El miedo y lo siniestro de la muerte, si es natural, ¿por qué nos asusta tanto?

Vida y estilo Calendario 31 oct 2021 Paulina Martínez

¿Qué es la vida? Y antes de continuar con el soliloquio de Calderón de la Barca, pensemos en la pregunta empírica que tanto místicos, científicos, como poetas y artistas se han planteado a lo largo de la historia de la humanidad. Un punto de partida para responderla ha sido, para muchos, el cuestionamiento sobre la muerte. 

Mientras la pregunta obvia está en nuestras narices, a lo lejos se oculta el misterio con el que todos nacemos. Desde el inicio de nuestras conciencias se nos advierte sobre el fin de nuestras vidas. Sin embargo, aún sabiéndolo, el pánico, los tabús, miedos y demás sensaciones temerosas y negativas, nos acosan al respecto. 

¿Por qué le tenemos tanto miedo a algo tan natural como la muerte? ¿Qué es la muerte y cómo ha sido concebida en las distintas culturas? La filosofía en sus diversas ramas y la ciencia han explorado grandes laberintos selváticos para averiguarlo y, sin embargo, nadie ha dado con la respuesta exacta. 

¿Será que existe una respuesta exacta? Se habla del infierno, del cielo y hasta de un punto medio, se habla de la reencarnación, se habla de las vidas que nos falta por vivir y los cuerpos que nos falta por habitar. También se habla de la transformación de energía, se habla de visitar otras dimensiones. Teorías, creencias, suposiciones y hasta testimonios de quienes estuvieron muertos por unos segundos para “resucitar” clínicamente, o quienes estuvieron en un estado de coma. 

Inevitablemente, “somos seres para la muerte”, ya lo señalaba Heidegger. Incluso las filosofías orientales que se centran en la meditación, miran a este ejercicio meditativo como la mejor manera de aprender a morir. Quizá esta narrativa de aprender a morir nos ayude a soltar el miedo que tanto le tenemos al final de nuestras vidas.

Durante mucho tiempo se ha creído que somos la única especie en el planeta capaz de entender la muerte, bueno, para ser precisos: capaces de entender que nos vamos a morir. Sin embargo, recientes estudios han demostrado que otras especies también la asimilan. Está el ejemplo de Koko (1971-2018), un gorila que aprendió el lenguaje de los signos y entendía alrededor de 2,000 palabras en inglés. 

Este primate es un gran ejemplo de cómo algunos primates sí tienen la capacidad de asimilar la muerte e incluso de sufrirla, en un experimento sus cuidadores le preguntaron sobre la muerte y Koko respondió que morir es como “un agujero cómodo”, “dormir” y “adiós”. 

Asimismo, Koko tenía un gatito, el cual murió y sus cuidadores atestiguaron su depresión durante meses, y cuando le preguntaban cómo se sentía respondía palabras como: “malo”, “triste” y “llorar”. 

La muerte es un misterio, uno que a todo ser vivo nos atormenta pero también nos duele. Perder a alguien cercano es sufrir una pérdida irreparable, hablamos del vacío que nos acerca al vértigo del misterio y su doloroso abismo. Al final de cuentas, y como dirían las abuelas: “morir es asunto de vivos”. 

¿Por qué nos asusta tanto?

Mientras no podamos responder lo que significa, íntegramente, morir, o qué hay después de la vida, quizá podamos intentar superar el miedo a morir y entender por qué existe latentemente. 

Para empezar, el miedo a lo desconocido es algo intrínseco en nuestro ADN, en esta línea, la muerte resulta ser el misterio más grande de todos, por lo que es lógico temerle. Aristóteles decía que “lo más temible es la muerte porque es el fin” . En todos los humanos existe un grado de temor a este inevitable fin, pero hay quienes viven en una constante fobia al respecto, ¿de dónde viene este terror?

Se trata de la tanatofobia, misma que puede ser identificada como un síntoma de un trastorno de ansiedad, o como una fobia aislada y meramente natural. La diferencia radica en su manifestación. 

Mientras el miedo sea un síntoma de ansiedad, nuestro cuerpo comenzará a reaccionar con el avistamiento de un ataque de pánico. Golpes desesperados en el pecho, incluso puede ocasionar un dolor agudo en él. El mundo se siente como si estuviera a punto de desvanecerse, o tú estuvieras cayendo en el vértigo del misterio. Hablamos de una mala jugada de nuestra mente, y la cual si persiste debe ser atendida debidamente. 

Por otra parte, el miedo a la muerte como causa se le nombra oficialmente así, tanatofobia, y aunque tenga la palabra fobia con letras rojas, no siempre funciona como tal. Temer a la  muerte es un instinto natural de supervivencia, imagina que no le temieras ni un gramo, quizá te expondrías a peligros innecesarios. 

La muerte es un misterio, todavía no sabemos si se trata de un destino por visitar, o de un apagón neuronal y nada más. Hasta aquí terminó una vida. ¿Existe un más allá? Mientras no lo sepamos, nos queda la vida y con ella estas preguntas seguirán existiendo y tal vez jamás sean contestadas, y quizá así sea mejor. Es decir, a veces jugar a ser “dios” no ha resultado tan buena idea como pensábamos. 

Para aliviar el vértigo lee un poco sólo en Sanborns

 

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