La siguiente escala evolutiva tecnológica está aquí, el 5G es la conectividad que va a comenzar a imperar en todos lados, y lo que promete es increíble: bajar películas 4K en segundos, realizar intervenciones quirúrgicas teleasistidas, desplegar vehículos autónomos o coordinar los trabajos agrícolas través de sensores instalados en distintos puntos de un campo de cultivo.

Los primeros aparatos que democratizarán esta nueva forma de conectarnos son los smartphones, y además de poder descargar cualquier cosa en segundos, también facilitará el uso de comandos de voz, reconocimiento facial, procesamiento de imágenes y video en tiempo real e interfaces basadas en gestos.

Esta nueva tecnología permitirá que la latencia (el tiempo de respuesta de la red) podría reducirse a 5 milisegundos, un período casi imperceptible para los humanos, lo cual nos permitirá conectarnos prácticamente en tiempo real. Lo cual es un paso inmenso para el sueño de tener ciudades inteligentes.

Gracias a que esta tecnología apremia la conexión casi en tiempo real, el internet de las cosas dará un salto cuantitativo, logrando que los aparatos de tu hogar estén conectados entre sí y contigo (con un smartphone, por ejemplo), logrando un control sobre lo que sucede.

Por ejemplo, estás en la oficina y cuando llegues a casa quieres cenar un filete con verduras, al hacer unos cuantos clicks, podrás pedirle a la estufa que lo haga. Pero como ella estará conectada con el refrigerador, te mandará una notificación que no puede hacerlo porque ya no hay carne o verduras.

Cosas que parecen de ciencia ficción pero que podremos lograr con la conectividad 5G.

Esto solamente en tu hogar, lo que se aspira, y de hecho la primera gran demostración del poderío de esta nueva tecnología iba a ser en los Juegos Olímpicos en Japón, es crear ciudades que inteligentes que detecten por sí solas los problemas y manden notificaciones al gobierno en turno.

Así como podrán checar la avería de los semáforos, los baches, e incluso monitorear la delincuencia, podrán existir coches manejados por inteligencia artificial y asistencia a conductores para aminorar los accidentes automovilísticos.

Así pues, vehículos, robots industriales, mobiliario urbano (badenes, calles, paradas de autobús) o cualquier dispositivo electrónico que tengamos en casa (desde la cafetera, la lavadora, el refrigerador o el robot aspirador) podrán conectarse y compartir información en tiempo real.

Eso simplemente da posibilidades infinitas, muchas que podrían asustarnos, e incluso recordarnos a 1984 de George Orwell, pero otras que harán nuestra vida mucho más fácil.

Incluso pensando las posibilidades de cuidados sanitarios si una pandemia vuelve a atacar al planeta, ya que se podrían monitorear a los portadores, para poder atenderlos a tiempo y que no se expanda de forma tan exponencial. Incluso, poder cuidar a enfermos sin necesidad de poner a humanos en riesgo, sino a distancia.

Tal vez es algo que asusta a primera vista, ya que es algo nuevo, es algo que ya ha ocurrido antes, sin el 2G no podríamos mandar mensajes de texto y en consecuencia, WhatsApp no existiría, por ejemplo; o con el 4G que fue la tecnología que permite el streaming.

Así pues, tal vez todos estos cambios comenzarán a existir en las ciudades más tecnológicas como Tokio o Pekín, pero es una realidad que el 5G nos permite tener una suerte de omnisciencia desde la palma de nuestras manos.

Un paso que los humanos llevan demasiado tiempo buscando.

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