Desde mi pubertad no escuchaba de Paris Hilton. Sin la llegada fulminante del internet al alcance de nuestra palma, lo que me quedaba en mis tardes muertas era ver la televisión, más específicamente MTV.

En esos años, recuerdo mirar casi con obsesión varios reality shows, como Paris Hilton My New BFF. No quería ser como ella, sólo era curioso mirar a decenas de personas hacer estupideces por ver quién era el o la nueva mejor amiga de Paris Hilton. A eso se unieron realitys como los de Tila Tequila y Jersey Shore.

También recuerdo en esos años la canción que encabeza este artículo, “Stupid Girls” (2006) de Pink. Mirar cómo ridiculizaba una forma de vida tan estereotipada que empujaba a las mujeres a siempre estar en la sombra de algo más, sólo me hizo darme cuenta que si veía todos esos realitys era por el simple hecho del chisme. Uno de los grandes motores del mercado.

Así que actualmente, a más de 10 años del auge de Paris Hilton, que salga una nueva canción de ella me hizo preguntarme sobre el concepto “famoso por ser famoso”. Que sin lugar a dudas estamos viviendo en esta época, aunque hay destellos de talento muy fuertes, muchas de las nuevas celebridades encajan básicamente en esto.

Y sin la existencia de Paris Hilton a inicios de siglo, posiblemente no hubiéramos presenciado esta oleada, ahora en decadencia.

Paris Hilton, la mejor marca del mundo

Tal vez en México no fue tan notorio el cambio en Paris Hilton, de pasar a ser sólo la heredera de los hoteles Hilton a ser la mujer que necesitabas en tu alfombra roja si querías sobresalir.

Y es que ella, junto a su manager Jason Moore, convirtieron su estilo de vida en una marca, que por muchos años fue tan rentable al grado de que ahora Paris Hilton es una empresaria de renombre mundial.

Todo empezó en 2003 con The Simple Life, la mamá de Keeping Up with the Kardashians, un reality show muy simple, dos aristócratas modernas se van a vivir a un pequeño pueblito. Algo así como Nosotros los nobles, pero “real”.

Tan real como un reality show puede serlo. En una entrevista en 2016 para Access Hollywood, Paris Hilton reveló que los productores de The Simple Life fueron muy claros desde el inicio:

‘Nicole será la chica mala y Paris la cabeza hueca’. No teníamos ni idea de que el programa tendría tanto éxito y que tendríamos que seguir interpretando esos papeles por cinco años.

Desde 2003 hasta 2009, que se deslindó de su manager James Moore, fue catalogada como la rubia cabeza hueca, un cliché muy estadounidense.

Así pues, gracias a la visión de Moore, esta chica que sólo era conocida por su linaje y por subirse a las mesas en los antros de Nueva York, se convirtió en una de las marcas más prestigiosas, incluso actualmente.

El manager relató para CNN que después de conocerla en una reunión, ya que The Simple Life estaba emulando el papel de chica tonta, supo que ni ella misma sabía lo grande que podía ser:

Entonces fui a casa y traté de aplicar la teoría de marca en alguien que come, bebe y va al baño. No una máquina, no un producto. Tomé toda la teoría de la cultura pop que ya había aprendido y comencé a darme cuenta de que si Barbie realmente pudiera hablar, sería la mayor marca en el mundo. Y el nombre se convirtió en Paris Hilton.

Poco antes del estreno del reality show, el exnovio listillo de Hilton, Rick Salomon, sacó a la luz la sex-tape con la que Paris Hilton fue mundialmente conocida, 1 Night in Paris. Moore dice que no fue planeado, sino que fue una casualidad para la heredera, y algo preparado por su expareja.

Sea como fuere, The Simple Life dominó el rating de su horario, el cual estaba continuamente aderezado con titulares de sus excesos con el alcohol, las drogas y las autoridades. El escándalo como mejor promotor de fama.

Así que el siguiente paso para construir el imperio Hilton nació del éxito de personas que hacía años no sacaban nada nuevo, como hace The Rolling Stones. Así fue como empezaron a crear relaciones por cosas muy simples. Y se fueron de gira.

Moore continúa: Paris fue increíble, ella inmediatamente iba con un diseñador local y usaba su ropa. Los medios y los paparazzi la adoraban porque usaba algo de su ciudad. Luego hacía alguna obra de caridad. Luego iba de fiesta. Y luego hacía lo mismo una y otra y otra vez. Era una máquina.

Y así poco a poco, fue como se concretó su fama por ser famosa. Lo que hizo con esto, es lo que realmente la aleja de ser la rubia cabeza hueca de su personaje inicial.

El nacimiento de la empresaria

Al inicio de los 2000 el auge de los reality alcanzó niveles estratosféricos, pero a pesar del abanico gigante (y tal vez un poco innecesario) de celebridades de telerrealidad, sólo tenemos en mente dos casos: Paris Hilton y las Kardashian-Jenner.

Y es precisamente porque no sólo mantuvieron la fama inicial, sino que la usaron como palanca para dirigirla al mundo empresarial.

A pesar de que Paris Hilton haya desaparecido del ojo mediático desde 2009, no significa que se ha quedado en casa acariciando su docena de mini perros, sino que ha continuado con la misma gira ininterrumpida, ahora para hacer tratos millonarios.

Empezó su imperio empresarial con perfumes femeninos y masculinos, para pasar a la industria del diseño con bolsas y luego su propia marca de ropa y joyas. Además de ser DJ ocasional, y la competencia de su linaje con su propia línea de hoteles de lujo en lugares como Dubái, Nueva York y Las Vegas.

Lo que ha dejado una fortuna que ronda los dos mil millones de dólares.

Justamente lo que hicieron las Kardashian-Jenner por su parte, aunque de forma exponencial. El alumno siempre supera al maestro, recordemos que cuando Paris Hilton estaba en la cúspide, su becaria era Kim Kardashian.

Ella aprendió este modelo de “famoso por ser famoso” y lo emuló más que satisfactoriamente, claro que con la ayuda de Kris Jenner, quien no sólo impulsó la carrera de una de sus hijas, sino de toda su prole. Seis hermanos que vendieron su vida personal desde pequeños.

Y claro que ha dejado grandes frutos, para muestra Kylie Jenner, quien es la mujer más rica, porque no sólo utiliza su fama inicial como palanca, sino que sigue siendo el medio con el que vende su maquillaje.

Sin Paris, no habría Kardashians, ni habría influencers

Si hay algo que se ha popularizado en los últimos años han sido los influencers. Mini Paris Hilton que no hacen nada peculiarmente bien, más que vender estilos de vida irreales, pero con un contacto con la gente que permite que las marcas estén interesados en ellos.

La mayoría de ellos sólo saben tomarse buenas fotos o tener buenos fotógrafos, y con eso ganan seguidores en redes sociales, que en estos tiempos para las marcas cada follow implica dinero.

Aunque según muchos expertos ya están en decadencia, lo cierto es que se mantuvieron mucho tiempo en la cima.

No por nada en el nuevo video de Paris Hilton, “Best Friend’s Ass”, aparecen un puñado de influencers, Nikita Dragun y Juanpa Zurita, aunque lo hacen en un video que según su propia descripción es una sátira:

El video es una mirada satírica sobre la vida cotidiana de los clubes y las redes sociales. Cuando dos modelos falsos de Instagram entran al club y se ponen sus ‘Insta-Gafas’, se transportan a un mundo de fiestas salvajes y personas hermosas, ‘popping bottles’, ‘ballin’ y ‘making it rain’, mientras el espectador puede ver lo que realmente está pasando en un mundo de selfies, filtros, seguidores falsos y likes... ¿te suena familiar?

¿Hilton estará satirizando el mundo que ella misma creó?

Tal vez, esto explicaría por qué hay un cameo, casi innecesario, de Kim Kardashian. Puede que sea porque la canción es una oda al trasero de Kim, pero sorprendentemente nunca aparece en el video.

Pero quién sabe, tal vez sólo estamos sobreanalizando una canción que parece el nuevo éxito de los antros estadounidenses.

Tal vez el nuevo himno de la próxima Paris Hilton que está bailando encima de una mesa, esperando que alguien la descubra para transformar la venta y el consumo de celebridades.