BTS lo logró. Además de ser la primera banda coreana en dominar los charts occidentales, esta banda de K-Pop acaba de batir un récord que sólo The Beatles había logrado: conseguir en menos de un año tres #1 en la lista Billboard 200 de los álbumes más vendidos.
En tan sólo once meses, BTS logró ser el primer grupo de K-Pop en posicionar el álbum Love Yourself: Tear en el trono del Billboard 200. El logro tuvo lugar en junio de 2018, lo cual de por sí es histórico. Pero su ascenso meteórico no sólo le bastó eso, sino que en septiembre del mismo año, también obtuvo un #1 con el álbum Love Yourself: Answer.
Y ahora en abril de 2019, con su más reciente LP, Map of the Soul: Persona, logró obtener el tercer #1, un récord que sólo The Beatles consiguieron con Anthology 1, Anthology 2 y Anthology 3 entre diciembre de 1995 y noviembre de 1996.
Este LP más reciente, viene acompañado del ya exitoso hit “Boy With Luv”, el cual tiene la colaboración con la artista occidental Halsey.
Cabe decir que BTS y Halsey estarán presentándose en los Billboard Music Awards, este primero de mayo.
Así pues, dentro de este histórico récord, hagamos un pequeño retroceso en el tiempo para entender cómo es que funciona el Idol System, en donde BTS sólo es una de las cúspides de esta nueva forma de crear música.
Cuando vemos un video de K-pop es fácil impresionarse, como en el conocido video de “DNA” de BTS. Todos están llenos de color, de coreografías increíbles y perfectamente coordinadas. Los ídolos tienen rasgos perfectos y las canciones destacan por sus ritmos pegajosos. Esta es la fórmula de la mayoría de estos grupos: impresionar y crear maravilla, al fin de cuentas son “ídolos”.
Esta historia comenzó con Lee Soo-man, fundador de SM Entertainment –una de las compañías de entretenimiento más grandes de Corea del Sur– y principal creador de ídolos (idol system). Él viajó a Estados Unidos para estudiar y cuando regresó a Corea, tenía una visión clara: quería hacer de su país una réplica de la industria del espectáculo estadounidense.
En 1995, mientras The Beatles comenzaba a romper el récord de álbumes en el Billboard 200, Lee Soo-man fundó su compañía y las ideas de crear una industria dieron rienda suelta. En 1996 nació su primer acto, pero la carrera de este artista se fue al traste al poco tiempo por un escándalo de drogas, así que Soo-man aprendió que era fundamental tener pleno control sobre sus artistas, ya que invertía demasiado dinero en ellos como para que lo tirara a la basura en tan poco tiempo.
Después de esta experiencia, fue que acuñó el término de Tecnología cultural (TC), en el que el precepto básico es que sus estrellas no nacerían si no se fabricarían por este sofisticado sistema de desarrollo.
En el que incluso creó un manual de TC en el que estableció los pasos necesarios para hacer famoso a un artista en países asiáticos. En éste se especifica el color de las sombras, las señas con las manos, la contratación de productores y su nacionalidad, entre otras muchas cosas, que se debe de usar en cada país para asegurar el éxito.
Así fue que nació el Idol System del K-pop.
El Idol System consiste en estas compañías de entretenimiento y agencias de talentos que reclutan niños de 12 a 19 años; puede que hagan concursos en los que se escojan a los mejores o simplemente los encuentren por la calle y los inscriban al programa de creador de ídolos luego de que el cazatalentos observó potencial en los niños.
Pasado este punto, ya que están dentro del Idol System, pasan años recibiendo instrucción para convertirse en ídolos. Reciben clases de baile, de canto, de cómo tratar a los fans y de cómo tratar a los medios. Los hacen conscientes y responsables de sus acciones en público, ya que la cultura asiática es por mucho más conservadora que la occidental, y líos como los de Justin Bieber (arrestos y demás), provocan que una carrera termine en la basura.
Después de todo este largo proceso, que dura años y años, los chicos y chicas seleccionadas son asignados a grupos de ídolos.
Gracias a esta larga formación de ídolos, así como al Total Management Strategy en la que la misma empresa de entretenimiento tiene control integral del artista –producción de la música, promoción, coreografías, publicidad, creación de imagen, vestimenta, en pocas palabras todo lo que conlleva la creación de un artista–, es que podemos ver grupos que impresionan con cada paso o sonrisa. En el que hasta la última cosa está pensada y se percibe.
La información fue obtenida del libro La fábrica de canciones (2017)
de John Seabrook y editada por Penguin Random House, España.