profundo de lo que sucede hoy en día con el arte y sus manifestaciones comerciales. Es decir, si pensamos en las masas y lo “políticamente correcto”, quedamos limitados ante una visión que busca ir más allá de lo que la realidad nos ofrece. 

Cabe la pena preguntarnos, ¿es el arte el espacio para politizar al mundo? Muchos tendrán diferentes posturas, de hecho esta pregunta sólo genera un debate infinito en el que quizá nos quedamos dando vueltas en un mismo sitio. 

Antes que nada, no pretendo señalar a una película hollywoodense como una especie de arte en su pulcritud. Sin embargo, sería injusto dejar a la cinematografía como algo fuera de las posibilidades artísticas. Es decir, si algo ha generado la industria del entretenimiento es masificar y comercializar al arte mismo como un objeto de consumo y dispersión.

A través del canal y la excusa de entretener, es válido tocar temas sensibles y susceptibles a la opinión pública. Es decir, qué sería de un mundo sin superhéroes como los de Marvel, o personajes justicieros en la cima de la exageración. Quizá la gente se lo toma muy a pecho, quizá el tema es uno realmente sensible para quienes de verdad lo perdieron todo, pero ¿no se trata de eso la ficción; de darnos un respiro en la tragedia, con personalidades heroicas que nos den una versión más esperanzadora de lo que ha sucedido y seguirá sucediendo en el mundo?

Quizá el error es confundir al arte y entretenimiento como una visión política y panfletaria del mundo. Es decir, el arte es el espacio para darnos la versión de todos los personajes, sean “buenos” o “malos”. Cuando intentamos asumir una visión “políticamente correcta” en esta vena artística, Milan Kundera ya lo señalaba como arte kitsch, de una obra superficial que sólo provocará un “aww” o un “qué mal”, al unísono. 

Claramente Force of Nature provocó un “qué mal, qué insensibles” al unísono. Sin embargo, quizá sólo se dejó de un lado que se trata de una película más, no de un ensayo, ni un documental. Quizá sí estemos hartos de la clásica figura del “hombre blanco salvador”, pero es el mundo cinematográfico y del entretenimiento el espacio para que esas posibilidades se sigan explotando, al fin y al cabo, o para todo hay.