A inicios de la cuarentena en gran parte del mundo, un hilo en Twitter se volvió sumamente viral, y es que el usuario se dio a la tarea de crear una historia distópica de cómo la crisis de la Covid-19 había superado a los gobiernos, incluso los más poderosos, y las llamadas empresas GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) tomaban las riendas del mundo, como el único poder que pudo proteger a la humanidad del virus.
Si sobresalió de entre los millones de tweets, fue porque parecía que era el único que no imaginaba un mundo feliz, o el completo apocalipsis, sino algo mucho más realista, y es que el poder que están amasando las empresas de tecnología es tal que no parece tan descabellado un futuro donde el poder máximo esté en manos de estas empresas.
Viajando más adelante en el tiempo, hace tan solo unos cuantos días, la noticia que acaparó todos los titulares fue que Apple era la primera empresa estadounidense en tener un valor de dos billones de dólares (en este caso, a diferencia de la nomenclatura coloquial, el número es textual: dos millones de millones). Y a diferencia de lo que cualquiera creería, las acciones fueron bajadas de precio, 170 dólares cada una, para así incentivar la compra por parte de sectores jóvenes.
Lo más sorprendente es que tan solo unas semanas antes, los CEOs de cada una de las empresas GAFA habían tenido que comparecer frente a las autoridades estadounidenses, por diversos problemas que han tenido desde hace años, como el delito de monopolio.
A Facebook le reprochan comprar y copiar a sus rivales (además de difundir noticias falsas); a Amazon, de acaparar las ventas por internet y usar altavoces "espía"; a Google, de colar sus propios anuncios en el motor de búsqueda; y a Apple, de ser un monopolio, algo que su director Tom Cook niega rotundamente.
Cuando dio lugar esta persecución iniciada por Trump, buscando votos para las próximas elecciones, las acciones de las GAFA bajaron muchísimo, pero no lo suficiente como para destruirlas, sólo lo suficiente para hacerlos ir a la corte y tal vez amenazarlos con más fiereza para hacerlos pagar impuestos.
Ya que no sólo es cuestión de las múltiples demandas sobre la violación de privacidad a sus usuarios, sino que parece que ninguna de estas empresas pagan los suficientes impuestos que irían acorde a su poder adquisitivo, por no decir que tienen la capacidad de pagar impuestos casi inexistentes.
Por lo que el problema principal de Estados Unidos con estas empresas asentadas en Silicon Valley es que son demasiado poderosas, y en tiempos de globalización, no retribuyen lo suficiente al país que los vio nacer.
Pero a todo esto, ¿cómo es que lograron ser tan poderosas?
Además de ser las pioneras en todo aquello que ahora parece imprescindible (y que tomó aún más fuerza en la cuarentena), son las plataformas que conectan a través de internet a quienes necesitan algo con quienes tienen algo. Es decir, Facebook conecta a quienes tienen contenido con quienes tienen medios de comunicación; y Google, a gente que tiene preguntas con gente que tiene respuestas.
Y así de simple y complejo, son intermediarios que gracias a que no necesitan producir nada, disminuyen increíblemente los costos. Claro que esto sólo aplica a Google, Facebook y Amazon.
Por parte de Apple su hito más bien pertenece a que fueron los creadores de los smartphones, y por consecuencia, son la marca que inmediatamente los compradores asocian como lo mejor en el mercado; además de ser básicamente el que impone tendencia tecnológica y funcionar más una marca de lujo que de gadgets.
Sea como sea, las GAFA están dominando el mercado occidental, casi como sus iguales orientales, las llamadas BATs (Baidu, Alibaba y Tencent), quienes poco a poco están comenzado a entrometerse en el mercado del otro lado del globo.
Baidu equivaldría a Google de China, Alibaba sería Amazon, pero mucho más grande, y Tencent es la mayor compañía de videojuegos del mundo. Lo que las diferencía es el funcionamiento, que parece ser una de las grandes fortalezas frente a su competencia occidental.
Y es que los gigantes tecnológicos en China trabajan en colaboración con el gobierno, mientras que en Estados Unidos lo hacen en fricción con él.
Lo cual ayuda a los occidentales a tener mucha más libertad y responder a otros intereses, que no necesariamente van de la mano de los del gobierno, mientras que los chinos están bajo el yugo político y tienen que responder a los mismos intereses.
Sea como sea, comparecer frente a un juzgado parece que poco afecta a las grandes GAFA, quienes sólo han tomado mucha fuerza a partir de la cuarentena, ya que el uso de internet y las compras en línea se dispararon. Por lo que parece que esta crisis mundial sólo será un mito para los gigantes tecnológicos.
El mundo regido por las empresas tecnológicas cada vez suena menos descabellado.
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