Con una visión pesimista sobre el camino que estaba tomando la humanidad, Orwell (1903-1950) intuyó la opresión de un gobierno totalitarista en el que hasta pensar fuera un crimen. No por nada, Orwell y su legado literario sigue vigente aún en nuestros días, principalmente con sus obras La rebelión en la granja y 1984.
La vigencia de su obra radica en la crisis política que se vive en la actualidad, no es casualidad que con la llegada de Trump al poder las ventas de 1984 aumentaran un 9,500 por ciento, de acuerdo con la editorial Penguin Random House. Es sintomático, más ahora que sabemos que tener intimidad es verdaderamente un privilegio. Piénsalo, con sólo portar un smartphone estás perfectamente ubicado, y las teorías de que hasta nos escuchan y vigilan todo el tiempo, son cada vez más convincentes y menos un cuento conspiracional.
Esto remonta a la idea de Michel Foucault en su ensayo Vigilar y castigar, en el que planteaba y cuestionaba los métodos de las cárceles, principalmente el panóptico que se utilizaba para vigilar a los presos sin puntos ciegos. Así es com Orwell ilustra a la policía del pensamiento, y propone la idea de que a través de nuestras pantallas estamos siendo vigilados todo el tiempo por un único partido, ¿acaso no te suena completamente familiar?
En la obra de Orwell, el protagonista es Winston Smith, un trabajador del Ministerio de la Verdad, quien ha de reescribir la historia y es torturado por no ser afín a las ideas del sistema opresor. Esto desde la nueva adaptación creada por Robert Icke & Duncan Macmillan, con José Manuel López Velarde como el director de 1984, quien regresó esta pieza a los teatros en tiempos de incertidumbre.
Dudar de la realidad es la base fundamental para el desarrollo de esta adaptación. Antón Araiza (Los insólitos peces gatos) interpreta a Winston Smith, Constantino Morán (Rosario Tijeras) personifica O’Brien, Vanesa Restrepo (El habitante) es Julia, Alfredo Herrera como Charrington, Terence Strickman como Parsons, Angie Vega como la Sra. Parsons, Alberto Eliseo es Martíns, Evan Regueira Syme y Julieta Luna es la hija de los Parsons.
“Es un tiempo dominado por ‘El Partido’, pensar es un crimen. En un lugar en el que no se sabe ni siquiera qué es verdad, Winston Smith comienza a escribir un diario y con el simple hecho de poner la pluma sobre el papel, desencadena una serie de sucesos que lo hacen cuestionar los fundamentos mismos de la realidad, a descubrir la existencia de un grupo de disidentes conocidos como ‘La Hermandad’ pero sobre todo a encontrar una mujer llamada Julia y a experimentar un amor que revoluciona su mente y su vida, pero Big Brother está observando. Big Brother siempre está observando”.
Revivir en los escenarios del teatro uno de los clásicos de la literatura, que más que narrar una ficción narra una posibilidad bastante realista de lo que puede suceder en no mucho tiempo, podría convertirse en un reto dramatúrgico, pero López Velarde supo aterrizar la idea general. Con sus dificultades y obstáculos logró conjugar la pieza en un momento actual.
No es necesario leer el libro para entender esta adaptación de 1984, por lo que funciona orgánicamente. Sin embargo, nos alentará a retomar la obra original, muy posiblemente levante en el espectador una curiosidad sobre su comparación con el día de hoy.
El mundo se convierte en un interrogante cada vez más grande entre más lo analizas y más los cuestionas, podrás encontrar posibles respuestas a enigmas lógicos o estructurales, pero, ¿qué sucede cuando la lógica resulta no ser en realidad para nada como te la habían pintado?
No te pierdas la oportunidad de dudar de lo que te rodea, incluso de ti, en el Centro Cultural Helénico de la CDMX del 19 de julio al 8 de septiembre.
Dónde: Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, 01020 Ciudad de México, CDMX