Nunca fue más real la frase “somos lo que comemos”, como cuando los dermatólogos admitieron que nuestra dieta también es la responsable de hacernos lucir una piel radiante. Más allá de todas las cremas, tratamientos, mascarillas y demás productos cosméticos en nuestro tocador, es verdad que lo que hay en nuestro refrigerador y en nuestra despensa también altera potencialmente la apariencia de nuestra piel.
Por ejemplo, consumir demasiada azúcar o alimentos grasos, descompone el colágeno más rápidamente, por lo que luciremos una piel mucho más envejecida que quien come más sanamente.
Asimismo, también existe una serie de alimentos que nos fortalecen y ayudan a mejorar nuestra piel, entre ellos están como protagonistas las frutas y verduras frescas. Una alimentación saludable nos ayuda a luchar contra los efectos del envejecimiento y más, pues nos proporciona una buena hidratación y hasta nos ayudan a evitar el acné, mejorar nuestra textura y calidad de piel.
Por eso ahora te decimos qué alimentos no deben faltar en tu lista de compras del supermercado.
Papaya
Esta fruta es un manjar para nuestro cutis, desde exfoliantes hasta mascarillas, la papaya se utiliza para diversos tratamientos faciales. Sin embargo, comerla directamente ofrece una importante dosis de vitamina C, la cual ayuda con la regeneración del tejido de la piel y además es un nutriente clave y necesario para producir colágeno.
Aguacate
Esta fruta nos ofrece altos niveles de vitamina E, nutriente que nos revierte el daño oxidativo y de los radicales libres en la piel. Igualmente, posee aceites saludables que nos ayudan a lubricar y mantener una mejor hidratación de la piel. Hace que nuestro cutis y piel, en general, luzca más fresca, brillante e hidratada.
Semillas de cáñamo
No siempre los productos aceitosos son dañinos para la salud, es decir, mientras hablemos de aceites naturales siempre hay opciones que ayudan radicalmente a nuestra piel. Asimismo, encontramos de estos en las semillas de cáñamo, mismas que aportan hidratación a la piel y nos ayudan a reparar la barrera cutánea que es dañada fácilmente con el viento, el frío cortante, la arena y el agua salada. Estas semillas también contienen ácido alfa-linolénico, un miembro de la familia de ácidos grasos omega-3 muy recomendable.
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