De los creadores de los poemojis y los responsables por becarlos, llegan las mentes millennials y centennials para recordarnos que el lenguaje está vivo y parece saber a dónde va. Desde la prehistoria, el ser humano ha tenido la necesidad de comunicarse, pensemos en la pictografía, la cual es el verdadero origen del lenguaje. Es decir, antes de ser un lenguaje como tal, eran los dibujos los que transmitían información, para después convertirse en una tradición oral y luego trasladarse a lo escrito. 

En toda su evolución, las mutaciones lingüísticas han existido siempre. Piénsalo, cuando la comunicación comenzó a convertirse en algo inmediato, con la llegada de WhatsApp, los emojis fueron parte del panorama para ahorrarnos escribir emociones o circunstancias. Así es como poco a poco llegamos a los memes, los sticker y los gifs. Un mecanismo visual y mucho más inmediato y simplificador sobre cualquier reacción. 

Ahora es casi impensable mandar un mensaje de texto sin alguno de estos aditamentos. Es decir, sobre todo en el mundo millennial, la ausencia de algún sticker, emoji, etc, hace parecer tu mensaje “seco”, “sombrío” o hasta “molesto”. En medio de toda esta transformación, los monstruos de Silicon Valley no se quedan atrás. Es decir, el mundo no deja de ser el mundo, y por lo mismo ahora la noticia de que Facebook haya  adquirido el dominio de la empresa más grande de Gifs, Giphy, no es  algo que nos sorprenda. 

Cabe preguntarse el porqué de esta acción. Entre lo que se conoce, es que Facebook tiene las intenciones de convertir a Giphy en la próxima fase de su negocio publicitario. Aunque quizá, esto sólo sea una etapa de su ambición para sus planes con el archivero de GIFs favorito de Internet.

via GIPHY

El 15 de mayo pasado, Facebook anunció que había comprado Giphy por unos $400 millones de dólares. El servicio estará ahora disponible en plataformas como Instagram, Giphy ya está integrado con la aplicación. Ahora la pregunta será, ¿en realidad Giphy funcionará como un espacio para potencializar la publicidad? 

Por ahora, los planes de Facebook parecen no tener prisa. Pues tal parece que la compañía planea dejar que Giphy funcione independientemente por ahora, pero entre tanto, también se especuló que Facebook podría cerrar la API de Giphy, de modo que las personas en plataformas competidoras como Twitter ya no pudieran acceder fácilmente a sus GIFs, lo mismo sucedió con la aplicación de Zoom. 

Antes de estrechar manos para este trato, el 50% del tráfico de Giphy ya provenía de las aplicaciones de Facebook. Sin embargo, ahora Facebook sabrá qué GIF de Giphy las personas comparten en todas las otras aplicaciones que usan la base de datos de Giphy, incluidos iMessage, Snapchat, Telegram y TikTok de Apple.

De esta manera, Facebook podría aprender mucho sobre temas y tendencias actuales de forma continua al ver a las personas seleccionar GIF de varias plataformas en todo el mundo. También podría aprender de los tipos de GIF que las personas crean usando las herramientas de Giphy. Es decir, si pensamos en el modo de vigilancia del que Michel Foucault ya advertía desde hace años, esto sólo es una estrategia más para tener todos los cabos en un mismo visor. 

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Entre todos los cambios y mutaciones que adquiere el lenguaje con el tiempo, es claro que ahora vivimos un momento en el que incluso estas formas y alteraciones de comunicación, implican un nivel mucho más profundo en el tema de la privacidad y las conductas humanas. ¿Qué sucederá cuando no exista tal intimidad, si es que aún queda? ¿En realidad estaremos comunicándonos libremente? 

Esto presta a dudas importantes sobre el lenguaje y la forma en la que nuestra sociedad se construye, es decir, así como está vivo este, no es más que un espejo de lo que se vive en la raíz social. ¿Tener todos los dominios posibles de plataformas como esta, es una forma de privar la libertad de expresión? 

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