La infancia en todo el mundo ha sido menospreciada, atacada y minimizada, por eso El Instituto refleja no solo estos asuntos por parte de los gobiernos e instituciones sino de la misma sociedad.

Los niños se encuentran indefensos ante las crueldades de los adultos, si recordamos Carrie o El Resplandor, trabajos del autor, podemos observar una tendencia a mostrar a los adultos como depredadores de los niños, por eso es que Stephen King, muestra cuánto le importa la gente indefensa que trata de defenderse.

Esta obra no se trata de un relato de terror, sino de una historia de resistencia, de escape, de supervivencia. Sin embargo, el terror se cimbra cuando un grupo de niños que tienen habilidades sobrenaturales, como telequinesis o telepatía son reclutados a la fuerza para ser parte de un estudio. 

Tanto la directora del instituto, señora Sigsby, como su personal se aprovechan de los niños para extraer a la fuerza sus poderes paranormales, sin escrúpulos y sin compasión, si éstos les siguen la corriente en los experimentos, pueden conseguir monedas para las máquinas expendedoras, pero si no, el castigo es brutal.

La historia transcurre en la ciudad de Minneapolis, donde en mitad de la noche Luke Ellis, de doce años es raptado tras haber asesinado a sus padres.  De pronto se encuentra en un cuarto, en habitaciones parecidas, sin ventanas, hay otros niños que están en la mitad delantera de la habitación; después se irá descubriendo que en la mitad trasera están alojados los chicos mayores.

Kalisha, otro de los niños asegura que el que entra en la Institución no sale. Luke se da cuenta que los niños van desapareciendo y son trasladados a la mitad trasera, por lo que se obsesiona con huir y pedir ayuda. Pero nunca nadie ha escapado del Instituto.

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