La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo del Palacio de Bellas Artes, presentan El París de Modigliani y sus contemporáneos, en el marco del centenario de la muerte del artista italiano Amedeo Modigliani. La muestra podrá visitarse a partir del 8 de septiembre en las salas del primer y segundo piso del recinto.
Se cuenta con protocolos de sana distancia, señalética y capacitación de personas que son parte de la atención al público para una vista segura y de cuidado a la salud en este recinto que forma parte de la Red de Museos y que abre sus puertas al público en el horario de 11:00 y hasta las 17:00 horas; previo al inicio de los recorridos habrá un breve acto protocolario, el cual se podrá seguir a través de las redes sociales del INBAL y de la Secretaría de Cultura, a partir de las 10:30 horas.
Coordinación interinstitucional y de solidaridad internacional
La secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto, consideró que: “resulta de la mayor importancia traer a nuestro país la obra de un maestro como Amedeo Modigliani, a la vez que mostrar la relación que tuvo con el arte y los artistas mexicanos, entre los que se cuentan personajes como Rivera, Zárraga, Mérida y Coria, con quienes tuvo gran cercanía y afinidad. Dudo que Modigliani se haya imaginado que, a cien años de su muerte, estaría haciendo cuarentena en nuestro país, con los mexicanos”.
Esta exposición, que se abre mañana con un esfuerzo extremo para prorrogar su estancia y esperar que las medidas de seguridad nos permitieran abrir las puertas. Se trata de una amplia coordinación interinstitucional y de solidaridad internacional. Nuestro profundo agradecimiento a todos lo que hicieron esto posible para adaptarse al cambio de planes que nos obligó la pandemia.
“Es un acto poético que haya estado guardada esta exposición aquí, dialogando en la oscuridad y ahora vuelve a ver la luz, cuando estamos recuperando la libertad con responsabilidad; cuando estamos recuperando, después de una crisis tan grande, un humanismo diferente que vendrá acompañado de un movimiento de creación artística”, añadió.
Es también, dijo, una oportunidad para sacar a la luz a Benjamín Coria, artista veracruzano del que se sabe poco pero que es uno de los más poderosos, amigo cercano a Modigliani, según revelan memorias de Carlos Mérida.
La exposición, símbolo de esperanza y adaptación
La directora general del INBAL, Lucina Jiménez, expresó que con esta exposición, prevista para ser inaugurada el 27 de marzo pasado y que se aplazó debido a la presencia de COVID-19, continúa la apertura gradual del Palacio de Bellas Artes; en un esfuerzo institucional se logró la permanencia de obra en aislamiento seguro. La contingencia sanitaria exigió un cambio en el diseño museográfico y en varios dispositivos tecnológicos, así como la producción de recorridos virtuales en un sentido profundo.
“Esta exposición representa un símbolo de esperanza y de capacidad de adaptación frente a la incertidumbre. Una manera de asomarnos al mundo a partir del cuidado colectivo y la celebración del arte como recurso fundamental para la resiliencia”, expresó la titular del INBAL.
Modigliani en México
La selección está conformada por 143 pinturas, 11 dibujos, cuatro libros, dos máscaras y cuatro reproducciones fotográficas. Las piezas provienen de cuatro instancias internacionales, en su mayoría de la Colección Jonas Netter, así como de 14 colecciones nacionales: Museo Soumaya, Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato, Instituto Veracruzano de la Cultura, así como del Museo Nacional de Arte, el Museo Frida Kahlo “Casa Azul”, la Capilla Alfonsina y el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, entre otras.
Por su parte, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix, recordó que esta exposición se presenta en el marco del centenario luctuoso de Amedeo Modigliani. “Por primera vez en México, esta exposición presenta simultáneamente la obra de los más renombrados integrantes de la Escuela de París, al mismo tiempo que muestra los vínculos, influencias e intercambios que dichos artistas mantuvieron con algunos de los más admirados referentes del arte mexicano del siglo pasado”.
Curada por Marc Restellini, historiador de arte y especialista en la obra de Modigliani, la muestra presenta 164 piezas de 40 artistas, entre ellos: Chaim Soutine, Maurice Utrillo, Moïse Kisling, André Derain y Suzanne Valadon; también se incluyen obras de Diego Rivera, Ángel Zárraga y Benjamín Coria, quienes encontraron en las creaciones de Modigliani puntos de comunión e influencia artística.
Para Restellini, la muestra es fundamental porque “pone en evidencia las profundas relaciones entre la cultura mexicana y la Escuela de París y las amistades entre Modigliani y artistas mexicanos. Se revela por fin un auténtico vínculo transversal entre México y Francia”. Con el apoyo de la colección Netter, la cual se ha presentado anteriormente en Livorno y San Petersburgo, El París de Modigliani y sus contemporáneos es la exposición con más obras de Amedeo Modigliani de la que se tenga memoria en nuestro país.
La exposición está dividida en siete temáticas, cada una integrada por obras destacadas de diversos artistas que conformaron la atmósfera cultural de los barrios parisinos de Montparnasse y Montmartre, y que determinaron el curso del arte moderno en el siglo XX.
En la primera sección, titulada Después de Cézanne, se muestran obras de André Derain, Moïse Kisling, Suzanne Valadon, René Durey y Henri Hayden, influidos por el pintor francés Paul Cézanne, quien, tras su muerte en 1906, marcó la transición del arte moderno del siglo XIX al siglo XX.
De la pintura al aire libre al paisaje urbano es el subtítulo del segundo módulo, el cual reúne paisajes urbanos y suburbanos. Los visitantes podrán sumergirse en la visión clásica de París y sus alrededores.
“Esta práctica desarrollada en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX —en esta muestra tiene como relevantes ejemplos a los postimpresionistas Maurice Utrillo y Suzanne Valadon—, que fue introducida como recurso pedagógico para la educación popular por Alfredo Ramos Martínez, fundador de la Escuela de Pintura al Aire Libre de Santa Anita en 1913.
Se exhiben obras de artistas mexicanos que se sumaron a ese esfuerzo, como Francisco Díaz de León y Armando García Núñez, además del propio Ramos Martínez”, comenta Jaime Moreno Villarreal, poeta y creador del concepto curatorial de la sección de arte mexicano en la exposición.
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” y #VolverAVerte con la apertura de los recintos museísticos a sus públicos, la sección Amedeo Modigliani está integrada por obras significativas, como: Léopold Zborowski, Elvire con cuello blanco, Jeanne Hébuterne, Niña vestida de azul y Cariátide (azul).
Actualmente, Modigliani es uno de los artistas más cotizados y valorados del siglo XX, pues plasmó la influencia del arte africano, retratos cimentados en el dibujo lineal con cuellos alargados y rostros abstractos de bocas pequeñas y ojos sin iris, así como esculturas llenas de ternura y erotismo.
“Por los escritos más o menos exactos de sus contemporáneos, por su vida parisina sembrada de dramas, por su muerte a los 35 años y la de su compañera Jeanne Hébuterne, [Modigliani] se convirtió en un mito, una leyenda”, apunta Marc Restellini.
Los amigos mexicanos de Modigliani -cuarta sección- plantea un diálogo desde la figura del artista con las obras de los pintores mexicanos que tuvieron amistad con él y que fueron influenciados en la creación de sus obras, como Diego Rivera, Ángel Zárraga, Carlos Mérida y Benjamín Coria. Al respecto Jaime Moreno Villarreal afirma: “Como habrá de suponerse, los vínculos entre artistas no se reducen al trato personal, sino que se abren a la transmisión plástica, a la influencia compartida, a la definición de estilos propios e incluso al homenaje magistral, renglones que el capítulo mexicano de esta exposición explora”.
Se presentan obras de Diego Rivera, Angelina Beloff, Ángel Zárraga, Carlos Mérida, Santos Balmori y Benjamín Coria. Este apartado ofrece al público información novedosa y de primera mano, en especial sobre Zárraga, Mérida y Coria.
El desnudo y la máscara, quinta área de la muestra, exhibe obras de desnudos caracterizadas por la relación entre el artista y su modelo, en los cuales los pintores de Montparnasse plasmaron intimidad y desinhibición. Por otro lado, se muestran dos máscaras africanas cuya estética influyó en el trabajo de Modigliani y parte de la historia del arte moderno.
En Chaim Soutine, penúltima parte de la exposición, se aprecian destacadas obras del pintor, entre retratos, bodegones y paisajes. Nacido en una región del antiguo Imperio ruso, hoy parte de Bielorrusia, Soutine fue amigo de Modigliani y es considerado uno de los más importantes exponentes de la corriente expresionista.
En la última parte del recorrido los visitantes encontrarán La Escuela de París, en la que se exhiben piezas de los artistas que dieron continuidad a la tradición pictórica de la escuela francesa, como Isaac Antcher, Michel Kikoine, Henri Hayden, Moïse Kisling y Maurice de Vlaminck, entre otros.
El París de Modigliani y sus contemporáneos está acompañada por dos productos editoriales realizados con apoyo de la Fundación Mary Street Jenkins. Los volúmenes tienen como objetivo mostrar al público el panorama del arte pictórico europeo a partir de la figura central de Amedeo Modigliani y su relación con la Escuela de París durante las primeras décadas del siglo XX. El catálogo y el cuadernillo contarán con ensayos de Marc Restellini, Jaime Moreno, Serge Fauchereau, Sylvia Navarrete, Luis Rius Caso y Sandra Zetina.
Actividades paralelas y herramientas de mediación
Con el fin de crear una experiencia significativa y estimular diferentes lecturas de la exposición, el Museo del Palacio de Bellas Artes ha desarrollado contenidos paralelos, entre ellos cartografías que muestran los estudios y casas de los artistas en Montparnasse y Montmartre, material fílmico de París de los primeros años del siglo XX en colaboración con la productora Gaumont, microhistorias, una línea de tiempo y una aplicación para dispositivos móviles que brinda información de las obras.
Asimismo, con la finalidad de fomentar el acceso a la información y la inclusión de todos los públicos, se han desarrollado herramientas que favorecen el ejercicio de los derechos culturales, como traducciones a la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y lengua náhuatl, señalética indicativa del recorrido unidireccional de la exposición, entre algunas más.
Se contará con un programa académico integrado por charlas curatoriales, como El París de Modigliani y sus contemporáneos, por Marc Restellini, así como conferencias con especialistas y los autores de los ensayos incluidos en el catálogo. También se llevará a cabo la actividad Dibuja como Modigliani, dirigida al público infantil y un rally virtual sobre la exposición en el micrositio.
El Museo del Palacio de Bellas Artes agradece el apoyo de Aeroméxico, UBS y la Fundación Mary Street Jenkins para la materialización de esta exposición.
Espacio seguro
Los protocolos sanitarios fueron basados en las medidas de la Secretaría de Salud. Igual de relevante es el aporte que realiza la Comisión de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente en el Trabajo, integrada de manera conjunta por autoridades y representaciones sindicales, quienes revisaron protocolos y verificaron su operatividad, antes de la apertura de los recintos del INBAL.
Para ingresar al recinto, los visitantes son atendidos en un filtro sanitario en el cual se les toma la temperatura —la cual no debe exceder los 37.4°C— y se les aplica gel antibacterial. Se les recuerda que el uso de cubreboca es indispensable, así como mantener la sana distancia de 1.5 metros.
Información, cortesía de Dirección de Prensa de la Secretaría de Cultura.
Fotografía: Cortesía del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).